La industria de taxis en L.A., ha sido devastada por Uber y Lyft
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La aparición de Uber y Lyft ha asestado un golpe brutal a la industria de taxis de Los Ángeles, según indican registros de la ciudad. Desde que los servicios de transporte comenzaron a operar en el sur de California, hace tres años, el número de viajes en taxi solicitados con anticipación en L.A. cayó un 42% y el número total de recorridos se desplomó a casi el tercio.
Los descensos más pronunciados se evidenciaron en los sitios más turísticos y de vida nocturna de la ciudad: el lado oeste, Hollywood y el centro.
Estas caídas se deben al dramático cambio causado por las populares empresas de transporte solicitado a través de una aplicación móvil, que han arrancado su cuota de mercado a las empresas de taxis después de décadas de dominio en Los Ángeles. La disminución refleja lo que está ocurriendo también en el resto del país a medida que los taxis -regulados en todo, desde el precio hasta el color de los vehículos- se ven cada vez más imposibilitados de competir con estas empresas emergentes, más ágiles y económicas.
En San Francisco, sede corporativa tanto de Uber como de Lyft, el número de viajes realizados en taxi se redujo en más de dos tercios durante los últimos dos años. Los taxistas en Boston, Washington y Nueva York han reportado caídas menos bruscas de sus números.
En Los Ángeles, la peor parte de la crisis ha recaído sobre los conductores, muchos de los cuales se sientan detrás del volante a tiempo completo, afirmó el presidente de la comisión de taxis, Eric Spiegelman. Por el contrario, los representantes de Uber y Lyft aseguran que sus choferes trabajan a tiempo parcial para complementar los ingresos de otro empleo.
Aunque los números pueden variar enormemente según dónde y cómo trabajan los choferes, el taxista promedio solía llevar a casa un ingreso cercano a los $40,000 anual neto, estimó Jeannine Brands, una ingeniera asociada especializada en datos de taxis.
Al igual que sus competidores emergentes, los choferes de taxis en L.A. son contratistas independientes, pero deben pagar la renta de sus vehículos y sistemas de despacho a alguna de las nueve empresas licenciadas de la ciudad. Esos costos se han mantenido estables, incluso cuando el número de viajes ha descendido considerablemente. “Los conductores están sufriendo un duro revés; es muy doloroso”, expresó Spiegelman.
Paul Ezadjian, de 56 años y gerente de LA Checker Cab, aseguró que los viajes de sus choferes han caído hasta un 40%, y el descenso parece acelerarse.
Al descontar las primas de sus seguros, el combustible y los costos de renta de los vehículos, los taxistas ahora ganan entre $400 y $500 por semana, mientras que hace algunos años esta suma promedio rondaba los $800, precisó Ezadjian.
Algunos incluso han dejado los taxis y comenzado a conducir para Uber, señaló el gerente, atraídos por la popularidad de la empresa y sus costos iniciales más económicos. Esos conductores utilizan sus propios vehículos y no hacen pagos a la empresa. Aun así, la tasa por milla de esa empresa es más baja que la de los taxis, cuyas tarifas son establecidas por las autoridades municipales. Además, Uber retiene el 20% de cada viaje. Con esos costos, si uno conduce menos de 200 millas por día resulta imposible ganarse la vida, estimó Ezadjian. “Para el consumidor, Uber es muy bueno. Pero para el conductor, es pésimo”, afirmó.
Esto es evidente al revisar el número de conductores con permiso para trabajar en Los Ángeles. Después de años de crecimiento lento pero constante, la ciudad ha perdido más de 586 choferes durante los últimos tres años, lo cual representa un descenso del 14%.
Los taxistas han acudido en manada a los distritos densamente poblados del centro y el oeste de Los Ángeles, en busca de un flujo constante de viajes. En esas áreas, los recorridos solicitados por teléfono han representado típicamente tres cuartas partes de los viajes preacordados de la ciudad.
Pero durante los últimos tres años, el número de viajes en Hollywood y el centro de L.A. cayeron un 44%, mientras que los de la zona oeste descendieron a más de la mitad. La única excepción es el sur de L.A., donde los choferes registran actualmente un 6% más de viajes acordados con anticipación de los que realizaban hace tres años.
Después de décadas de rechazo por parte de los taxistas a trabajar en barrios al sur de la Autopista 10, una práctica conocida como ‘línea roja’, las autoridades de la ciudad aprobaron regulaciones que requieren que las empresas completen un determinado porcentaje de viajes solicitados en todas las áreas de la ciudad. Pero incluso después de esas regulaciones, un alto porcentaje de viajes en taxi en el sur de Los Ángeles jamás se completa, ya sea porque los taxistas no llegan o porque los clientes solicitaron dos o tres vehículos, asumiendo que sólo uno llegaría a buscarlo.
Algunos conductores perciben la zona como peligrosa, aclaró Brands. Otros son reacios a hacer viajes cortos -a la tienda de comestibles, o al médico- en lugar de ir a Hollywood o al AeropuertoAeropuerto Internacional de Los Ángeles (LAX).
Sin embargo, desde que Uber y Lyft llegaron a la ciudad, más gente solicita viajes que se concretan como deben. “Ahora hay tanta competencia en los barrios más lucrativos que los choferes están trabajando en zonas donde antes no iban”, dijo Spiegelman. “Eso ayuda a compensar su pérdida de ingresos”. “Esto no ha sido un juego a ‘todo o nada’. Esta situación no representó una mejoría en muchos sentidos, pero en otros sí lo es”, remarcó.
El lado positivo de los datos es LAX, que ha sido durante mucho tiempo la fortaleza de la industria de los taxis en el sur de California, puesto que los viajes que comienzan allí son normalmente más largos y lucrativos. Desde que Uber y Lyft comenzaron a operar, los taxis han aumentado sus viajes en el aeropuerto en un 41%, un incremento que ayuda a compensar la pérdida de ingresos procedentes de la disminución en otras zonas.
Lo que no está claro todavía es si los taxis podrán mantener su cuota de mercado en el aeropuerto, ahora que Uber y Lyft pueden recoger pasajeros allí también.
Luego de una prolongada lucha en el Ayuntamiento, hace varios meses las autoridades dieron luz verde a ambas compañías para enviar a sus choferes allí. La información preliminar al respecto sugiere que los conductores de Uber y Lyft realizan 24,000 viajes por semana.
Así y todo, afirmó Spiegelman, es posible que haya tantos pasajeros en LAX que el sitio sea un mercado suficiente para taxis y conductores de empresas emergentes. Además, señaló, hay otro punto importante: pese a todo, ninguna empresa de taxis ha dejado de prestar servicio.
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