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¿Teléfono roto? CellSavers al rescate

Chance House, un técnico de CellSavers, arregla un iPhone dañado en la sede de Union-Tribune en el centro de San Diego.

Chance House, un técnico de CellSavers, arregla un iPhone dañado en la sede de Union-Tribune en el centro de San Diego.

(LARA HOCHULI/SAN DIEGO UNION-TRIBUNE)

Cuando los dispositivos digitales se combinan con nuestras tendencias a los accidentes, el resultado es un mercado floreciente para la reparación de teléfonos celulares, un negocio de 4 mil millones de dólares por año que está tomando el control de la industria tecnológica.

Como líder de esa industria está la empresa emergente de San Diego CellSavers, que está celebrando dos años en el negocio, habiendo aumentado las operaciones a 20 empleados de tiempo completo que trabajan en su oficina local, además de otros 20 repartidos por sus oficinas en San Francisco e Israel.

La empresa inició a principios del 2015, respaldada con una inversión de capital de riesgo de 18 millones de dólares y opera despachando a un técnico a la dirección indicada por los clientes, en donde reparan una pantalla de teléfono agrietada o cualquier otro desperfecto. Y todo el proceso debe tomar 60 minutos o menos.

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“Comenzamos CellSavers porque creemos que el servicio local de la industria de reparación es irregular”, dijo Itai Hirsch, cofundador y presidente. “Queríamos crear (...) la forma más rápida, segura y fácil de reparar nuestros dispositivos”.

Hoy en día, la compañía local opera su servicio a domicilio de reparaciones de dispositivos en 22 mercados de todo el país. La mayor demanda se da en sus establecimientos de metrópolis, que incluyen San Diego, San Francisco, Nueva York y Los Ángeles.

Desde su lanzamiento, CellSavers dice que ha reparado casi 80 000 dispositivos en Estados Unidos. No lo ha hecho solo. La empresa sigue el modelo del trabajador cibernético popularizado por Uber, donde los contratistas independientes en cada mercado son puestos en contacto con personas que requieren algún tipo de servicio.

Si hay alguna diferencia con Uber, es que la empresa dice que solo acepta menos del 10 por ciento de trabajadores que quieren ser técnicos por demanda, o savers (rescatadores), como les llaman en la empresa.

También dicen que pagaron mejor que a la mayoría de los trabajadores cibernéticos, ganando, en promedio, 30 y 60 dólares por reparación.

Por ejemplo Chance House de Spring Valley, que solía trabajar para Sony, ahora dirige su propio negocio de reparación de dispositivos. Ahora pasa la mayor parte de su tiempo haciendo llamadas a CellSavers. El trabajo, dijo, paga “bastante bien” y hay suficiente demanda para tenerlos ocupados.

En San Diego, la empresa cuenta con alrededor de 70 técnicos que pueden prestar servicio en cualquier parte del condado, incluso en lugares como bares y eventos deportivos, donde los teléfonos son propensos a caerse.

En cuanto a los dispositivos, CellSavers presta servicios para iPhones, iPads, dispositivos Samsung Galaxy y el teléfono Pixel de Google. Los precios varían según el modelo y el daño que tenga el aparato, pero tienden a ser razonables cuando se considera la conveniencia del servicio sobre pedido y una garantía incluida.

Por ejemplo, una pantalla agrietada en un iPhone 5 costará 79 dólares por reemplazarla, mientras que un iPhone 6 costará 99 dólares por arreglarla y un iPhone 7 costará 239 dólares.

Las partes son generalmente más caras para los dispositivos más nuevos, dijo Hirsch. Pero, en general, los precios de CellSavers no están necesariamente destinados a ser los más bajos de la ciudad, agregó.

“No estamos en una competencia por el precio”, dijo. “Estamos ofreciendo un servicio de excelencia. Nuestro objetivo es convertirnos en una solución asequible (...) para todos. Cuando somos capaces de ofrecer un precio más bajo (que la tienda Apple) lo hacemos, y cuando no, pues no lo hacemos. No queremos poner en riesgo nuestro negocio”.

Más allá de apelar al descuido tan común, la compañía ha convencido a la prestigiosa empresa de Sequoia Capital, de Silicon Valley, que lideró su financiamiento inicial en el 2015, de que su negocio de reparaciones sobre pedido es confiable.

Esto se debe en parte a que la empresa pretende obtener ganancias en cada reparación. CellSavers dice que ya es rentable en sus primeros mercados y que a pesar de que también está invirtiendo capital – lo que se entiende vulgarmente como perder dinero- en otras partes del país, está haciendo un esfuerzo para establecer su negocio y destacarse de las tiendas familiares de reparación, que actualmente dominan el mercado.

“(El negocio de reparación de teléfonos celulares) es muy local por su naturaleza hoy en día”, dijo Gili Raanan, el socio general en Sequoia a cargo de la inversión CellSavers. “Uno de los retos que tenemos es la construcción de una marca de renombre con los consumidores, que sea reconocida a nivel nacional. Creo que podemos lograrlo”.

Quizás el signo más seguro de eso es lo más obvio: los tamaños de las pantallas simplemente son cada vez más grandes y la gente siempre será propensa a romperlas.

Van Grove escribe para el U-T.

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