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ONU lamenta que Capriles no pueda viajar y espera que no sea por represalias

El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hussein, lamentó hoy que el excandidato presidencial venezolano Henrique Capriles no haya podido salir del país para reunirse con él y confió en que la confiscación de su pasaporte no sea “una medida de represalias”.

Zeid, a través de Twitter, recordó que esperaba ver a Capriles en la sede de la ONU en Nueva York y “escuchar sus puntos de vista sobre Venezuela”.

“Lamento que no pudo viajar”, señaló el responsable de Naciones Unidas, que dijo esperar que la “confiscación” del pasaporte de Capriles “no sea una medida de represalias” porque iba a reunirse con él.

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El encuentro, según dijeron a Efe fuentes de la ONU, estaba previsto para mañana viernes a las 16.00 hora de Nueva York (20.00 GMT).

Capriles denunció en un vídeo difundido desde el aeropuerto internacional de Maiquetía que funcionarios de inmigración retuvieron hoy su pasaporte en el aeropuerto de Caracas, impidiéndole viajar a Nueva York.

El pasaporte “me lo robaron en inmigración, porque así es que se le puede calificar, ya estoy fuera del área de inmigración, lamentablemente, a todas las personas en ONU, no he podido viajar, no voy a poder asistir a la reunión con el alto comisionado para los Derechos Humanos”, afirmó Capriles.

El opositor había anunciado horas antes que viajaría para presentar “personalmente” a Zeid “todos los casos de los caídos, heridos, presos, represión” registrados durante las protestas en contra del Gobierno, que tras más de mes y medio ha dejado un saldo de 45 muertos, centenares de heridos y detenidos.

El alto comisionado ha criticado en las últimas semanas la represión por parte de las autoridades venezolanas, subrayando que tapar las voces disidentes “no resolverá la agitación” en las calles o las razones de las protestas.

El Consejo de Seguridad de la ONU, a petición de EE.UU., analizó por primera vez este miércoles la situación en Venezuela, un país que según Washington está “al borde de una crisis humanitaria”.

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