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Leontxo García: “El ajedrez es maravilloso como herramienta pedagógica”

EFE

El ajedrez es “maravilloso” como herramienta pedagógica, desarrolla la inteligencia de los niños en múltiples aspectos y puede ser un contrapeso a la tendencia de “no pensar”, aseguró en una entrevista con Efe el periodista y conferenciante español especializado en ajedrez Leontxo García.

De visita en Buenos Aires, donde ha sido especialmente invitado a disertar en el congreso internacional “El poder educativo del ajedrez del siglo XXI”, que concluye este viernes, García afirma que el ajedrez encaja perfectamente en estos tiempos donde se necesitan actividades que compensen esa tendencia de que “el hecho de pensar ya no está de moda”.

Preocupado porque el mundo camina hacia una “idiotez colectiva” o “idioticracia”, el experto, con firma propia en el diario español El País, insiste en que se necesita promover actividades que “inciten a pensar”, como el ajedrez.

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“En un mundo como este, un juego que consiste en pensar -y es además muy divertido- es una de las cosas que pueden compensar, que pueden equilibrar el mundo tal como está ahora”, señaló en un alto del congreso.

Leontxo García es una de las “estrellas” del evento que se realiza en la sede del Parlamento argentino y que reúne a ajedrecistas, educadores y legisladores interesados en el denominado ajedrez educativo, aquel que se aplica con fines pedagógicos.

“Te quiero agradecer, Leontxo. Gracias a vos, hace dos años decidí aprender ajedrez para enseñar en la escuela”, le dice un joven maestro argentino, que estrecha la mano del español, mientras una mujer le pide sacarse una foto con él y otras dos le piden consejos para promover una iniciativa de ajedrez en las plazas.

García, que es asesor educativo de la Federación Internacional de Ajedrez, responde a todos los requerimientos con amabilidad, pese a su prisa porque en veinte minutos tiene que enviar su columna de ajedrez para El País.

El experto destaca “hay suficientes estudios científicos y experiencias internacionales que confluyen en la misma conclusión: los alumnos con quienes se emplea el ajedrez como herramienta educativa desarrollan más su inteligencia en múltiples parámetros, incluida la inteligencia emocional”.

Además, resalta, el ajedrez mejora el rendimiento académico, sobre todo en matemática y comprensión lectora, y “desarrolla otros muchos valores, algunos esenciales en el siglo XXI, como el pensamiento flexible y el pensamiento crítico o la toma de decisiones razonada”.

Por otra parte, apunta García, el ajedrez “es el mejor gimnasio mental que se conoce” y hay estudios científicos que lo avalan.

“Su práctica frecuente contribuye a retrasar el envejecimiento cerebral y, por tanto, también el Alzheimer”, indica.

Según el periodista, esta actividad también “está funcionando bien en cárceles, en rehabilitación de drogadictos o con niños especiales” con TDH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), autismo y síndrome de Asperger.

“Asimismo funciona con toda clase de discapacidades porque el ajedrez iguala a todo el mundo. Los ciegos suelen decir que, en realidad, ellos ven con la mente. Y para ellos el ajedrez es el deporte ideal”, señala.

Desde su punto de vista, y después de haber viajado mucho, el “paraíso” en términos de ajedrez educativo es Armenia, donde el juego es “más popular que el fútbol” y “es asignatura obligatoria en los colegios”.

Aunque lejos de ese ideal, asegura que Argentina y España están “a la vanguardia” trazando una “camino realista” en el campo del ajedrez en las escuelas.

Lo que sugiere es la introducción del ajedrez de manera transversal en horario de clases o de forma interdisciplinar, por ejemplo en clase de matemáticas o de lengua.

“El gran problema, cuando ya hemos convencido al director de una escuela de que el ajedrez es maravilloso como herramienta pedagógica, se que se pregunta qué quita para poner ajedrez. La respuesta es que en principio no debe quitar nada”, explica.

Destaca que en Argentina hay muchos docentes y escuelas que han logrado que el ajedrez tenga su propia hora en el currículo “sin pasar por la etapa intermedia de la incorporación interdisciplinar”, y “eso es admirable pero muy difícil”.

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