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¿Por qué el Super Martes es tan importante para los precandidatos de ambos partidos?

Simpatizantes del candidato presidencial republicano Ted Cruz, en una manifestación en Atlanta.

Simpatizantes del candidato presidencial republicano Ted Cruz, en una manifestación en Atlanta.

(Scott Olson / Getty Images)

Después de un lento inicio, la campaña presidencial se ha convertido en un concurso nacional que el martes bien podría decidir las peleas por las nominación demócrata y republicana.

Doce estados desde Alaska hasta Massachusetts sostendrán comités electorales y primarias este día, otorgando una buena parte de los delegados necesarios para asegurar las nominaciones de los dos principales partidos.

La votación marca un cambio fundamental, distinto a lo que se vio en Iowa y Nueva Hampshire, con la ventaja que vino tras el triunfo.

Desde ahora, la carrera es de números fríos y acumular delegados para la convención nacional.

La demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump, que llevan ventaja tras ganar tres de los cuatro primeros caucuses, parecen en camino de expandir su ventaja en el conteo de delegados del martes, o Súper Martes, como se le conoce. La pregunta es si su ventaja es insuperable.

“Si Clinton llega a tomar una ventaja de 100 delegados, será difícil alcanzarla”, dice Josh Putnam, un experto de la Universidad de Georgia en el proceso de nominaciones. “Del lado republicano, hay un mayor margen de maniobra. Pero muchas fichas tienen que caer en su lugar para quien pretenda superar a Trump a estas alturas”.

Sin embargo, esto no quiere decir que las contiendas presidenciales se acabarán pronto.

El senador Bernie Sanders (Vermont), el único retador de Clinton, ha dejado ver que seguirá en la pelea hasta la primaria del 7 de junio en California.

Clinton y Sanders no están tan lejos en delegados comprometidos. Pero Clinton disfruta de una amplia ventaja entre los “súper delegados”, líderes del partido y otros funcionarios que pueden dar su apoyo a quien quieran.

Para alcanzar, ya no digamos superar a Clinton en delegados, Sanders tendrá que mostrar un mucho mejor desempeño del que ha tenido en los estados que han estado en disputa, excepto Nueva Hampshire, que ganó con facilidad.

Eso podría ser complicado. Siete de los estados en juego este martes están en el Sur, donde, a diferencia de Nueva Hampshire, los votantes negros forman gran parte del electorado demócrata. Los afroamericanos han sido de los más leales simpatizantes de Clinton; en su fácil victoria del sábado en Carolina del Sur, ella ganó casi 9 de cada 10 votos entre la gente de color.

“Nos diezmaron”, reconoció Sanders el domingo en el programa “Meet the Press” de NBC.

Sanders también tendrá el obstáculo de la forma en que los demócratas escogen a sus delegados. Incluso el candidato que pierde un estado puede ganar una generosa cantidad.

Tal sistema afectó a Clinton en su candidatura del 2008; ella ganó varios estados grandes contra el entonces senador Barack Obama, pero nunca pudo recuperarse de la ventaja de delegados que él construyó al principio.

“Bajo este sistema proporcional, es difícil que alguien acorte incluso una desventaja pequeña”, dice Putnam, cuyo sitio de internet, frontloading.blogspot.com, mide el proceso de nominación.

Las reglas del lado republicano son diferentes; algunos de los delegados se obtienen a través de un sistema en el que el ganador se los lleva todos. Pero la cuesta no es menos complicada para los rivales que tratan de superar a Trump.

El domingo, la carrera de los conservadores cayó en una nueva ronda de insultos. El senador Ted Cruz (Texas) hizo acusaciones infundadas de que Trump podría tener nexos con la mafia. Trump acusó al “Pequeño Marco” Rubio de ser un peso ligero. Y el senador Rubio (Florida) calificó a Trump de inelegible después de que éste se negó a repudiar el apoyo del ex líder del Ku Klux Klan, David Duke.

El candidato que parece tener más en juego el martes es Cruz, ganador del caucus de Iowa y el único que ha podido vencer a Trump en una contienda presidencial. Él es favorito para ganar su estado, aunque podría no quedarse con sus 155 delegados, que se asignan proporcionalmente.

Cruz ha enfocado su campaña en ganar el apoyo de los cristianos evangélicos y los votantes ideologicamente más conservadores, y el Súper Martes, con su matiz sureño, se suponía que debería ser su momento definitorio. La región es la más religiosa y conservadora del país.

Sin embargo, inesperadamente es el irreligioso Trump el que lo ha hecho mejor entre los votantes evangélicos al llevarse Nueva Hampshire, Carolina del Sur y Nevada, y es el líder de la mayoría de las encuestas para el martes. Un mal día podría terminar con cualquier aspiración presidencial de Cruz.

Los otros rivales de Trump, Rubio y el gobernador de Ohio, John Kasich, terminaron segundos en Carolina del Sur y Nueva Hampshire, respectivamente. Ellos tienen cada motivo para mantenerse en la contienda hasta las votaciones en sus respectivos estados, el 15 de marzo en las primarias en las que el ganador se lo lleva todo.

Uno o el otro podría ganar suficiente terreno si empieza ganando el 8 de marzo en Michigan, en Florida y Ohio la siguiente semana, y después de eso en grandes estados como Wisconsin, Nueva Jersey y California.

Ni Rubio ni Kasich pueden permitirse una estrepitosa derrota en el Súper Martes. El quinto candidato en la contienda, el retirado neurocirujano Ben Carson, no ha estado ni cerca de ganar alguna contienda y no parece que eso vaya a cambiar el martes.

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