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Carolina del Norte legisla de nuevo sobre elección de baño a transexuales

El gobernador de Carolina del Norte, el demócrata Roy Cooper, firmó hoy un texto que modera una polémica ley que obliga a los transexuales a usar los baños públicos que se corresponden con el sexo de su partida de nacimiento, en lugar del género con el que se identifican.

Con su rúbrica, y tras sendas votaciones hoy en ambas Cámaras estatales, dominadas por los republicanos, Cooper convierte en ley un texto emergido desde la Asamblea estatal que sustituye la llamada “ley de baños”, la HB2, que entró en vigor en marzo de 2016 y suscitó desde entonces un impacto económico en Carolina del Norte.

La nueva legislación, producto de un acuerdo previo entre el gobernador y la mayoría republicana en el Capitolio estatal, no recoge grandes cambios, pues no permite a los transexuales elegir los baños o vestuarios públicos de su preferencia y delega en las autoridades municipales la regulación sobre el uso de estas instalaciones.

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El texto ha merecido las críticas de grupos defensores de los derechos civiles y de la comunidad transgénero, que pedían la eliminación total del texto en cuestión.

En un comunicado, la Unión Americana de Libertades Civiles en América (ACLU) expreso que la nueva regulación “deja en pie las partes más dañinas de la ley” HB2 y pidió una anulación total de la legislación.

A su vez, los impulsores de la HB2, grupos conservadores y religiosos, repudiaron la nueva ley al ser constituir una rendición ante la presión de los grupos defensores de las personas transgénero.

“Este proyecto de ley es en el mejor de los casos un castigo, en el peor de los casos es una traición a los principios”, dijo el senador estatal republicano Dan Bishop, el considerado arquitecto de la HB2.

La ley de los baños fue aprobada en marzo de 2016 a modo de respuesta contra una ordenanza de la ciudad de Charlotte, cuyo concejo municipal, de mayoría demócrata, permitió que las personas transgénero usaran los baños públicos según su identidad de género.

Un mes después, la Asamblea de Carolina del Norte, controlada por los republicanos, aprobó una drástica legislación que determinó que dichas instalaciones solo se pueden usar de acuerdo al sexo que figure en los certificados de nacimiento.

La legislación fue firmada por el entonces gobernador, el republicano Pat McCrory, quien luego perdió las elecciones de noviembre pasado. Tras la firma, el negativo impacto económico para Carolina del Norte se dejó sentir con contundencia.

Una vez que entró en vigor la normativa, la poderosa liga de baloncesto NBA canceló el Juego de las Estrellas programado en la ciudad de Charlotte, y el estado vio esfumarse más de 106 millones de dólares en ingresos.

Las organizaciones deportivas universitarias NCAA y ACC suspendieron parte de sus partidos programados para Carolina del Norte, ocasionando una pérdida de 91 millones de dólares.

Asimismo, la empresa financiera PayPal y el Deutsche Bank suspendieron sus planes de expansión en el estado, que habrían añadido 650 empleos y 42 millones de dólares en nómina.

Artistas de la talla del exbeatle Ringo Starr y Bruce Springsteen cancelaron sus conciertos.

Y aunque la ley aprobada hoy busca aquietar esa tormenta económica, en el plano social y político la crispación parece mantenerse.

En un comunicado, el presidente del grupo ultraconservador Family Research Council, Tony Perkins, consideró la nueva legislación como una derrota y una muestra de cómo los legisladores “están dispuestos” a rendirse ante la presión de los grupos defensores de los transexuales.

El colectivo LGBT (lesbianas, gais, transexuales y bisexuales) criticó por su parte que la norma impida hasta 2020 a cualquier entidad local de Carolina del Norte emitir medidas en contra de la discriminación de esta comunidad, y las minorías hispana y afroamericana, dejando esta responsabilidad a la Asamblea estatal.

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