Tras lograr su victoria mil, el jockey mexicano Mario Gutiérrez busca dejar huella en el hipismo
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El destacado jinete mexicano Mario Gutiérrez, re-ciente ganador del Kentucky Derby, ha vivido varias tardes gloriosas, pero todavía recuerda con viveza cómo fue su primer triunfo.
El 10 de junio de 2006, estaba corriendo en el hipódromo Hastings de Vancouver, Canadá. Tras haber llegado segundo en su primera carrera del día, en la siguiente, a bordo de Cherokee Freedom, cruzó la meta viendo a los demás jockeys detrás de él.
“Solo le hice caso al entrenador, me dijo que me agarrara, que partiera de las puertas y que iba a llegar primero… y así pasó”, dijo con emoción Gutiérrez, de 30 años, a HOY Deportes durante la edición número 50 del juego de caridad de básquetbol entre los jinetes del Hipódromo de Santa Anita y el equipo de la escuela de la iglesia Holy Angels en Arcadia que se disputó la semana pasada en la preparatoria La Salle de Pasadena.
Esa carrera fue solo el comienzo de un excelso paso triunfador que este pasado 9 de febrero llevó al originario del Higo, Veracruz, a con-quistar la victoria número 1.000 de su trayectoria como jinete profesional.
“[Esta hazaña] me hizo recordar de donde salí y de los esfuerzos que tuve pasar desde mi casa en Veracruz, luego en la Ciudad de México, Canadá y ahora aquí en Los Ángeles. Pase por mucho sacrificio, pero gracias a Dios todo dio fruto y aquí estoy con una bonita carrera”, comentó Gutiérrez, quien enfatizó que no pondría nada en lugar de su logro, ni aunque llegara a ganar el premio más cotizado del hipismo.
“Claro que me gustaría ganar una Triple Corona, pero el éxito que he tenido en mis mil victorias logradas es muy difícil. No cualquier jockey lo puede lograr, eso no lo cambió por nada”, expresó Gutiérrez.
De todos sus triunfos, 28 han sido en carreras clásicas, la máxima categoría de competencia, en la que sobresalen dos Breeders Cups y un Preakness Stakes, junto a dos ediciones del Kentucky Derby, 2012 y 2016, las cuales Gutiérrez considera que son las joyas de su palmarés.
Su segunda conquista de la legendaria carrera fue histórica pues además de ser el primer jinete en ganarla en sus dos primeros intentos, también fue la que disfrutó más.
“Como persona estaba más maduro, sentí que trabajé muy duro”, expresó. “Las dos son indescriptibles, pero en la segunda ya tenía a mi esposa y mi hijo ya venía en camino, fue muy especial”.
Mentalizado para ganar
Antes de emprender en esta buena racha por la que atraviesa que empezó con su victoria en el Breeders Cup en noviembre de 2015, Gutiérrez estaba hundido en un bache que lo había marginado de los primeros planos del hipismo. En 2012, el veracruzano había visto despegar su carrera de gran manera tras ganar el Kentucky Derby y Preakness Stakes para ponerse a un paso de convertirse no solo en el primer jockey en ganar la Triple Corona en 34 años, sino también en el primer latino en hacerlo. Sin embargo, un día antes del Belmont Stakes, la tercera carrera del premio, su caballo I’ll Have Another fue retirado por su dueño debido a que estaba desarrollando tendinitis en una pierna.
Esta inmensa oportunidad perdida fue el comienzo de un periodo de “desenfoque” que mermaría la carrera del veracruzano en pleno ascenso. De ganar $5.340.452 en premios en 2012, pasó a ganar $3.790.728 en 2013 y $2.719.344 en 2014.
“Se me había olvidado por qué empecé a ser un jinete. Tuve que reenfocarme con mi niñez y la razón de por qué quería montar desde entonces”, confesó Gutiérrez. “Cuando sentí la pasión por este deporte otra vez, todo salió de volada”.
Gutiérrez atribuye gran parte de su repunte a su esposa Rebecca, una antigua amiga con la que se reencontró en 2012 y con la que se casó tres años después.
En cuanto a sus metas a futuro, su objetivo principal es “introducirme en el Salón de Fama del hipismo, para esto tendría que ganar la Triple Corona y más Kentucky Derbys”.