Herencias negativas: ‘Los miedos se aprenden, no se contagian como los virus’
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Agencia Reforma — Los niños absorben mucho de sus padres, desde lo relativo a cómo hablar hasta cuestiones de su personalidad. Sin embargo, hay algo que puede tener un impacto negativo en ellos y que se transmite, en ocasiones, de manera inconsciente: el miedo.
Para el psicoterapeuta infantil Salvador Chavarría, mientras la fobia paraliza y es desproporcionada o la ansiedad genera incomodidad y angustia a lo largo del día, el miedo es una emoción normal.
“Los miedos se aprenden, no se contagian como los virus. Es una sensación natural de la persona a un objeto o a una circunstancia real”, dice, “los niños aprenden a temer si los papás son muy aprensivos, muy preocupones”.
Al respecto, la terapeuta Myriam De Luna Jiménez enfatiza en la responsabilidad que los adultos ostentan y lo importante de que busquen ayuda en otros.
“Hay miedos que son aprendidos, por ejemplo si pasa un perro y mi mamá o papá grita, yo niño es lo que voy a aprender. Hay otros que son muy normales a determinada edad, como a los monstruos, oscuridad o ruidos fuertes”, explica.
“En casos específicos como (fobia) a la altura, a las arañas o a los perros, habría que buscar alguien que te ayudara para que apoye al niño, por ejemplo, a acariciar un perro, para que tu hijo no vea tus reacciones y no las aprenda”.
Empieza por ti
Los padres tienen la responsabilidad de identificar y atender la gravedad de sus propios temores, trabajar en ellos y buscar ayuda si lo requieren.
“También se vale que acepten y reconozcan frente al niño que se teme. Eso no los hace menos papás, menos valientes ni menos fuertes, los hace más personas. El niño así se dará cuenta que no es malo”, establece De Luna.
Así, es primordial platicar con los hijos acerca de las experiencias propias y cómo se enfrentaban, así como tener empatía ante su situación.
A su lado
Chavarría, profesor en la UNAM, enfatiza el valor de poner atención en los hijos cuando hablan de lo que les asusta.
“Hay que estar abiertos a escucharlos y entender que los miedos existen y no minimizarlos: comprender la emoción que viven. Además, decirles que se puede superar y que mamá o papá lo apoyarán. Ayudarlos a tener confianza: papás con confianza es igual a niños con confianza”.
Además, si alguna técnica funcionó con un adulto, contarla, así como dejar que el niño experimente esa u otras alternativas.
ASÍ LO DIJO
“Es importante definir como papás cuáles son nuestras preocupaciones y trabajar en ellas. Conocer a qué le tememos para saber si repercutirá en nuestros hijos”.
Salvador Chavarría, terapeuta.
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