Biden considera ‘penosos’ los intentos de Trump por aferrarse al poder
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WILMINGTON, Del. — El martes, el presidente electo Joe Biden insistió tranquilamente en que no se vería obstaculizado por los intentos cada vez más agresivos de Trump por dificultar la transición de poder, y calificó las afirmaciones del presidente de ser el ganador legítimo como una vergüenza que manchará su legado.
Los comentarios de Biden se produjeron aproximadamente dos horas después de que el secretario de Estado, Michael R. Pompeo, dijera a los periodistas que “habrá una transición sin problemas a un segundo mandato de Trump”, repitiendo las declaraciones falsas hechas por el presidente por varios días y, potencialmente, socavando el papel tradicional de Estados Unidos como promotor del respeto por elecciones libres y justas.
Incluso cuando el secretario de Estado se unió para arrojar dudas infundadas sobre la elección de Biden, los líderes de naciones extranjeras continuaron enviando felicitaciones al exvicepresidente demócrata.
Biden rio mientras pronunciaba el nombre y el cargo de Pompeo, como para descartarlo, respondiendo preguntas de los periodistas cerca de su casa en Wilmington, Delaware, por primera vez desde su discurso de victoria del sábado por la noche.
El comportamiento del demócrata estaba en sintonía con su intento más amplio de proyectar firmeza frente a la intransigencia de Trump, y así asegurar a la nación que el proceso se desarrollaría sin interrupciones significativas, incluso cuando muchos exfuncionarios expresan preocupación por la actitud del presidente y su partido.
“No vemos nada que nos esté frenando”, dijo Biden.
“El que no reconozca nuestra victoria no cambia en nada la dinámica”, agregó. “El hecho de que él no esté dispuesto a reconocer que ganamos en este momento no tiene mucha relevancia para nuestro plan”.
Para resaltar el tema, el equipo de transición de Biden comunicó, inmediatamente después de sus comentarios, que había pasado a su siguiente etapa: crear equipos de revisión de agencias encargadas, por ley, de garantizar que las operaciones gubernamentales se transfieran sin problemas a los departamentos federales. Mientras tanto, los líderes demócratas de la Cámara de Representantes enviaron cartas a los jefes de agencias actuales, exigiendo que no destruyan los registros del gobierno durante su salida.
Biden dijo que podría concluir el trabajo de transición incluso si Trump bloquea los fondos a los que tiene derecho un presidente electo de acuerdo con la ley federal, o si se negase a proporcionarle los informes de inteligencia clasificados que son protocolarios antes de la inauguración de su mandato. Asimismo, señaló que no veía la necesidad de emprender acciones legales para desbloquear el proceso, aunque reconoció la utilidad de una mayor cooperación.
El presidente electo dijo que no había hablado con el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell (republicano-Kentucky), con quien colaboró durante un cuarto de siglo en el Senado, pero quien amenazó el martes con bloquear a los nominados al gabinete de Biden si los consideraba demasiado liberales. Biden expresó su optimismo de que los republicanos lo tratarían de buena fe después de su toma de posesión.
“Todo el Partido Republicano está en una posición, con algunas excepciones notables, de ser levemente intimidado por el presidente en funciones”, señaló Biden.
El comentario de Biden reflejó el espíritu de su campaña. A pesar de las críticas de los progresistas del Partido Demócrata, insistió en que los republicanos se acercarían a la mesa de negociaciones una vez que Trump se fuera. Esa confianza se pone a prueba a medida que los funcionarios republicanos se unen a las afirmaciones infundadas de Trump de que le robaron las elecciones, a pesar del margen electoral cada vez más cómodo de Biden y la falta de evidencia significativa de irregularidades electorales.
Bob Bauer, asesor legal de Biden, explicó a los periodistas que los jueces habían desestimado seis demandas de Trump entre junio y el día de las elecciones, así como siete más desde entonces. Leyó en voz alta extractos de audiencias judiciales, incluida una en Pensilvania, donde los abogados de Trump no pudieron proporcionar evidencias de fraude, y otra en Michigan donde un juez contradijo las afirmaciones del Partido Republicano de que se le impidió observar el conteo de votos.
“No existe su evidencia”, señaló Bauer.
Los aliados más cercanos de Estados Unidos han ignorado en gran medida a Trump. Biden ha recibido declaraciones de felicitación desde el sábado y algunas llamadas telefónicas el martes.
“Por mis conversaciones con líderes extranjeros, sé que tienen la esperanza de que las instituciones democráticas de Estados Unidos vuelvan a ser vistas como fuertes y duraderas”, señaló Biden.
Expresaron sus buenos deseos la canciller alemana Angela Merkel, quien tenía una relación particularmente espinosa con Trump; así como el primer ministro británico, Boris Johnson; el presidente francés, Emmanuel Macron; y el taoiseach irlandés, Micheál Martin.
La mayoría afirmó que habló con Biden sobre la reparación de los lazos transatlánticos que se tensaron bajo Trump y sobre el restablecimiento de la cooperación en causas como el cambio climático y la pandemia de COVID-19.
“Hablé con @JoeBiden para felicitarlo por su elección”, escribió Macron en Twitter. “Tendremos mucho que hacer juntos para promover prioridades compartidas —clima, salud global, seguridad internacional— y una acción multilateral eficaz”.
Mientras los líderes mundiales dieron la bienvenida a la transición, Pompeo lanzó más preguntas al respecto. No estaba del todo claro si bromeaba sobre otro mandato para Trump en su breve conferencia de prensa, pero no reconoció la victoria de Biden.
“Estamos listos”, señaló, hablando sobre la transición. “El mundo está mirando lo que está sucediendo. Vamos a contar todos los votos”.
“El mundo debe tener confianza” en el proceso y la transición, agregó Pompeo, “con el presidente que estará en el poder el 20 de enero”.
Pompeo calificó como “una pregunta ridícula” cuando un periodista preguntó si Trump, al negarse a aceptar el resultado de las elecciones, está perjudicando los esfuerzos estadounidenses para promover la democracia en todo el mundo. Sin embargo, las propias declaraciones del secretario provocaron críticas por su potencial para socavar tales esfuerzos.
“Independientemente de que Pompeo hablara en serio, bromeara o troleara, su comentario fue igualmente terrible”, señaló Suzanne Maloney, directora del programa de política exterior de Brookings Institution, quien ha asesorado a las administraciones de ambos partidos.
“Ningún alto funcionario estadounidense debería expresar un abierto desprecio por la integridad y credibilidad de nuestro sistema democrático”, agregó, y mucho menos el diplomático más importante de la nación.
Jennifer Haberkorn contribuyó a este artículo.
Para leer esta nota en inglés haga clic aquí
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