‘Pareciera que a nadie le importa’: Reporte critica suciedad y pobre liderazgo en el reformatorio juvenil
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Un nuevo reporte del condado acerca del Reformatorio Juvenil de Los Ángeles lo presenta como una operación sin liderazgo en condiciones “inaceptables” y “deplorables”, similares a una “prisión de país del tercer mundo”.
Algunas paredes están cubiertas de graffiti relacionado con temas de pandillas que nadie hace el esfuerzo por limpiar. La moral está por los suelos entre los empleados, que dicen ser las víctimas.
Y los jóvenes detenidos son puestos en aislamiento por razones que no están incluidas en los reglamentos del departamento —una vez por intercambiar comida con otro detenido, detalla el reporte, que fue escrito por Azael “Sal” Martínez, un supervisor voluntario del departamento de libertad condicional, quien pasó tiempo encerrado en un centro juvenil cuando era adolescente.
Desde entonces, Martínez se ha convertido en un destacado líder comunitario de Boyle Heights. La supervisora Hilda Solís lo puso como uno de los 15 miembros de la Comisión de Libertad Condicional, y le pidió un reporte de la red del condado de reformatorios juveniles y 18 campamentos.
Su evaluación del Reformatorio Central de Menores en Boyle Heights es, por mucho, la más desgarradora.
El Jefe interino de libertad condicional, Cal Remington, dijo que está investigando lo encontrado en el reporte y pronto tendrá una respuesta pública sobre cómo corregir los problemas. “Claramente hay problemas con los que debo lidiar”, dijo.
El vocero del supervisor Michael D. Antonovich, Tony Bell, dijo que “estamos investigando estas serias acusaciones concernientes a la responsabilidad del personal, condiciones de las instalaciones y el mal uso del confinamiento en solitario”.
Los supervisores votaron en noviembre para comenzar a estudiar cómo reemplazar las instalaciones de más de medio siglo de antigüedad con una moderna infraestructura.
Mientras tanto, los 200 jóvenes encerrados en el Reformatorio Central Juvenil a veces son puestos en unidades sin agua corriente, excepto en los baños de los empleados, escribió Martínez.
“Lo que no puede ser removido es la peste que proviene de la unidad y los cuartos, provocada por los orinales rotos, sin limpiar e insalubres”, dijo Martínez.
“Pareciera que a nadie le importa. El personal no sabe quién es el responsable y rápidamente echa la culpa a otro lado”, escribió Martínez.
Los hallazgos llegan en un momento que el departamento está bajo escrutinio por la calidad de sus servicios. Una reciente auditoría del condado encontró que el costo promedio de encarcelar a un joven creció hasta $233,600 anualmente, mucho más alto que en otras jurisdicciones a lo largo del país. Los expertos están batallando para entender las razones de los altos costos.
Las conclusiones de Martínez desafían la afirmación del departamento de que las cosas están mejorando en sus instalaciones.
Apenas el año pasado, el ex Jefe de libertad condicional, Jerry Powers, celebraba que el condado finalmente había dejado de ser investigado por el Departamento de Justicia por el maltrato de los jóvenes.
Pero Martínez escribió en su reporte que el personal “está satisfecho y sienten que no tendrán ninguna responsabilidad, y todo volvió al modo que había funcionado durante años”.
Cyn Yamashiro, ex profesor de leyes en Loyola y miembro de la Comisión de Libertad Condicional, dijo que el reporte de Martínez es tomado con toda seriedad.
Yamashiro dijo que no podía hablar a nombre de la comisión, pero destacó que el escrutinio de Martínez sobre el uso del confinamiento en solitario del departamento, va más allá de una amplia preocupación entre los activistas de la justicia juvenil sobre el pobre trato del departamento, que ha documentado cuándo y cómo es utilizado el aislamiento.
En años recientes, 19 estados y el Distrito de Columbia han terminado con la práctica del confinamiento en solitario de los detenidos menores de 18 años. La ciudad de Nueva York fue un paso más allá y prohibió el confinamiento en solitario de los presos de Rikers Island de hasta 21 años.
Remington dijo que espera que el condado de Los Ángeles haga lo mismo durante el siguiente año debido a la presión pública de prohibir la práctica.
“Es obvio que ningún menor debe ser nunca puesto en confinamiento solitario por una infracción menor, y que los niños bajo nuestra custodia tienen el derecho a un trato humano y condiciones básicas de sanidad. Estoy preocupada por las acusaciones en este reporte”, dijo Solís en un comunicado.