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En Hollywood, la polémica por la ‘diversidad’ deja fuera a los actores con discapacidad

La historia central de la película “Me Before You”, recientemente estrenada por Warner Bros., es de qué están hechos los cuentos de hadas. Adaptación del libro homónimo de Jojo Moyes publicado en 2012, el film sigue la relación de un joven banquero (Sam Claflin, de “The Hunger Games”) paralizado luego de un accidente, y su cuidadora (Emilia Clarke, de “Game of Thrones”). Pero para algunos, la elección de Claflin, una persona sin discapacidades, es otro ejemplo de cómo la industria del cine limita los papeles que actores con discapacidades podrían interpretar.

La diversidad ha sido este año el tema de conversación en Hollywood, aunque la discusión se ha centrado especialmente en temas de raza y género. Algunos aportaron temas vinculados con la sexualidad, pero muchos sienten que la discusión debería ampliarse para incluir a los actores con discapacidades.

“Si vamos a tratar la diversidad, la cuestión debe ser totalmente inclusiva de los grupos que realmente definen la diversidad, no sólo de un grupo selecto que es popular”, aseguró el actor Danny Woodburn. “Es popular decir que los grupos LGBT, las mujeres y la gente de color definen la diversidad. No es tan popular hablar de la gente con discapacidades. Pero la realidad es que la discapacidad pone la ‘D’ en el término ‘diversidad’”.

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Hollywood ha sido criticado durante mucho tiempo por la falta de representación de diferentes personas, tanto delante como detrás de cámara. El más reciente reproche llegó a comienzos de este año, cuando la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas anunció a sus nominados, que por segundo año consecutivo fueron actores únicamente blancos. El hashtag #OscarsSoWhite, creado en abril por April Reign, inmediatamente se expandió por las redes sociales. En una entrevista con The Times, Reign verbalizó su postura ante lo que denominó “el borrado de las comunidades marginales” y postuló una definición de la diversidad que incluía a personas con capacidades diferentes. Sin embargo, gran parte de la campaña hasta el momento se ha centrado en las mujeres, las personas de color, y la comunidad LGBT.

Aun cuando la presidente de la Academia, Cheryl Boone Isaacs, anunció el compromiso de la organización para lograr una mayor diversidad, sólo se nombró a mujeres y personas de color. Más aún, la lista de las 100 personas que podrían ayudar a ampliar la diversidad en la Academia -y en Hollywood-, elaborada por The Times, también se centró en la raza, el género y la elección sexual.

Para Woodburn (“Jingle All the Way”, “Seinfeld” y “Teenage Mutant Ninja Turtles”), quien como una persona pequeña se cuenta a sí mismo como alguien con discapacidad, tal exclusión presenta una “retórica peligrosa” que ignora a un grupo importante de gente.

Según el censo de los EE.UU., alrededor del 19% de la población (56.7 millones de personas) se identifica ‘con capacidades diferentes’. Las condiciones varían desde las discapacidades intelectuales -como el síndrome de Down- a las físicas -tales como parálisis o parálisis cerebral-. Las percepciones sensoriales también podrían verse dentro de esta categoría, como el autismo, la ceguera o la pérdida de audición. Un informe de 2012 del censo señaló que esta comunidad tiene una menor probabilidad de conseguir empleo y más posibilidades de experimentar pobreza persistente. Como tal, cualquier conversación acerca de la diversidad que no tenga espacio para las personas con discapacidades “es peligrosa”, aseguró Woodburn, teniendo en cuenta las consecuencias económicas y de políticas que conlleva.

Una forma en que la política se ve afectada por esta exclusión puede verse en Nueva York, donde la sede del este del gremio de escritores Writers Guild of America ha avalado y presionado para que las deducciones de impuestos de Empire State Film Production incluyan a los guionistas de TV y directores que sean mujeres o personas de color. Woodburn, como vicepresidente del Comité de Actores con Discapacidades de SAG-AFTRA, trabaja para lograr que las capacidades diferentes sean incluidas en la lista potencial de ‘diversidades’ compatibles.

“Es la misma fraseología de los años 1960; que aún no ha llegado tu turno”, afirmó el actor. “Eso me enoja, pero también me pone en marcha”.

Gail Williamson, agente de talento de Kazarian, Measures, Ruskin and Associates, ha defendido la causa de las capacidades diferentes durante más de 20 años. Con 120 clientes con discapacidades en su lista, Williamson cree que muchos de ellos fácilmente podrían haber sido convocados para el papel de “Me Before You”. “Nos referimos a ello como cripface [o ‘falsa discapacidad’], tal como condenábamos cuando maquillaban de negro a los actores para imitar a alguien de esa raza, o cuando pintaban a los italianos para que lucieran como indígenas americanos”, expresó la agente. “Esperamos que, en el futuro, estas películas apoyen más la causa si realmente necesitan a un actor con discapacidad”.

Adelantándose a las réplicas de que la gente con discapacidad no tiene el talento, el entrenamiento o la experiencia necesaria para abordar roles protagónicos -un argumento similar al empleado para justificar las representaciones inadecuadas de las mujeres, personas de color y de la comunidad LGBT-, Williamson, cuyo hijo es actor y tiene síndrome de Down, repitió las palabras del discurso que Viola Davis pronunció en la ceremonia de los premios Primetime Emmy de 2015, cuando habló de que sólo se necesita una oportunidad.

“Los tenemos allí, en espera; son gente que tiene entrenamiento, han hecho su tarea y tienen experiencia, pero la industria no abre las puertas para ellos”, aseguró la agente. “Mis actores nunca podrán tener la experiencia que estos otros intérpretes tienen, porque no se les concede la oportunidad de lograrlo. Alguien tendrá que ver algo más en ellos”.

Marlee Matlin, una actriz sorda que fue elegida como protagonista de “Children of a Lesser God”, film de 1986, ganó un Oscar y al instante se convirtió en una estrella para el papel, su primer trabajo profesional en toda su vida.

En cuanto a qué personas la industria debería poner atención, Williamson y otros defensores de la comunidad destacaron a Ali Stroker (“Spring Awakening”, de Broadway; “Faking It”), Jamie Brewer (“American Horror Story”), JLouis Mills (“Heartbeat”, “The Tribe”) y Robert David Hall (de la franquicia “CSI”), entre otros.

Adam Moore, director nacional de igualdad de oportunidades laborales y diversidad de SAG-AFTRA, agregó: “No sólo no tienen la oportunidad para cualquier cosa que esté específicamente escrita acerca de personas con discapacidades, sino que, cuando la historia tiene personajes con capacidades diferentes, más de la mitad de las veces no tienen siquiera la oportunidad de competir por esos roles”.

Moore comparó la situación con las experiencias de selección de elenco para las personas de color, donde los papeles están programados para los blancos, a menos que se indique lo contrario. “Esto también significa ‘no discapacitado’, a menos que se indique lo opuesto. Las personas con discapacidad quedan excluidas casi desde el comienzo, porque las historias no son pensadas de esa manera”.

Por otra parte, Moore advirtió, la experiencia puede ser doble o triplemente opresiva para quienes viven en los márgenes de otras identidades en desventaja para la industria, tales como una mujer de color y discapacitada.

Por ello es que la gente con capacidades diferentes debe ser incluida en la definición de ‘diversidad’, señaló Woodburn. Ellos también deben ser capaces de verse reflejados en las producciones culturales de la sociedad. “No quiero que las personas con discapacidades sean una nota al pie de esta discusión”, aseguró.

Si quiere leer la nota en inglés haga clic aquí.

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