Barish: Se reconoce la “naturaleza internacional” de ciencia “más ambiciosa”
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Washington — El físico estadounidense Barry Barish, uno de los galardonados hoy con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica de España, subrayó a Efe que es “un reconocimiento a la naturaleza internacional de la más ambiciosa investigación científica”.
“Representa tanto un reconocimiento de la naturaleza internacional de la investigación más ambiciosa en física, y especialmente los logros que pueden obtenerse cuando se colabora de verdad por encima de las fronteras”, señaló Barish en un correo electrónico enviado a Efe.
El jurado de los Premios Princesa de Asturias justificó la decisión por las aportaciones en la detección directa de ondas gravitacionales, en las que se basa la nueva astronomía.
Barish fue galardonado junto a sus colegas Rainer Weiss y Kip S. Thorne, y la colaboración científica de una veintena de países en el Laboratorio de Ondas Gravitacionales con Interferómetro Láser (LIGO, por sus siglas en inglés).
“Es un ejemplo que puede guiar a un futuro pacífico”, agregó el físico, de 81 años.
Para Barish, profesor emérito de Física de California Institute of Technology (Caltech), la detección de las ondas gravitacionales “abre completamente una nueva puerta para entender las maravillas de nuestro universo”.
“Solo el 4 % de lo que está ahí fuera es observable con los telescopios, y ahora podemos comenzar a explorar lo que está más allá de lo visible”, indicó a Efe.
Barish dirigió el observatorio entre 1997 y 2006 y fue quien propuso en 1997 la puesta en marcha de la Colaboración Científica LIGO (LSC) que cuenta con un laboratorio en Hanford (Washington) y otro en Livingston (Luisiana), así como con instalaciones en Hanover (Alemania) desde los que se buscan ondas gravitacionales de origen astrofísico y se desarrollan detectores de estas ondas a gran escala.
Hasta la fecha, la astronomía estaba basada en la luz, las ondas de radio o los rayos X mientras que ahora las ondas gravitacionales están llamadas a ganar terreno porque son absorbidas muy fácilmente por la materia existente, con lo que son prácticamente transparentes al universo.
La astronomía de ondas gravitacionales ayudará a explorar cuestiones como la formación de los agujeros negros, la descripción correcta de la gravedad o cómo se comportan las estrellas de neutrones y las supernovas en determinadas condiciones.
Las ondas gravitacionales, que pueden surgir de la explosión de supernovas (explosiones estelares), transportan información sobre el movimiento de los objetos en el universo y permiten observar la historia del universo desde antes de que se hiciese la luz.
Los detectores LIGO comenzaron a funcionar en 2002 y trece años después la Colaboración Científica LIGO anunció la primera detección de ondas gravitacionales procedentes de la colisión de dos agujeros negros de características desconocidas hasta ese momento.
Ese hecho ha supuesto un hito en la historia de la física al confirmar la predicción hecha por Einstein en 1916 y ha marcado el inicio de un nuevo campo de la astronomía. EFEUSA