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Los demócratas se preparan para la brutal lucha electoral con Trump en Michigan

President Trump speaks at a campaign rally in Battle Creek, Mich., on Dec. 18, the night he was impeached.
El presidente Trump habla en un mitin de campaña en Battle Creek, Michigan, la noche en que fue sometido a juicio político en el Congreso.
(Tannen Maury / EPA/Shutterstock)

Los demócratas en el crucial Michigan no esperan a que un candidato se movilice para vencer al Presidente Trump. ¿Pero podría su apelación a los votantes blancos de la clase trabajadora volver a derrotarlos?

Los demócratas en Michigan han estado movilizándose durante meses para una feroz lucha en las elecciones generales contra el presidente Trump, decididos a no perder este campo de batalla del Medio Oeste como lo hicieron en 2016.

Incluso antes de saber quién será su candidato, los grupos demócratas están invirtiendo millones de dólares en anuncios anti-Trump, retratando al presidente republicano como un líder inestable que amenaza la salud de los estadounidenses y la seguridad de la nación. Una red de grupos progresistas en todo Michigan ya ha identificado votantes susceptibles de votar en contra de Trump y comenzó a comunicarse con ellos sobre los temas que más les interesan.

Las primarias presidenciales de Michigan, la mayor de las seis contiendas demócratas del martes, pondrán a prueba el atractivo del ex vicepresidente Joe Biden y del senador de Vermont, Bernie Sanders, en un estado que probablemente desempeñe un papel muy importante al decidir si Trump gana un segundo mandato.

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Si los demócratas van a recuperar Michigan, los votantes en este suburbio de Detroit en el corazón del condado de Macomb serán clave.

El Condado predominantemente blanco respaldó la reelección del presidente Obama en 2012 después de un rescate de la industria automotriz que mantuvo a los principales empleadores de la región, y a sus numerosos proveedores, en el negocio. Pero en 2016, eligió a Trump sobre Hillary Clinton. La retórica combativa de Trump sobre inmigración y comercio resonó con sus votantes de la clase trabajadora, y también lo hizo su ingreso novedoso que conmocionó el escenario político.

“Lo apoyo, porque estoy enfermo y cansado de lo mismo de siempre”, dijo Jack Shaw recientemente mientras comía alitas de pollo y bebía cerveza en el Bar & Grill de Gator Jake.

El vendedor de herramientas ha respaldado a los demócratas en el pasado, pero votó por Trump y planea hacerlo nuevamente. Él acredita al presidente por los muchos letreros de “Se busca empleado” alrededor de Sterling Heights.

En 2016, Trump jugó tanto con el profundo resentimiento de los votantes por la problemática economía de la región como con su tirante historial de tensión racial, dijo el consultor demócrata Joe DiSano, originario del condado de Macomb. “Lo tocó sorprendentemente y continúa haciéndolo”, manifestó DiSano.

La pregunta ahora es si Trump conserva suficiente atractivo entre los votantes blancos de la clase trabajadora en comunidades devastadas por el declive industrial para volver a ganar el estado. Si los demócratas logran una fuerte participación de votantes negros también podría ser decisivo.

El número de empleos de manufactura en Michigan se ha desplomado en las últimas dos décadas de 888.000 a 631.000. Después de la Gran Recesión, una recuperación en toda la región durante los años de Obama continuó bajo Trump, pero últimamente la tendencia ha disminuido, en contra de las presunciones del presidente.

La devastación de las luchas económicas de Michigan todavía es sorprendente en Detroit, donde miles de casas abandonadas y negocios tapiados estropean gran parte del paisaje urbano a pesar de la reactivación del centro de la ciudad. Los cierres y reducciones de fábricas han disminuido la población de Detroit en 1 millón de personas desde su apogeo en 1960.

Miles de casas tapiadas estropean el paisaje urbano de Detroit.
(Carlos Osorio / Associated Press)

“No hemos estado cerca de recuperar todos los trabajos de fabricación que perdimos”, dijo Gabriel Ehrlich, un pronosticador económico de la Universidad de Michigan. Atribuyó los problemas más recientes a la desaceleración de las ventas de vehículos, la guerra comercial de Trump y un dólar fuerte que hace que las exportaciones estadounidenses sean más costosas.

