Fondo Mexicano cumple 20 años como pieza clave para proteger la biodiversidad
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México — De cara a las metas ambientales que México pretende alcanzar para 2020, el Fondo para Áreas Naturales Protegidas (FANP), que cumple 20 años, constituye una pieza clave para fortalecer el resguardo de la biodiversidad y es ejemplo de la “buena sinergia” entre el sector público y privado.
“Hoy en día son ya 48 las áreas naturales protegidas que cuentan con recursos del FANP, y tres regiones prioritarias para la conservación”, afirma en entrevista con Efe Alejandro del Mazo, titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
El FANP nació en 1997 como fruto de un esquema público-privado entre el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN) y la Conanp.
Durante estas dos décadas, ha financiado más de 500 iniciativas relativas a la conservación, y que tocan temas como el monitoreo de especies, la restauración de áreas degradadas, ecoturismo, vigilancia comunitaria y capacitación de guardaparques.
En definitiva, sintetiza Del Mazo, ha servido para “fortalecer la efectividad del manejo de las áreas naturales protegidas”, que ya ascienden a 182 en todo el país.
Con la progresiva incorporación de terreno protegido, México avanza hacia la meta en materia de biodiversidad establecida en 2010 en Aichi (Japón), que concreta que el 17 % de las zonas terrestres nacionales deben estar resguardadas para 2020, así como el 10 % de las zonas marinas.
Después de que el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, firmara el pasado diciembre una serie de decretos para la creación de nuevas reservas de la biosfera y zonas de salvaguarda, el 14 % de la superficie terrestre nacional y el 23 % de la marina, más del doble de lo acordado, están bajo protección.
En este sentido, y a pesar de ser un “avance muy importante”, la tarea de la conservación no consiste únicamente en “decretar las áreas protegidas, sino garantizar la efectividad de manejo”, es decir, que estas cuenten con un programa determinado y con personal, argumenta el titular de la Conanp.
El Fondo “nos permite crear las herramientas necesarias” para cumplir las metas de 2020 e “identificar cuáles son los corredores biológicos que se necesitan establecer por la importancia para algunas especies”, señala.
Y es que uno de los aspectos que se quiere conseguir es “regresar la biodiversidad a las áreas naturales protegidas”, así como “la población de especies silvestres que llegaron a desaparecer”, indica Del Mazo.
Hasta ahora se ha atendido más de 30 especies en riesgo, como la mariposa monarca, el berrendo peninsular - “que estuvo en grave peligro de extinguirse”-, el águila real y la ballena gris.
Según datos del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), el financiamiento del FANP evitó que el 23 % de los bosques se perdiera en los últimos diez años.
Del Mazo apunta que las tareas de conservación también son la vía para garantizar ciertos servicios básicos como el agua, dado que más de la mitad que recibe el pueblo mexicano proviene de áreas naturales protegidas.
Con la actividad del FANP, dice, se ha logrado “una muy buena sinergia y una muy buena comunicación” con el sector privado, que “cada vez más quiere participar en temas de conservación”.
La Conanp no puede recibir aportaciones directas de este sector, pero el Fondo sí tiene permitido hacerlo, y por ello es el responsable de “canalizar” estos recursos hacia acciones que se han establecido como “prioritarias” para las áreas protegidas.
A esto se le suma la acción de la sociedad civil, a través de la cual se materializan los servicios del FANP con líneas concretas, concluye Del Mazo.