Anuncio

El arte de enviar cartas manuscritas sigue con vida

Megan Johnson, a la izquierda, de Los Ángeles, escribe una carta a su madre, que vive en Carolina del norte, en una reunión del club Penpal (amigos por correspondencia) de los Ángeles, en Paper Pastries Atelier del centro de Los Ángeles.

Megan Johnson, a la izquierda, de Los Ángeles, escribe una carta a su madre, que vive en Carolina del norte, en una reunión del club Penpal (amigos por correspondencia) de los Ángeles, en Paper Pastries Atelier del centro de Los Ángeles.

(Mel Melcon / Los Angeles Times)

Lo antiguo está muy de moda estos días.

La gente escoge ahora hacer cosas que antes sus abuelos tenían que hacer, aunque quizás de una manera mucho más estudiada.

Algunos siembran, cosechan y envasan sus propios vegetales y otros cosen su propia ropa.

Algunos hasta — no se asombren — escriben cartas, cartas del tipo que necesitan sobre y sellos.

No sobres simple y llanamente blancos. Tampoco sobres con la bandera dibujada. Estos escribanos modernos se lo toman en serio y van mucho más allá.

Anuncio

Buscan con esmero y acumulan sellos antiguos vistosos, no cancelados. Practican su caligrafía y aprenden a hacer encantadores rizos. Buscan hasta encontrar pequeños lotes de papelería impresa a la antigüita. Sus sobres bellamente membretados, adornados con los suficientes sellos añejos como para cumplir con los precios de los sellos de hoy, estarían perfectos para la bandeja del botones de un hotel en una película de Wes Anderson.

Una tarde al mes, el L.A. Pen Pal Club de Los Ángeles se reúne en el octavo piso de la torre Spring Arts del centro de la ciudad, en una papelería adornada con corazones de papel rojo, blanco, rosa y púrpura.

Paper Pastries Atelier es el estudio y tienda de Margaret Haas, de 30 años, que inicio el club en 2010. Su romance con las letras, dice, comenzó cuando ella tenía 5 años de edad en Norwalk y empezó a hacer tarjetas de cumpleaños, con muchas pegatinas de gatitos y arco iris, que su madre vendió a compañeros en su trabajo en la fábrica.

Ahora hace diseño de caligrafía y artículos de papelería personalizados. Ella utiliza un grabador del láser para crear sellos de goma. Vende plumas y lápices y una elegante gama de tarjetas, algunas hechas por ella, algunas hechas por otros.

Ella lo ve más más como una vocación que como un trabajo.

Haas tiene siete escribanos activos en este país y el extranjero, de los cuales sólo a dos ha conocido. Uno es el fundador de Letter Writers Alliance, con sede en Chicago, dedicado a mantener el arte vivo, en parte mediante la conexión de personas en línea.

El grupo, que cuenta con más de 7,000 socios, anima las reuniones sociales, tales como los talleres de fabricación de sobres y cartas. Incluso tiene un club de lectura con las cartas como temática, cuyos miembros lejanos se conocen a través del video chat.

Haas dice que se puso muy nerviosa recientemente cuando etuvo que conducir la discusión en pantalla acerca de “Ella Minnow Pea: una novela”, dígalo en voz alta (en inglés): L-M-N-O-P.

“Con una membresía vitalicia de $5, le ponen en contacto con cuantos miembros desee”, dijo ella sobre la Alianza.

La coorganizadora del Pen Pal Club, Victoria Vu, conocio a Haas durante la primera sesión del club, en una tienda de Silver Lake.

Con un espíritu afín, Vu dice que de niña solía rondar los pasillos de las tarjetas de felicitación en los viajes familiares al supermercado. Ahora dirige una compañía de diseño gráfico llamada Paper & Type y hace libros para que la gente lleve un recuento, en tinta, de la fecha en que la correspondencia fue enviada y recibida, qué temas se cubrieron e ideas para respuestas.

Durante una noche reciente , pusieron tarjetas de felicitación, postales, papel, bolígrafos, lápices, sellos de goma, adhesivos, cinta decorativa y tres de las cinco máquinas de escribir manuales propiedad de Haas. En el pasillo del edificio, arreglaron una mesa de bocadillos: dulces de Rice Krispies, rebanadas de manzana, uvas y limonada.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

Anuncio