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La DEA anunció el fin de su monopolio de producción de marihuana para investigación médica

Plantas de marihuana llenan un espacio de cultivo en el laboratorio de investigación de la Universidad de Mississippi, el único sitio en su estilo contratado por el gobierno federal.

Plantas de marihuana llenan un espacio de cultivo en el laboratorio de investigación de la Universidad de Mississippi, el único sitio en su estilo contratado por el gobierno federal.

(Brandon Dill / Para Los Angeles Times)

El gobierno federal terminará su monopolio de décadas en la producción de marihuana para investigación médica; este jueves, la Agencia Antidrogas (DEA) anunció que comenzará a permitir que investigadores y compañías farmacéuticas utilicen marihuana cultivada en otros sitios además de sus instalaciones seguras de la Universidad de Mississippi.

No obstante, la agencia no dio el paso más grande respecto de la legalización de la marihuana, algo por lo cual muchos legisladores abogan desde hace tiempo. Si bien hay un proyecto de ley que busca eliminar el cannabis de la categoría más peligrosa de narcóticos, la droga continúa hasta hoy clasificada como más dañina que la cocaína.

Los investigadores médicos se han quejado durante años de la política del gobierno federal acerca de la marihuana, que impide los avances científicos, fomenta que los pacientes deban confiar en evidencias anecdóticas de las cualidades curativas de la droga y socava los esfuerzos de cultivos médicos para tratar con mayor eficacia las enfermedades.

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Durante casi 50 años, la Universidad de Mississippi ha tenido un contrato exclusivo para la producción de marihuana medicinal. Cualquier científico que busque investigar con la droga para fines médicos debía obtener una licencia especial a través de varias agencias federales, entre ellas la DEA.

“La demanda de marihuana para investigación fue relativamente limitada”, escribió la agencia en un documento que se publicó en línea este jueves, y que describe la nueva política. “El productor podía satisfacer esa demanda”.

Pero los investigadores señalan que la falta de demanda fue resultado del empeño de la agencia para desalentar activamente cualquier estudio que pudiera legitimizar la droga. La DEA reconoció el jueves que estudios recientes sugieren que algunos de los cannabinoides de la marihuana podrían ayudar a tratar las convulsiones y otros trastornos neurológicos. Existen más de 100 cannabinoides en la planta de marihuana, y los científicos trabajan arduamente para aislar aquellos que puedan ser más eficaces.

“DEA ha concluido que la mejor forma de satisfacer la demanda actual para investigación, con una variedad de cepas de marihuana y extractos de cannabinoides, es aumentar el número de productores autorizados a nivel federal”, detalla el comunicado.

El cambio es notable para una agencia que durante mucho tiempo pareció fuera de sintonía hasta con el propio presidente Obama, quien ha afirmado que la marihuana no es más dañina que el alcohol. El Departamento de Justicia permitió a los estados avanzar rápidamente hacia la legalización, tanto para uso médico como recreativo, aunque la DEA sigue clasificando la sustancia como un narcótico de la “Lista 1”, con ningún uso médico aceptado.

“Me complace la decisión de disminuir las barreras a la investigación sobre la marihuana medicinal”, afirmó mediante un comunicado el representante Earl Blumenauer (D-Oregon), uno de los defensores más activos en el Congreso de la legalización. “Es indignante que la política federal haya bloqueado a la ciencia durante tanto tiempo”. Al igual que otros defensores del tema, Blumenauer expresó también su desconcierto ante la negativa de la DEA para retirar la droga en cuestión de la “Lista 1”. “Es evidencia de que la DEA no comprende”, afirmó. “Mantener la marihuana en la “Lista 1” es un enfoque obsoleto y fallido, que deja a los pacientes y a los negocios atrapados entre leyes estatales y federales”.

La agencia publicó este jueves un informe de 186 páginas que refuta esos argumentos. En él expone nuevamente sus justificativos para señalar la droga como particularmente peligrosa, y sin uso médico aceptado. Entre las preocupaciones destacadas se cuenta en hecho de que no haya habido aún suficientes estudios científicos controlados.

Sin embargo, eso podría cambiar ahora, con la nueva política que permitirá aumentar la disponibilidad de la marihuana para investigaciones.

La DEA invitará a productores a solicitar licencias, pero advierte que el número de permisos será limitado y que las normas para calificar como elegibles serán muy estrictas. También insinuó que los grandes productores que han vendido la sustancia legalmente en los estados podrían quedar fuera del mercado, ya que la DEA favorecerá a los fabricantes que hayan seguido sus reglas y posean un historial comprobado de trabajo con sustancias controladas.

Entre otros productores potenciales podría incluirse a las grandes compañías de agricultura y farmacia que, aún con voluntad de ingresar al mercado de la marihuana, se hayan mantenido al margen, a la espera de que la DEA flexibilizara sus reglas. La agencia explicó que su nueva política está diseñada para permitir que las empresas que buscan comercializar cepas particulares como drogas recetadas comiencen a desarrollar esos productos. “Con este nuevo enfoque, si el conocimiento científico avanza en el futuro a un nivel tal que demuestre que la marihuana es segura y efectiva para uso médico, las compañías farmacéuticas tendrán un medio legal de producción en los EE.UU., independientemente del proceso de contratación del gobierno federal”, escribió la agencia.

Traducción: Valeria Agis

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