Anuncio

Madre de teniente estadounidense es deportada a México

Rocío Rebollar Gómez, es consolada por su comadre Miriam Cruz a las afueras del cruce peatonal El Chaparral
Rocío Rebollar Gómez, es consolada por su comadre Miriam Cruz a las afueras del cruce peatonal El Chaparral
(John Gibbins/San Diego Union-Tribune)

El milagro que una familia hispana esperaba hoy no llegó.

Rocío Rebollar Gómez, madre de un soldado estadounidense y cuyo caso atrajo atención mediática a nivel nacional fue deportada esta mañana a México.

La noticia cayó como balde de agua fría para sus hijos, quiénes aún confiaban en que autoridades migratorias utilizarían su discreción para que pudiera quedarse.

Pero mientras el teniente Gibram Cruz y su hermana esperaban una respuesta en el edificio federal de San Diego una camioneta ya transportaba a su madre a Tijuana, México.

Anuncio

“Estoy sorprendido por la forma en que manejaron esto. Que los sacrificios que mi madre y yo hicimos por mi país fueron en vano”, dijo el también oficial de inteligencia aún incrédulo por lo sucedido.

Rocío Rebollar Gómez abraza a su hijo de treinta años de edad, segundo teniente Gibram Cruz, después de que llegó al Aeropuerto Intl de San Diego, el jueves 18 de diciembre de 2019. Rocío enfrenta una fecha del 2 de enero de 2020 para presentarse en la frontera y cumplir con una orden de deportación. Esta podría ser la última vez que la ven en Estados Unidos a menos que se produzca un milagro legislativo o administrativo.
Rocío Rebollar Gómez abraza a su hijo de treinta años de edad, segundo teniente Gibram Cruz, después de que llegó al Aeropuerto Intl de San Diego, el jueves 18 de diciembre de 2019. Rocío enfrenta una fecha del 2 de enero de 2020 para presentarse en la frontera y cumplir con una orden de deportación. Esta podría ser la última vez que la ven en Estados Unidos a menos que se produzca un milagro legislativo o administrativo.
(John Gibbins/Staff)

Rebollar Gómez intentó en varias ocasiones regularizar su estado migratorio, pero no fue posible ya que fue deportada en tres ocasiones desde su llegada al país en 1988.

La primera de ellas fue a mediados de los años noventa cuando estaba embarazada de su tercera hija. Dado que sus otros dos hijos menores habían quedado desamparados en Estados Unidos regresó de forma irregular; de nueva cuenta fue deportada en dos ocasiones y volvió al país por los mismos motivos.

En diciembre pasado, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) rechazó su solicitud para formar parte de un programa especial que protege a familiares de integrantes de la milicia por lo que se le pidió que abandonara el país entrando enero.

“Las leyes de inmigración de Estados Unidos permiten que un extranjero busque un alivio de la expulsión; sin embargo, una vez que han agotado todas las garantías procesales y apelaciones, permanecen sujetos a una orden final de expulsión de un juez de inmigración y esa orden debe llevarse a cabo”, dijo la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) cuando se le preguntó sobre el caso.

Su abogada, Tessa Cabrera había pedido que dicha dependencia ejerciera su discreción, al igual que algunos legisladores como la senadora Kamala Harris. Sin embargo, mientras que se esperaba una resolución, la madre de familia de 51 años fue deportada.

“No hubo milagro”, lamentó la abogada, quién dio la noticia a los medios de comunicación y simpatizantes que se había reunido a las afueras del edificio federal.

Horas antes de lo sucedido la familia dijo que encontraron un mensaje en contra de los mexicanos pintado en la pared de su casa en San Diego.

Rocío Rebollar Gómez, cuyo caso de inmigración ha atraído la atención internacional en parte porque su hijo es un segundo teniente en el Ejército de EE.UU, se sentó en la acera en el puerto de entrada de El Chapparal en México después de ser deportada sólo con su pasaporte, teléfono celular y la ropa que llevaba puesta, el jueves 2 de enero de 2020.
(John Gibbins/John Gibbins/San Diego Union-Tribune)

Rebollar Gómez llegó a Tijuana en cuestión de minutos. Únicamente con su pasaporte mexicano, teléfono celular y lo que llevaba puesto.

Confesó que siempre evadió pensar en este escenario.

“Muy triste por la forma en que actuaron (…) por no darnos oportunidad de hacer nada”, comentó a su llegada a Tijuana.

De cierta forma, dijo sentirse engañada. “No perdí la esperanza en ningún momento, incluso cuando me trajeron aquí pensé que me iban a tener detenida, no que me iban a sacar”.

“Es una lástima que el gobierno de Estados Unidos no esté protegiendo a la familia de sus ejércitos, que son los que resguardan la nación”, lamentó con lágrimas en los ojos.

Rebollar Gómez, originaria de Acapulco, Guerrero, carecía de historial criminal en Estados Unidos y era dueña de un negocio. Durante su tiempo en San Diego ejerció diferentes oficios, desde trabajadora de limpieza, conductora de Uber y repartiendo periódicos, entre otros.

“(Rocío) es exactamente el tipo de persona que queremos en Estados Unidos. Es una residente ejemplar de San Diego, dueña de su propio negocio, una madre de familia y paga sus impuestos”, aseguró Dulce García, activista con la organización Ángeles de la Frontera.

Dijo sentir miedo en México, en donde se quedará temporalmente con una media hermana.

Más tarde una de sus hijas y otros familiares cruzaron la frontera para acompañarla.

“Con la frente en alto”, le dijo su comadre.

Rebollar Gómez aún no pierde la esperanza de poder regresar.

Confía en que se abrirá una vía legal para hacerlo.

“Alguien allá afuera está viendo y oyendo esto. Creo que todavía puede haber algo”.

Con información de Kate Morrissey

Anuncio