Cárcel de por vida a hombre que arroja a su hija a un precipicio
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En el centro de Los Ángeles, en una de las salas del tribunal estaba Josh Marer recordando cómo él y su hermanastra, 15 años atrás, se sentaron juntos en el piso de su recámara a jugar un juego de mesa antes de irse a dormir.
La típicamente radiante niña de cuatro años de edad, había estado jugando con lágrimas en los ojos, recordó Marer. Al poco tiempo dejó el juego y salió corriendo, pateando el juego a su salida.
Marer, entonces de tan solo 10 años, siguió a su hermanastra y le pregunto qué era lo que le sucedía.
“Creo que voy a morir mañana” recordó que ella le dijo a él.
Al día siguiente, Lauren Sarene Key moría al caer de una altura de 120 pies, entre las afiladas piedras y el agua de un acantilado en Palos.
El viernes, Marer le pidió a George G. Lomeli, juez del Tribunal Superior de Los Ángeles, que no mostrara clemencia al hombre convicto a principios de este año de arrojarla al acantilado: al padre de Lauren, Cameron Brown. Lauren fue feliz hasta que su padre empezó a verla y a jugar un papel en su vida, dijo Marer.
“Ella nunca estuvo triste, hasta que conoció a Cameron Brown”, Marer dijo al juez. “Yo pude haber hecho más para protegerla, para salvarla”.
Brown, de 53 años, sentado y sin expresión alguna en su rostro, enfundado en su uniforme de prisión color anaranjado, escuchó del juez la sentencia a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por el asesinato de su propia hija.
Su sentencia marcó el final de un largo juicio que abarcó más de una década. En dos juicios anteriores, los jurados se estancaron acerca de si Brown, que anteriormente había trabajado como manejador de equipaje de aeropuerto, había intencionalmente arrojado a su hija o si su caída fue un trágico accidente. En mayo, un tercer jurado lo encontró culpable de asesinato de primer grado.
Durante los tres juicios, el fiscal adjunto de distrito, Craig Hum describió a Brown como un hombre despiadado y vengativo que nunca quiso a la niña y la mató para evitar pagar su manutención y herir a su madre.
El viernes en la corte, Hum se dirigió a la madre de Lauren, Sarah Key-Marer, mientras ella y los miembros de la familia en la audiencia lloraban.
“No me puedo imaginar lo que usted ha tenido que pasar en los últimos 15 años”, le dijo. “Lo ha sobrellevado con dignidad, con fortaleza y nunca perdió la fe de que algún día, este momento llegaría”.
Luego, girando hacia Brown, hizo una pausa y sacudiendo la cabeza, el fiscal levantó su voz.
“¡Ella tenía 4 años!”, exclamó.
Key-Marer expuso al juez que Lauren injustamente se vio atrapada entre las disputas entre ella y Brown. Ellos dos salieron en algunas citas durante sólo unas semanas antes de que Key-Marer quedara embarazada. Brown, señaló ella, nunca pudo aceptar que la niña era parte de su vida.
“No había necesidad de que terminaran las cosas así para ella”, agregó ella.
Ella dijo a la corte que extrañaba “la calidez de su piel y sus ojos de color azul cristal” y cómo cuando ella le hacía cosquillas a Lauren, la niña reía hasta que las lágrimas le corrían por las mejillas.
Ella se dio vuelta, mirando hacia Brown en la mesa de la defensa: “Sr. Brown, usted nunca quitará de nosotros su recuerdo”.
Brown no dijo nada durante la audiencia. Durante sus juicios, sus abogados argumentaron que Brown se preocupaba por su hija y que la niña había estado jugando cerca del borde del acantilado cuando resbaló y cayó a su muerte.
Después de que Brown fue escoltado fuera de la sala de audiencias, mientras que afuera, la escena en el pasillo rápidamente subió de tono.
Cuando Key-Marer salía de la sala del Tribunal, Patricia Brown, que se identificó como la esposa de Cameron Brown, y su hermano dijeron a los reporteros que la muerte de la niña fue una tragedia pero que Cameron Brown era inocente y que amaba a su hija.
Entonces Key-Marer se acercó a Patricia Brown, y le preguntó si ella tenía algo que decirle.
“¡Usted sabe tan bien como todos que no fue un homicidio!” Brown le dijo, levantando su voz.
El fiscal se interpuso entre ellos, gritando “¡Usted no tiene que escuchar esta mierda!”, llevándose a Marer- Key.
Patricia Brown y su hermano entonces se acercaron a Hum repetidas veces, intentando hablar con él mientras él le gritaba “¡Aléjese, señor! ¡Aléjese de mí!”.
Jeffrey Leslie, detective del departamento del Sheriff y que investigó el caso desde el día que ocurrió la muerte de la niña, se movió entre los dos hombres y la tensión bajo de nivel.
Unos minutos más tarde, Key-Marer dijo que sólo buscaba una disculpa hacia su familia. Ella no se sorprendió de que Cameron Brown estuviera callado y pareciera impasible durante la audiencia de sentencia.
“Me entristece que él no tuviera ninguna emoción”, expresó ella. “Él no muestra señal alguna de remordimiento”.
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