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El TLCAN y la encrucijada de un México que ve peligrar su modelo por Trump

La remodelación del TLCAN supone un desafío para el modelo económico de México, sustentado en buena medida en la manufactura y el comercio exterior, por lo que el país deberá ser firme en las negociaciones, consideraron expertos consultados por Efe.

“Tenemos unos 3 o 4 millones de empleos dependiendo del TLCAN, en su mayoría en multinacionales y son empleos mejores que otros. De ahí el peligro de no renegociar el convenio. Acabaría y tendríamos problemas graves”, expuso a Efe la profesora-investigadora Graciela Bensusán, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, en vigor desde 1994), que empieza su renegociación este miércoles, multiplicó por siete las exportaciones de México a Estados Unidos y Canadá, y por cuatro las importaciones de estos países.

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En 2016, el intercambio comercial de México con sus socios superó los 500.000 millones de dólares, la mayor parte con Estados Unidos.

El jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, ha calificado en repetidas ocasiones el convenio de “desastre”, y es por ello que existe el temor de un cambio sustancial en el acuerdo que ponga en peligro buena parte de la arquitectura empresarial.

“Tenemos un modelo económico fundamentado en la apertura, con Estados Unidos como principal socio comercial y Canadá también es muy importante, con ellos tenemos inversionistas, plantas de negocio y empleos”, subrayó a Efe el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón.

Para el CCE, uno de los elementos más preocupantes sería la reimposición de aranceles en miles de productos que hoy tienen una tasa cero, coincidiendo con una de las líneas rojas del Ejecutivo. “Esto sería en contra del espíritu, la letra y el objetivo del TLCAN”, dijo a Efe el economista Luis de la Calle, que participó en el equipo negociador mexicano del TLCAN en los noventa.

El aumento de las reglas de origen, para garantizar el uso de productos fabricados en la región, también preocupa a la industria.

“No se van a revisar todas las reglas, porque son muchas. Y se hará marginalmente para estimular que haya un poco más de contenido nacional”, destacó De la Calle.

Así como la modificación o eliminación del capítulo 19 a petición de Estados Unidos, que permite a las compañías apelar decisiones judiciales sobre casos de competencia desleal y similares en una comisión alternativa.

Positivamente, habrá más sinergias entre países en asuntos como la ampliación del capítulo energético, que De la Calle espera que sirva para detonar la infraestructura en energía, especialmente en frontera.

O la inclusión de un capítulo laboral puede servir para mejorar las condiciones del trabajador mexicano, porque Trump considera que los bajos salarios son una competencia desleal.

“Habrá condiciones para hacer más justa la realidad laboral”, dijo Efe Manuel Padrón, socio de Baker McKenzie México y experto en comercio internacional.

Son pros y contras antes del inicio de una negociación en el que México llega “preparado” porque tiene experiencia en negociar más de 40 convenios comerciales y deberá utilizar un tono “sensato” para resaltar las potencialidades de la región, señaló Padrón.

Pese a que se teme que serán conversaciones “desbalanceadas”, recordó De la Calle, México tiene muchas bazas a su favor. El sector agroalimentario y el automotriz, donde hay mucho comercio e inversión mutuo, son un ejemplo.

En general, se respira optimismo entre la clases empresarial y la academia: “Esperamos una posición muy racional que fomente el comercio entre los tres países”, apuntó Castañón. En sintonía, Padrón confió en que el país está “fortalecido y tiene liderazgo”.

No obstante, para Arturo Huerta, profesor-investigador de la Faculta de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el país está totalmente rendido.

“El Gobierno está dispuesto a ceder todo con la perspectiva de seguir promoviendo la entrada de capitales”, alertó.

Entre los mayores peligros, Huerta teme que Estados Unidos se apropie del sector petrolero mexicano, en plena apertura.

A horas de que arranque oficialmente el debate, la mayoría de expertos coincidieron que, en un mundo cada vez más global, la región debe aunar fuerzas y apuntar hacia otros mercados.

“Los tres países deben convertirse en zona exportadora para el resto del mundo, y México debe ser su plataforma”, concluyó De la Calle.

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