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El qué y porque desde Washington: El 6 de enero es importante… para todos

Partidarios del presidente Donald Trump toman por asalto el Capitolio en Washington,
Partidarios del presidente Donald Trump toman por asalto el Capitolio en Washington, el 6 de enero de 2021.
(ASSOCIATED PRESS)

En Washington pensamos que lo qué nos interesa aquí, le interesa a toda la gente de todos los rincones de Estados Unidos. Este es un error común porque frecuentemente son cosas tan políticas… que solo a los políticos les importan.

Esta vez sin embargo le voy a mostrar porque hablar del asalto al Capitolio del 6 de enero hace un año, es importante para todos. Usted verá porque ese evento que para muchos es una acción criminal, desató acciones que ponen en peligro los derechos de quienes vivimos en Estados Unidos.

Ese ataque contra la democracia representada en el edificio sede del Congreso, fue provocado por quienes creyeron que la llamada “Gran mentira” era la “Gran verdad” y que había que detener y evitar el conteo del Colegio Electoral de Estados Unidos que se llevaba a cabo en el Congreso ese día, para evitar que con esa acción Joe Biden le robara la presidencia a Donald Trump. Ese ataque mis amigos, fue para impedir la transferencia pacífica resultado de una elección.

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Aun así, hoy a un año de distancia hay millones de estadounidenses que aún siguen creyendo que Biden es un usurpador y que la elección de noviembre del 2020 la ganó Donald Trump.

Todo esto se hace relevante hoy porque el absurdo surgido de ese absurdo causante del ataque al Congreso ya hizo que en un año sin precedentes, las legislaturas locales en 19 estados promulgaran 33 leyes que harán más difícil que usted emita su voto en las próximas elecciones. Todos esos congresos locales le quitaron a usted el derecho más importante, el de elegir sin obstáculos a quien lo representa tomando decisiones que forjan día a día, la vida de usted y de los suyos.

¿Se da cuenta de lo que esa gran mentira ya causó, se da cuenta lo que un año después esa gran mentira representa?

Estados Unidos tiene el derecho de presumir de democrático porque lo es. Desde los niveles más locales hasta el gobierno nacional, el voto de la gente representa todo. Es precisamente por eso que como respuesta a lo que acaba usted de leer, los Congresos locales en 25 estados promulgaran 62 leyes con disposiciones que amplían el acceso al voto.

El problema es que eso no soluciona mucho porque los estados que promulgaron leyes restrictivas son los mismos en que votar para mucha gente ya es más difícil. En esta democracia los estados que emitieron leyes para expandir el voto son los mismos en los que es más accesible votar. Así el acceso al derecho al voto depende cada vez más del estado en el que resida el votante.

Hablando de grandes mentiras recuerde usted como Donald Trump insistió tantas veces que millones de indocumentados habían emitido votos falsos. Bueno sorpréndase de saber que millones de estadounidenses aún creen que eso es verdad. Lo que para muchos es un absurdo, y que además ha sido desbancado por ser también mentira.

El colmo es que estados como Texas promulgó la SB 1, una legislación general que desproporcionadamente hará más difícil que los Latinos voten. Hará más difícil que quienes ya enfrentan barreras de acceso al idioma o que tienen discapacidades obtengan ayuda para emitir su voto.

La ley también restringe la capacidad de los trabajadores electorales para evitar y detener el acoso a los votantes en el sitio mismo de votación, por parte de los llamados “observadores electorales”.

En Texas donde ya era difícil votar, la ley SB 1 agrava las barreras que enfrentan los votantes latinos, que son el 40% de su población.

Otros estados como Georgia, Iowa, y Kansas: imponen nuevas y más estrictas sanciones a los funcionarios electorales y a otras personas que ayuden a los votantes a participar en la elección. En Georgia darle agua o alimentos de cualquier tipo a los votantes que hacen fila en las urnas. En Iowa y Kansas, las personas podrían enfrentar cargos penales por devolver las boletas en nombre de los votantes que necesitan ayuda por sufrir alguna discapacidad.

Y en todos los estados que ya le mencioné, los funcionarios electorales pueden enfrentar cargos penales si alientan a los votantes a solicitar boletas por correo.

Y eso no es todo, el Atlantic Council que en Washington es una organización que no toma partido ni con la izquierda ni con la derecha, acaba de publicar un estudio extenso llamado “Después de la Insurrección” en el que acusa a grupos racistas como los “Proud Boys”, “The Oath Keepers”, “The Three Percenters”, y otros similares como los “1st Amendment Praetorians” de lanzar ataques sistemáticos en contra de los concejales y los miembros de las mesas directivas municipales, y de educación de los condados y los municipios, para hacerlos renunciar y remplazarlos con supremacistas blancos que comulguen con las ideas extremistas de esta gente, y con el concepto de “vigilante violence”.

El Atlantic Council acusa al General Michael Flynn, y a Steve Bannon, dos de los lugartenientes de Donald Trump, de ser los arquitectos de esta nueva estrategia para poner al frente en los niveles municipales y de condados a extremistas dispuestos a cambiar al país desde el nivel de los gobiernos locales porque esos son los que están más cerca de la gente.

El comité selecto de la Cámara de Representantes, que investiga el ataque al Capitolio, ha señalado a estos grupos y su ideología extrema. Lo que no está claro aún es si esto resultará en acciones legales contra ellos.

La realidad es que es muy difícil probar actividades delictivas. Cada grupo puede defenderse con el mismo derecho que la Constitución que ellos consideran invalida les concede; su libertad para pensar y expresarse libremente, aún cuando su existencia y su actividad básica sea la de atacar a la democracia del país, y aún usando la violencia si es necesario, aunque esta misma violencia es lo que los hace vulnerables a ser castigados por la ley.

Dese cuenta de que aquí ya no es una lucha entre republicanos y demócratas o liberales contra conservadores, aquí lo que se está jugando es el destino del sistema político democrático de Estados Unidos, y la igualdad de derechos para todos. Aquí esta en juego el país.

Tanto el Departamento de Justicia como el comité selecto de la Cámara de Representantes están investigando los eventos de los disturbios en el Capitolio y esa investigación ha descubierto mucho que estuvo escondido por años. Uno de los hechos más inquietantes es que los grupos extremistas que le mencioné arriba, que no son sino una pequeñísima muestra del activismo que existe en todo el país, están compuestos en gran parte por veteranos de las fuerzas armadas, que muchos son expolicías, y hasta exfuncionarios de inteligencia.

Algunos de estos grupos se fundaron para proteger a los partidarios de Donald Trump del acoso en los mítines y para salvaguardar a sus seguidores del libertinaje de los “grupos tiránicos, marxistas subversivos” que militan en la izquierda estadounidense.

Una encuesta de CBS News/YouGov encontró que el 68% de los estadounidenses vieron los eventos del 6 de enero como una señal de aumento de la violencia política, mientras que el 32% cree que fue un incidente aislado. Lo importante de estas encuestas es que reflejan que el interés de la gente es nacional y que las personas se dan cuenta de lo vital que es preservar nuestros derechos de pensar distinto. Nadie tiene derecho a hacernos pensar igual, y nadie en esta democracia tiene más derechos que otros, ni por el color de la piel, ni por simpatizar o no con una causa.

Este es el momento de que todos decidamos si queremos o no vivir en una democracia, porque las democracias no por ser mencionadas existen por sí mismas.

* Por casi tres décadas el periodista Armando Guzmán se ha ganado el reconocimiento en México y Estados Unidos por su cobertura en Washington. Puede seguirlo en los diferentes medios y plataformas, como radio, televisión, prensa escrita e Internet.

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