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Frente a tanto dolor, recurrimos a los jardínes y las plantas en busca de un poco de esperanza

Entre el brote de coronavirus, el golpe de la muerte de George Floyd en Minneapolis y las protestas que le siguieron, la primavera de 2020 ha sido un entumecido desfile de horror y dolor, un gran empeño por refugiarse y luego diseminarse a medida que tratamos de procesar individual y colectivamente una serie de cambios y emociones que siguen llegando.

Gracias a Dios por las plantas.

Muchos de nosotros, afligidos por el estado del mundo (enfermedades, injusticias, desigualdades), estamos recurriendo a nuestros jardínes de la victoria, o a las macetas de tomates y albahaca en nuestros balcones o patios, por los pequeños momentos de alivio que brindan. Los propietarios de viveros en todo el sur de California, que se esfuerzan por mantener el ritmo de las ventas, son la prueba.

“La gente entra y dice: ‘Oh, Dios mío, ¿podría empeorar?’” relató Cathy Hough, directora general de Marina del Rey Garden Center. “Pero entonces los ves respirar profundamente y empezar a relajarse”.

“Cuando la gente viene aquí, sólo tienen una buena sensación”, agregó.

El popular vivero de 2 acres ha permanecido abierto durante toda la pandemia, con líneas de distanciamiento social y todo el mundo con máscaras, y así se ha mantenido en los últimos días. Incluso ha añadido algunos empleados a tiempo parcial para mantenerse al día con las multitudes y vigilar las puertas para asegurarse de que no se llene demasiado.

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“Hemos estado muy ocupados, y el ritmo es implacable. Nuestro negocio subió un 120% estos últimos dos o tres meses”, dijo Hough.

Los viveros de todo el sur de California están informando una primavera excepcional para las ventas de plantas, pero nadie celebra. Primero, están los titulares que se ciernen sobre todo. Luego está la aplastante carga de trabajo, tratando de mantenerse al día con la demanda, especialmente de los jardineros primerizos y las personas que desean cultivar alimentos en estos tiempos inciertos.

En el distrito de Sawtelle, en el oeste de Los Ángeles, algunos viveros que sólo ofrecían entregas en la acera cerraron la semana pasada debido a la preocupación por los saqueos. Varios negocios a lo largo de Sawtelle Boulevard cerraron, pero Marianne Yamaguchi, propietaria de Yamaguchi Bonsai Nursery, ha permanecido abierta, de forma limitada, vendiendo tierra, plantones de hortalizas y otras plantas a las personas que se acercan a su cerca.

“Sólo tenemos una valla de alambre alrededor de nuestro negocio, así que no hay mucho que podamos hacer” para mantener fuera a los saqueadores, expuso Yamaguchi. “Pero en realidad, el coronavirus ha sido un problema mayor para nosotros. No permitimos que la gente entre por las puertas. Tratamos de mantenernos abiertos [al tráfico peatonal] por un tiempo, pero el hacinamiento era demasiado, y tener que desinfectar todo... Simplemente dijimos, ‘No podemos hacer esto’”.

Le gustaría volver a abrir pronto, “pero todavía estoy nerviosa... los números de coronavirus en nuestra ciudad son aún muy altos, y con las protestas tengo miedo de que todo el mundo se vuelva a infectar de nuevo, con más propagación en la comunidad, así que no siento que estemos listos para abrir en este momento”.

Otros pequeños viveros, como Two Dog Organic Nursery en Mid-Wilshire y Fig Earth Supply en Mount Washington, cerraron para los clientes sin cita previa a mediados de marzo y no tienen planes de reabrir, aunque el negocio en línea permanece activo.

“El virus no se ha ido a ninguna parte, ¿verdad?” dijo el propietario de Fig Earth Supply, Conor Fitzpatrick. “Aunque los lugares se están abriendo, las cosas no han cambiado, así que por la seguridad de nuestro equipo y clientes, mantenemos las cosas como están”.

Fig Earth Supply ha agregado empleados para mantener la demanda de sus pedidos en línea y las ventas han aumentado con respecto al año pasado, “pero no hay alegría en eso”, expuso Fitzpatrick. “Nuestros proveedores están dando vueltas en círculos porque no pueden conseguir suficientes productos”.

Las ventas más fuertes están en las plantas de hortalizas, “y no sólo en los vegetales, sino también en los árboles frutales, las bayas... cualquier cosa comestible”, dijo Mary Kannor, gerente de Louie’s Nursery en Riverside. Añadió: “Nuestras ventas de tierra orgánica se han disparado, y la gente parece menos consciente del precio ahora mismo, porque es algo que les apasiona y les entusiasma hacer”.

Logan’s Gardens en Silver Lake sólo vende plantas orgánicas comestibles que cultiva, y el copropietario Jimmy Williams dice que su negocio, que incluye la construcción y el mantenimiento de jardines para los ricos y famosos, se ha más que duplicado desde mediados de marzo.

“Mucha de estas personas tienen una hermosa propiedad, pero no tienen comida, ni árboles frutales... y creo que se han dado cuenta de que ‘necesitamos cultivar alimentos en nuestro propio terreno’”, comentó. “Pienso que entraron en pánico porque no querían ir al mercado de agricultores, ni salir en absoluto, así que no hay que ser un genio para darse cuenta de que es hora de empezar a cultivar alimentos, y nuestro teléfono no ha dejado de sonar”.

El estrés es continuo, dice Hough de Marina del Rey Garden Center, pero en su casa encuentra consuelo cuidando sus plantas.

“Probablemente debería salir a caminar o a andar en bicicleta, pero bueno, saldré al jardín a arrancar algunas malezas y lo siguiente que me doy cuenta es que he estado allí la mitad del día. Saco mi música afuera y todo lo demás deja de existir”, dijo Hough.

“Soy una jardinera apasionada, pero estos últimos meses me he conectado más profundamente con mi jardín de lo que nunca pensé que podría”.

Añadió: “Vengo de una comunidad espiritual que dice, ‘Lo bueno viene de todo’; así que si estas cosas terribles que han ocurrido ayudan a la gente a ser más pacífica y centrada en su jardín, eso es algo bueno”.

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