La victoria de Trump aquí en 2016 fue más estrecha que en cualquier otro estado: venció a Clinton por menos de 11.000 votos en un total de 4.8 millones de votos. Los reducidos triunfos de Trump en Michigan, Wisconsin y Pensilvania le dieron una victoria en el Colegio Electoral incluso cuando Clinton obtuvo el voto popular nacional, 48% a 46%.

Esta vez, los demócratas están decididos a no dar por ganado a Michigan, como muchos creen que Clinton hizo hasta los días finales de su campaña. Fue la primera demócrata en perder el voto presidencial del estado desde Michael Dukakis en 1988.

“La gente sabe que Michigan es importante y, francamente, hace cuatro años no lo sabían”, dijo la congresista Debbie Dingell, una demócrata que representa los suburbios de la clase trabajadora al oeste de Detroit.

La organización demócrata PAC Priorities USA está gastando casi $6 millones en anuncios de televisión anti-Trump que comienzan a publicarse este mes en Detroit, y más tarde esta primavera en Flint, Grand Rapids y otras partes de Michigan. El spot inicial del grupo se centra en los tweets provocativos del presidente y su comportamiento impredecible. “Tengo derecho a hacer lo que quiera como presidente”, dice Trump en el anuncio.

“No podemos permitir que Trump y su campaña definan las elecciones en un estado crítico como Michigan, incluso antes de que tengamos un candidato”, dijo Patrick McHugh, director ejecutivo de Priorities USA.
Más allá de la publicidad, una amplia gama de grupos locales, entre ellos, una red de mujeres suburbanas conocida como Fems for Dems, ya ha comenzado a movilizar las bases, con actividades como llamadas telefónicas y escrutinio puerta a puerta para promover candidatos para todas las posiciones en la boleta de 2020.

“Esa es realmente una pieza importante del rompecabezas”, señaló Amy Chapman, una estratega del partido que fue directora estatal de la campaña de Obama de 2008.

En 2018, estos grupos fueron cruciales para que las mujeres demócratas capturaran tres posiciones estatales, incluida la gobernación de Gretchen Whitmer, quien recientemente respaldó a Biden, y dos escaños en la Cámara de Estados Unidos. Los grupos también ayudaron a aprobar una medida de elección que facilitó el acceso a la votación.

La demócrata Gretchen Whitmer declara la victoria en las elecciones para gobernador de Michigan 2018.
(Rena Laverty / EPA/Shutterstock)

Aún no se ha determinado para 2020 lo que les sucede a los más de 100 empleados contratados para trabajar en 10 oficinas en todo Michigan por Michael R. Bloomberg, quien abandonó la carrera presidencial demócrata el miércoles. El ex alcalde de la ciudad de Nueva York, un multimillonario que gastó más de $660 millones en su campaña y ahora apoya a Biden, ha prometido mantener en su lugar a gran parte de su personal de aproximadamente 2.500 personas para trabajar en contra de la reelección de Trump.

“Estaremos aquí a largo plazo”, declaró Carol Banks, directora regional de Bloomberg para el este de Detroit.

Banks supervisó una oficina llena de personas que trabajaban los teléfonos para Bloomberg en un antiguo estudio de karate de Detroit. Todavía estaba abierto el jueves, pero aún no estaba claro cómo Bloomberg cambiaría su misión para derrotar a Trump.

“No hemos recibido instrucciones”, dijo Banks, que está en la nómina de Bloomberg hasta noviembre.

Bloomberg gastó más de $14 millones en publicidad en Michigan, gran parte en comerciales de televisión que atacan a Trump, según Advertising Analytics, una firma de seguimiento de medios.

