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Piden respeto en Puerto Rico para nidos tinglar en playas en Noche San Juan

Grupos ambientalistas defensores del tinglar, considerada la tortuga marina más grande del mundo, pidieron hoy a las personas que acudirán el próximo viernes a las playas de Puerto Rico en la tradicional Noche de San Juan que respeten los nidos de esta especie.

“A proteger los nidos de tinglar en la noche de San Juan!”, expresaron Yvette Núñez e Hilda Benítez, presidenta y vicepresidenta, respectivamente, del grupo 7Quillas, responsable de cuidar los nidales de las tortugas en las playas de San Juan en las áreas de Condado y Ocean Park.

Los defensores de los tinglares recomendaron a la ciudadanía que si avistan una de estas tortugas no las alumbren con linternas o luces blancas, así como evitar pisar la vegetación, dunas y los arrecifes de coral.

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“Respetemos su espacio manteniéndonos a una distancia de por lo menos 20 pies -6 metros- de los nidos. Es importante mantener la distancia y no colgar toallas o mochilas en las redes del nido”, avisaron Nuñez y Benítez.

Los ambientalistas recomendaron además no usar neveras de poliestireno expandido, pues causan mucho daño a las tortugas, peces, pájaros, manatíes y toda vida marina.

Los tinglares pueden poner huevos de cada nueve a 12 días y lo pueden repetir varias veces durante una misma temporada.

Por lo general, una vez construido el nido, puede llegar hasta 60 días en que este eclosione, dependiendo de la temperatura del sol.

El tinglar es una especie en peligro de extinción protegida por estatutos federales.

En la Noche de San Juan son tradicionales en las playas de la capital puertorriqueña grandes concentraciones para seguir los rituales de la buena suerte y alejamiento de lo negativo.

En una noche en la que el agua y el fuego son los grandes protagonistas, los puertorriqueños se reúnen sobre todo junto al mar, comen y beben juntos, y suelen realizar diversos rituales.

El más popular es tirarse de espaldas al agua siete veces consecutivas, en teoría a las doce en punto, con el fin de dejar atrás todos los males en una noche considerada por muchos como mágica y que antaño coincidía con el solsticio de verano.

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