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El consumo de droga entre jóvenes y el creciente uso de NSP preocupa a la OEA

EFE

La Organización de Estados Americanos (OEA) presentó hoy su último informe sobre el consumo de drogas en Latinoamérica, en el que alerta sobre el consumo de narcóticos entre los más jóvenes y advierte del creciente uso de nuevas sustancias psicoactivas (NSP, en inglés).

El estudio muestra “algunos niveles de uso entre los estudiantes de octavo grado” de sustancias como el alcohol, el tabaco, el cannabis y la cocaína, en sus distintas variables.

Por este motivo, la organización panamericana aboga por desarrollar políticas preventivas dirigidas a “la primera infancia” ya que, dice el informe, “cuando las personas más jóvenes comienzan a consumir drogas, mayores son los riesgos para la salud y otras consecuencias”.

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Asimismo, el informe apunta que se ha producido una tendencia al alza en el consumo de cannabis y cocaína entre los estudiantes de enseñanza secundaria.

En nueve de los once países de los que se tienen datos al respecto, el consumo de cannabis ha aumentado entre los estudiantes de secundaria, mientras que en dos se ha mantenido estable. Ninguna nación mostró un tendencia a la baja.

“Existe un amplio espectro de consumo de cannabis en las Américas. En la población general, la prevalencia del último año oscila entre el 0,5 % a casi el 16 %. Entre los estudiantes de enseñanza secundaria, el rango es aún más amplio, desde menos del 1 % en el extremo inferior (0,9 %) hasta casi un tercio (32,8 %) en el otro extremo”, señala el documento.

En cuanto al consumo de cocaína entre los estudiantes de enseñanza secundaria, el informe presenta tres países con una prevalencia superior al 2,5 % durante el último año: Chile, Colombia y Canadá. En Brasil, Ecuador, Granada, México y Uruguay, su consumo afecta al 2 % de los jóvenes.

Otro de los principales motivos de preocupación para la OEA es el creciente consumo de las NSP, que se caracterizan por sus propiedades químicas y/o farmacológicas similares a las sustancias controladas internacionalmente.

El informe afirma que Estados Unidos y Canadá “están experimentando graves epidemias” de este tipo de sustancias psicoactivas, cuyo “impacto potencial en la salud es significativo”.

“Esto es costoso, sobre todo en el número de vidas perdidas, como también en el impacto económico a largo plazo del problema en estos países”, sostiene el texto.

Uno de los retos que representan este tipo de drogas es su gran diversidad química, que les permite ser comercializadas de “formas diferentes” y que, en ocasiones, “surgen rápidamente y desaparecen de la misma manera”.

El informe también llama la atención sobre el consumo de alcohol entre “la población general de las Américas”.

“En 23 de los 31 países que tienen datos sobre estudiantes de enseñanza secundaria, al menos el 20 % de estos estudiantes informan haber consumido una bebida alcohólica en el último mes. En 15 países más del 30 % de los estudiantes de enseñanza secundaria han consumido alcohol en el último mes”, recoge el informe.

No es de extrañar por tanto que, según la OEA, las conductas “de alto riesgo” asociadas con el alcohol, como el inicio a edad temprana o su consumo excesivo, “son una preocupación en toda la región”.

“En diez países la prevalencia del último mes entre los estudiantes de octavo grado superó el 20 % y en tres de ellos superó el 30 %”, señala el documento.

La nota positiva la aporta el consumo de tabaco que, de acuerdo con el estudio, “está en declive” en todo el hemisferio.

“Los países con datos de tendencias muestran disminuciones en el uso entre los estudiantes de enseñanza secundaria, con pocas excepciones. Sin embargo, cualquier consumo de tabaco es peligroso para la salud y, al igual que con otras drogas, cuanto más temprano comience el consumo, mayor será el daño potencial a largo plazo para la salud”, concluye la OEA.

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