La presión regulatoria sobre Facebook continuaría durante el gobierno de Biden
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En el final de la administración Trump, las demandas contra Facebook anunciadas este miércoles por la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) y 46 estados y distritos pueden parecer el último grito enojado de un político no reelecto que sostuvo una larga aversión contra los ejecutivos de las redes sociales.
Pero la amplitud de la coalición bipartidista que presenta las demandas, que alegan prácticas anticompetitivas de Facebook y buscan deshacer sus adquisiciones de Instagram y WhatsApp, sugiere que esta lucha continuará mucho después del último día de Trump en el cargo.
La participación de casi todos los fiscales generales demócratas del país indica que la administración entrante del presidente electo Joe Biden seguirá adelante con las demandas, anticipó Gigi Sohn, miembro distinguida del Instituto de Derecho y Política Tecnológica de Georgetown. “Esto no va a desaparecer”, comentó.
Herbert Hovenkamp, experto en políticas antimonopolio y profesor de la Facultad de Derecho Carey, de la Universidad de Pensilvania, coincidió.
“Los gritos más fuertes contra las grandes plataformas han venido históricamente de los demócratas, por lo cual el hecho de que estas demandas estén comenzando en una administración republicana creo que es un mal augurio para ellas, porque no van a obtener mucho alivio político del Congreso”, consideró Hovenkamp.
A diferencia de algunos de sus rivales por la nominación demócrata, Biden no hizo de la política tecnológica un foco de campaña, y dejó incierto cómo planea lidiar con la concentración del poder económico y político en manos de Amazon, Apple, Facebook, Google y Microsoft. Algunos expertos predicen una ruptura de la confianza más activa, y Biden indicó una apertura a ese enfoque: en 2019, le dijo a Associated Press que dividir Facebook “es algo que deberíamos analizar muy detenidamente”.
Aunque el presidente Obama tenía una relación cálida con Silicon Valley, el tono de Biden ha sido menos cordial. En una entrevista previa a las elecciones, con el New York Times, llamó a los líderes tecnológicos “desagradables” y criticó a la industria por su “arrogancia abrumadora”.
En la misma discusión, pidió la derogación de la Sección 230, la ley que protege el derecho de las plataformas de redes sociales a moderar el contenido generado por los usuarios y los ampara de la responsabilidad por ello, y sugirió que se apoye un papel activo del gobierno en la regulación de internet.
“En todas las demás revoluciones que hemos tenido tecnológicamente, ha sido necesario entre seis años y una generación para que un gobierno se sume y permita la competencia en igualdad de condiciones”, remarcó Biden. Internet presenta hoy los mismos desafíos, consideró, “y es responsabilidad del gobierno asegurarse de que no se abuse de ello”.
Sin embargo, los primeros movimientos que hizo Biden para dotar de personal a su administración han presagiado una relación más acogedora con las compañías ‘Big Tech’.
El equipo de transición del presidente electo incluye a empleados de una larga lista de empresas de tecnología, incluidas Amazon, Airbnb, Microsoft y Uber; estas personas designadas no necesariamente se quedarán después de la toma de mando, pero participarán en la elección de quién lo hará. Según los informes, el ex presidente ejecutivo de Google, Eric Schmidt, ha mantenido conversaciones para dirigir un nuevo grupo de trabajo sobre tecnología en la Casa Blanca.
Mientras que Trump usó su visibilidad para criticar los supuestos monopolios en el sector tecnológico, el consenso laissez-faire (dejar hacer) de los años de Obama generó en ambas partes un sentido compartido de que el poder de los gigantes tecnológicos debe ser abordado, incluso si los dos partidos no están de acuerdo sobre qué significa eso específicamente.
Los liberales han criticado las plataformas de información digital, en particular Facebook, por difundir desinformación, promover discursos de odio y dar influencia a adversarios extranjeros en las elecciones estadounidenses. Los conservadores han propuesto la idea de que las plataformas de internet censuran las voces de la derecha (una afirmación que contradice los propios datos de Facebook).
Después de una audiencia bipartidista por parte del comité antimonopolio de la Cámara, en julio pasado, demócratas y republicanos publicaron informes separados sobre el estado de consolidación de la industria tecnológica.
A pesar de la división, la versión republicana aún encontró puntos en común con los demócratas al concluir que “Apple, Amazon, Google y Facebook han utilizado su poder de monopolio para actuar como guardianes del mercado, socavar la competencia potencial y elegir ganadores y perdedores”.
En febrero, la FTC comenzó a buscar información sobre adquisiciones potencialmente anticompetitivas realizadas por Facebook, Google, Apple, Amazon y Microsoft durante la última década; el Departamento de Justicia abrió una investigación similar en julio de 2019.
Los líderes del sector tecnológico, incluido el presidente ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, fueron llamados ante el Congreso en repetidas ocasiones para que los legisladores republicanos pudieran acusarlos de silenciar las voces conservadoras en línea, y el endurecimiento, este verano, contra una historia del New York Post que era crítica del entonces candidato Biden, provocó una gran indignación.
El propio Trump ha sido un ávido crítico de las principales plataformas de redes sociales, aunque a menudo utilizó las mismas plataformas que criticaba para pedir el fin de la Sección 230.
Piden que se le ordene a Facebook que venda sus servicios Instagram y WhatsApp, por abusar de su poder en el mercado para aplastar a la competencia
Pero si bien el intento de Trump de modificar la Sección 230 a través de un decreto dependía de una interpretación cuestionable de la ley, los expertos en defensa de la competencia ven el caso contra Facebook como sólido.
“Facebook deberá dividirse, pero pasarán algunos años hasta que el caso llegue a la Corte”, contempló Matt Stoller, autor de “Goliath: The Hundred Year War Between Monopoly Power and Democracy” (Goliat: La guerra de los cien años entre el poder monopolista y la democracia). “La evidencia aquí es condenatoria”.
Sohn estuvo de acuerdo. “Esta fue una posición bien investigada, bien considerada y bien pensada por la Comisión Federal de Comercio”, resaltó. Las preocupaciones antimonopolio planteadas y la amplitud de apoyo que existen hacen que el caso sea “mucho más grande que el trumpismo”.
Las redactoras de planta de The Times Johana Bhuiyan y Suhauna Hussain contribuyeron con este informe.
Para leer esta nota en inglés haga clic aquí
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