Ted Cruz no es Donald Trump, y por ello ya es suficientemente bueno
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Yo no diría que el partido republicano está enamorado del senador Ted Cruz, pero quizás ya se siente un poco atraído por él.
En la temporada política más improbable que hemos vivido, este hecho ocupa un alto puesto en la lista de cuestiones que nadie esperaba. Si hubiera un reporte escolar para senadores, Cruz obtendría una F en la categoría ‘juega bien con otros’. Los líderes del partido creen que su táctica de 2013 en contra del Obamacare fue un desastre para todos menos para él, y han albergado un desdén no muy secreto desde entonces.
Pero todo eso se ha terminado. Al menos por ahora. Al igual que Perseo, quien usó la cabeza de Medusa para petrificar a sus enemigos, Cruz ha sido capaz de blandir la cabeza de un potencial ‘presidente Trump’ para infundir miedo en los corazones de, incluso, sus mayores detractores.
El senador Lindsey Graham (R-S.C.) solía decir que elegir entre Donald Trump y Cruz era como optar entre morir por un disparo o envenenado. Graham eligió el veneno. Allí está, recaudando dinero para Cruz. El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky), cuyo odio por Cruz se asemejaba a las venganzas familiares sicilianas, parece haberse reconciliado con el hecho de que el senador de Texas es la única persona capaz de detener a Trump. McConnell no está enamorado, de eso no hay dudas, pero reconoce que estas son las cartas que le han tocado.
El equipo de Cruz teme que gente como McConnell emplee la convención de Cleveland este verano para reorganizar el esquema y armar un nuevo acuerdo, con un nuevo candidato más aceptable para el liderazgo político. “Aún hay desconfianza acerca de si el partido aceptará a Cruz como nominado, o si lo están usando para silenciar a Trump y después apuñalarlo por la espalda”, le dijo Erick Erickson, anfitrión de un programa conservador y defensor de Cruz, al Washington Post.
La preocupación es comprensible, pero exagerada. Pese a que es probable que la elección sea impugnada, el escenario del “caballero blanco” no resulta creíble.
En una convención abierta, los delegados -y no Reince Priebus, director del Comité Nacional Republicano- están a cargo de todo. Imaginemos si los asistentes del gran cónclave nerd conocido como Comic-Con establecieran las reglas de dicho evento. Ahora supongamos que alguien allí propusiera sustituir la proyección de “X-Men” por una conferencia obligatoria de rotación de cultivos en el siglo XIV. ¿Qué ocurriría?
Sí, es teóricamente posible que los delegados elijan un ‘caballero blanco’, pero eso sólo ocurriría después de días de votaciones en punto muerto.
En otras palabras, los delegados deberían realmente querer a alguien en lugar de Cruz. Y dado que la campaña del senador de Texas ha tenido éxito al alinear un gran número de delegados, eso parece improbable.
Pese a que el término ‘anti-sistema’ no lleva implícito un plan ideológico coherente, sí implica una actitud reconocible. Trump y Cruz tienen filosofías muy distintas (por empezar, Cruz tiene una filosofía). Pero son ambos avatares del estado de ánimo ‘anti-sistema’, que aparentemente estará bien representado en la convención. Parece poco probable que su opción ideal sea alguien que es un enorme sinónimo del ‘sistema’.
El escenario más probable es que, si Trump pierde en la primera votación, Cruz gane en la segunda o tercera. De hecho, algunos ven un escenario en el que Cruz reúna a sus delegados, delegados no unidos y, por ejemplo, los delegados de Marco Rubio, y gane en la primera vuelta. Así de bueno es él para jugar con el sistema.
Pero aquí hay una ironía, desde luego. Cruz pasó años construyendo su reputación como el tipo que quiere derribar el sistema, y ahora es el sistema -y no necesariamente los votantes- el que podría consagrarlo.
Los republicanos nerviosos deben sentirse más tranquilos con esto. Sí, en un año normal, el hecho de perder la mayoría de votos en las primarias sería un serio problema. Pero este no es un año normal. En tanto, Cruz está demostrando una vez más su capacidad para hacer todo lo necesario en pos de un triunfo. Esas habilidades serán muy necesarias cuando llegue el otoño.
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