Google ya no quiere que el personal debata políticas en el trabajo
Google, de Alphabet Inc., publicó nuevas reglas internas que desalientan a los empleados a debatir sobre políticas, todo un cambio desde aquella famosa cultura abierta del gigante de internet.
Las “pautas comunitarias” le dicen ahora a los empleados que no tengan conversaciones “disruptivas” y les advierten que son responsables de lo que dicen en la oficina. Google también está creando una herramienta para permitir a los empleados marcar publicaciones internas problemáticas y creará un equipo de moderadores para monitorear conversaciones en los foros de chat de la compañía, detalló una portavoz.
En un país conocido por su reverencia a la libertad de expresión, en un estado estricto con los códigos laborales, en una industria llena de ideales libertarios y progresistas, si un empleado tiene algo para decir, debería poder decirlo, ¿cierto?
“Si bien compartir información e ideas con colegas ayuda a construir una comunidad, lo que interrumpe la jornada laboral para tener un debate furioso sobre política o la última noticia, no lo hace”, afirma la pauta. “Nuestra responsabilidad principal es hacer el trabajo para el que hemos sido contratados”.
Google ha alentado durante mucho tiempo a los empleados a cuestionarse entre sí y a polemizar con los gerentes cuando creen que estos están tomando una decisión equivocada. Los fundadores de la empresa remarcaron que la cultura abierta fue fundamental para el éxito que han tenido en revolucionar el panorama tecnológico en las últimas dos décadas.
Pero esa cultura espontánea creó una serie de problemas para la administración de Google en los últimos años. Algunos empleados emplearon paneles de chat internos para convocar a otros trabajadores y sumarlos en contra de ciertos proyectos de la firma; ello hizo que la empresa ponga fin a sus tareas en un motor de búsqueda censurado que creaba para el mercado chino, y a un contrato de inteligencia artificial para el ejército de los EE.UU.
“Creo que esto está destinado específicamente a silenciar la disidencia”, dijo Irene Knapp, ingeniera de Google, sobre la nueva pauta. “Este es el final de lo importante de la cultura abierta de Google, en última instancia”, añadió, “los intereses comerciales siempre prevalecerán sobre la ética en términos de lo que se nos permite decir”.
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