Ramón Vargas critica privilegios de algunos mánager en el mundo de la ópera
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México — El célebre tenor mexicano Ramón Vargas criticó en entrevista a Efe que algunos mánager del mundo de la ópera tengan privilegios que beneficien a sus cantantes y perjudiquen al resto porque, aseguró, “el poder corrompe”.
“Algunos agentes que llevan a artistas importantes conocen lo que se va a hacer en los teatros antes que los demás. No hay pruebas tangibles pero hay indicios, debería hacerse una revisión y que las decisiones no las tome solo una persona”, sentenció Vargas (Ciudad de México, 1960).
Para el artista, que cuenta con una trayectoria de 35 años a sus espaldas, esta situación facilita que los representantes busquen y ofrezcan papeles a sus cantantes antes de que el resto puedan siquiera saber que hay una vacante incluso “cuatro años” antes de la función.
Programar con tanto tiempo de antelación es un “arma de doble filo”, según Vargas, ya que el repertorio de un cantante puede variar mucho en cuatro años.
Y también puede aparecer un artista emergente que el teatro quiera contratar pero no pueda por tener ya todo el elenco seleccionado con tanta anterioridad.
Vargas recibirá el próximo 7 de abril el premio Opera News que otorga cada año la revista con el mismo nombre perteneciente al teatro Metropolitan de Nueva York a cinco personalidades de la lírica con una trayectoria prolífica.
El cantante da gran importancia a la técnica vocal para poder desarrollar una larga carrera, como es su caso.
“Nadie te ayuda en un gran escenario más que tú mismo”, dijo, a la vez que criticó la “moda” de poner a cantantes muy jóvenes a hacer papeles de gran complejidad por la importancia que se da a que “se vean bien”.
Explicó que esto en muchos casos es porque se genera una discordancia entre la edad del personaje y del intérprete.
Y actualmente, con “la maldita cosa de proyectar todo en el cine”, los teatros prefieren a gente joven, lo que puede arruinarles la voz.
Vargas dijo encontrarse en un momento muy bueno, ya que sigue en activo y con un calendario repleto de funciones y recitales en lugares como Hamburgo o Buenos Aires.
Asimismo, el cantante se muestra positivo con el panorama operístico actual, en el que destaca a figuras como la soprano ruso-austríaca Anna Netrebko o la trayectoria del español Plácido Domingo, de quien dijo que ha sabido manejar su éxito haciendo mucho por la ópera.
En cuanto a México, Vargas no es tan positivo, pues ve que hay muchísimo talento pero no infraestructura ni buena formación.
“Falta escuela de formación y política cultural. (...) Aquí la situación es inestable y depende de que el Gobierno de turno quiera invertir en cultura o no”, sentenció.
Él mismo decidió irse de su Ciudad de México natal en busca de oportunidades tras haber cantado en el coro de la Basílica de Guadalupe siendo un niño, y después de haber ganado el Concurso Nacional de Canto Carlo Morelli.
Después de esto se presentó al certamen Enrico Caruso de Milán y, como se hizo con el galardón, decidió continuar su formación en Europa, en la ópera escuela de Viena, donde se inició realmente su trayectoria como tenor y empezó a hacerse hueco en el panorama operístico.
En 1992, recibió una propuesta para sustituir a Luciano Pavarotti en una función de la ópera Lucia de Lammermoor del compositor Giuseppe Verdi en el teatro Metropolitan de Nueva York, lo que catapultó su carrera.
Desde esta ocasión, que guarda con gran aprecio por lo bien que lo recibieron a pesar de encontrarse en una “posición complicada”, ha hecho 220 funciones en 24 años consecutivos en este teatro, uno de los más importantes del mundo.
La ópera que más triunfa en los grandes teatros sigue siendo la del periodo clásico.
Según Vargas, esto se explica mediante el alejamiento “de la melodía” que existe en las nuevas composiciones y que causa que el espectador salga de la función “sin recordar nada de la música”.
Para él, es necesario hacer nueva ópera que regrese a la melodía, aunque considera que las de Verdi, Bellini o Mozart siguen siendo actuales porque “están dando emociones, vicios y virtudes que no han cambiado”, finalizó.