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Queja señala a oficiales fronterizos

Asociaciones en pro de los derechos de los inmigrantes han denunciado la falta de atención de agentes de la Patrulla Fronteriza a peticiones de asilo en la garita de entrada fronteriza de San Ysidro.

Asociaciones en pro de los derechos de los inmigrantes han denunciado la falta de atención de agentes de la Patrulla Fronteriza a peticiones de asilo en la garita de entrada fronteriza de San Ysidro.

(John Moore / Getty Images)

Ocho organizaciones que luchan por los derechos de los inmigrantes han enviado una queja al Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, argumentando que los oficiales en los puntos de cruce legal a lo largo de la frontera suroeste rechazan ilegalmente a los solicitantes de asilo.

La queja, firmada por el Consejo Americano de Inmigración, la Asociación Americana de Abogados de Inmigración y la Unión Americana de Libertades Civiles, entre otros, insta a los funcionarios de Seguridad Nacional a investigar lo que está sucediendo en la frontera. Se relata el testimonio de varios solicitantes de asilo que fueron devueltos de los puertos de entrada de San Ysidro y Otay Mesa sin que hubieran hablado con nadie sobre sus reclamaciones.

“Estados Unidos ha estado adherido desde hace mucho tiempo a las leyes y convenciones internacionales que permiten a las personas buscar asilo por motivos de persecución por raza, religión, nacionalidad, creencias políticas u otros factores”, dijo Carlos Díaz, portavoz de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) cuando se le preguntó sobre la queja. “El solicitante no tiene que solicitar asilo específicamente, simplemente debe expresar su temor de ser regresado a su país”.

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“CBP ha coordinado y continúa trabajando con las autoridades mexicanas en lo que respecta a la seguridad fronteriza y las causas humanitarias”, agregó Díaz. “En este caso, el CBP ha colaborado con las autoridades mexicanas para mejorar el procesamiento y la asistencia humanitaria de aquellas personas sin estatus legal para ingresar a Estados Unidos. Esto se está haciendo para alojar temporalmente a los individuos en un lugar más cómodo y lejos de la intemperie. Antes de establecer este proceso ordenado había cientos de personas en las calles de Tijuana por días a la vez”.

Estados Unidos, en virtud del derecho internacional y del propio país, tiene la obligación de examinar a los solicitantes de asilo para determinar si sus solicitudes de protección son legítimas y protegerlos en caso de que lo sean.

Si una persona llega a la frontera diciendo que tiene miedo de regresar a casa y pide asilo, se supone que la persona es llevada a una entrevista para confirmar si su temor es real en un encuentro con un oficial de asilo capacitado que determina si el solicitante de asilo tiene una reclamación válida.

Si la reclamación no es válida, el solicitante de asilo es regresado. Si se comprueba que la reclamación es válida, el solicitante de asilo pasa por un proceso hasta llegar a la corte de inmigración, donde un juez toma la determinación final en el caso.

La queja del 13 de enero aborda varios incidentes en Texas, además de dos en San Diego.

Un hombre cuyo testimonio está documentado en la denuncia, un oficial de policía mexicano que se enfrentó a un cártel y posteriormente fue atacado y hospitalizado, fue regresado de San Ysidro y Otay Mesa “en múltiples ocasiones” el verano pasado, reclama la denuncia.

En la denuncia, la hija del hombre dijo que lo empujó en su silla de ruedas a la frontera de San Ysidro para pedir protección en julio de 2016, y un oficial de aduanas y protección fronteriza les dijo: “No aceptamos más personas”.

Cuatro solicitantes de asilo de Guatemala, tres adolescentes y un hombre de 21 años, reportaron una experiencia similar en los puntos de entrada de San Diego, de acuerdo con la queja. Relataron que se les dijo que necesitaban pasaportes o visas para solicitar asilo. Los solicitantes de asilo no necesitan tener tales documentos. Los cuatro guatemaltecos conocieron más tarde a una abogada de inmigración, Nicole Ramos, que los acompañó de regreso al puerto de entrada.

Ramos convenció a los funcionarios fronterizos de que tenían que llevar a los cuatro a través del proceso de solicitud de asilo. Según lo relatado en la queja, Ramos y su asistente jurídico escucharon a los oficiales “hablando muy duramente” a los cuatro solicitantes de asilo. Otro oficial los vio y les dijo a los otros oficiales que “ bajaran el tono de voz” porque “hay abogados que están observando”, según la queja.

Varios de los solicitantes de asilo en la queja intentaron cruzar ilegalmente la frontera, porque los oficiales no les permitirían tomar la ruta legal en los puertos de entrada. Cuando fueron detenidos tras el cruce, solo entonces fueron puestos en procedimientos de asilo.

Morrissey escribe para el U-T.

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