Biden y Sanders ahora publican anuncios dirigidos a la clase trabajadora de Michigan. Un comercial de Biden lo muestra visitando una planta de ensamblaje de automóviles cuando Obama dice que su vicepresidente “revitalizó la fabricación estadounidense siendo el jefe de nuestro grupo de trabajo para la clase media”.
Con un enfoque más combativo, un anuncio de Sanders ataca a Biden por apoyar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. “La comunidad ha sido diezmada por los acuerdos comerciales”, dice el trabajador Sean Crawford mientras pasan imágenes de fábricas y casas tapiadas.
Biden, que planeaba hacer campaña el lunes en Detroit y Grand Rapids, no tenía oficinas ni personal en Michigan cuando comenzó la semana pasada, lo que refleja su problema para recaudar dinero antes de que su victoria en Carolina del Sur impulsara su dramático triunfo del Súper Martes. Una portavoz de Biden dijo que para el martes, “personal remunerado” había llegado a Michigan.

Sanders, quien realizó cuatro manifestaciones en Michigan durante el fin de semana, abrió oficinas en todo el estado hace meses y reunió una gran red de voluntarios.

Trump también ha organizado una operación considerable, con 30 empleados trabajando en el estado, dijo Rick Gorka, portavoz de Trump Victory, un esfuerzo conjunto de la campaña del presidente y el Comité Nacional Republicano. “El aspecto clave de nuestra operación en Michigan es que nunca nos fuimos”, señaló Gorka.

Usando su elaborado banco de datos, el equipo de Trump se enfoca en maximizar la participación de votantes blancos rurales. Trump y el vicepresidente Mike Pence han hecho campaña en repetidas ocasiones en Michigan. En diciembre, el ahora presidente criticó a los demócratas en un mitin en Battle Creek la noche en que fue sometido a juicio político por el Congreso.

El vicepresidente Mike Pence habla el 25 de febrero al Michigan Farm Bureau en Lansing, Mich.
(Matthew Dae Smith / Associated Press)

Pence dijo a un grupo de agricultores en Lansing el mes pasado que “la era de la rendición económica a China ha terminado”, y se jactó del acuerdo comercial preliminar de Trump con el presidente Xi Jinping. La campaña es sensible a mantener el apoyo entre los agricultores, muchos de los cuales han perdido negocios en la guerra comercial.

Trump también ha tratado de ganarse a los votantes negros, al menos lo suficiente como para cortar los márgenes típicamente enormes de los demócratas. Su campaña está abriendo centros comunitarios en barrios negros de Detroit y otras ciudades, y a menudo habla sobre las reformas a las sentencias que firmó como ley.

Algunos demócratas se preocupan por la recurrencia de la participación entre los votantes negros, que hirió a Clinton en 2016. Otros ven los actos de Trump como vacíos.

“No nos dejaremos engañar por estas trampas de sensibilidad”, manifestó el reverendo Wendell Anthony, quien dirige el NAACP de Detroit.

Los demócratas enfrentan un desafío más grande entre los votantes blancos de la clase trabajadora en lugares como Sterling Heights. El sábado se unió a Shaw en Gator Jake’s su amigo Bill Dietz, un supervisor retirado de la planta de estampado de Chrysler.

Dietz, de 73 años, no votó en 2016, pero aprueba el trabajo que está haciendo Trump, particularmente su postura dura e impredecible en el escenario mundial. “Al principio, no quería un tipo así cerca del botón de mando”, dijo. “Pero ahora no lo sé. Tal vez está asustando a los otros chicos”.

Ken Jackson, profesor de inglés en Wayne State University en Detroit, creció en el condado de Macomb. Él ve la arrogancia de Trump como una gran parte de su atractivo para los votantes blancos de la clase trabajadora aquí, incluidos muchos cuyas familias huyeron de Detroit hacia los suburbios en lo que se conoce como “white flight” que comenzó en medio de las tensiones raciales y los disturbios de la década de 1960.

“Muchas de esas bromas agresivas están muy relacionadas con los hábitos culturales y los patrones de habla de estas personas”, señaló Jackson. “Eso es algo con lo que se sienten bastante cómodos. Lo asocian con la autenticidad y la verdad”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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