Activistas de Los Ángeles piden justicia al condenar la muerte de 39 inmigrantes en Ciudad Juárez

Los Ángeles — El dolor mezclado con la indignación se va convirtiendo en furia entre muchos activistas centroamericanos en Los Ángeles, al analizar las imágenes del incendio del lunes por la noche que envolvió a un centro de detención del Instituto Nacional de Migración de México en Ciudad Juárez, matando al menos a 39 inmigrantes detenidos.

Los activistas del sur de California condenaron el comportamiento de los guardias que, en un vídeo de vigilancia, pueden verse huyendo de la zona de detención mientras las llamas cercaban las puertas de las celdas, y exigieron justicia para las víctimas y sus familias. El gobierno mexicano ha dicho que el incendio fue provocado por detenidos que prendieron fuego a sus colchones, en protesta porque se enfrentaban a la deportación. Pero activistas a ambos lados de la frontera han cuestionado esa versión y han increpado al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

“Quiero decirle al gobierno mexicano que no sea tan inhumano”, dijo Cecilia Rodríguez, presidenta de la Alianza Hondureña de Los Ángeles y oriunda de Choluteca, una provincia del sur de Honduras. “Este gobierno de México es un hipócrita. Ni siquiera ayuda a sus propios ciudadanos. Me parece que es parte de la mafia. Andrés Manuel López Obrador tiene que entender que esta gente no quiere vivir en México, sólo quieren pasar y llegar a Estados Unidos.”

Las autoridades mexicanas han informado de que 68 personas de diversas nacionalidades estaban detenidas en el centro cuando se produjo el incendio, entre ellas migrantes de Guatemala, Honduras, Venezuela, El Salvador, Ecuador y Colombia. En los últimos años, decenas de miles de migrantes de América Latina y el Caribe se han quedado varados en México debido a que el gobierno estadounidense, bajo sucesivas administraciones, ha presionado a México para que impida el paso de personas a Estados Unidos.

Amarilys Ortiz, secretaria general de la Asociación Guatemalteca Americana, cree que a López Obrador no le importan los inmigrantes porque, en su opinión, no ha hecho lo suficiente para frenar a los cárteles del narcotráfico y el tráfico de personas que explotan a quienes huyen de la pobreza y la violencia en sus países de origen. En 2020, López Obrador reconoció haber ordenado la liberación de Ovidio Guzmán de una prisión mexicana, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, narcotraficante y jefe del poderoso Cártel de Sinaloa.

“Esto debería llegar a la Organización de las Naciones Unidas y a las grandes organizaciones que defienden los derechos humanos porque esto se convierte en parte de una estructura criminal que el gobierno mexicano defiende”, dijo Ortiz, refiriéndose a la mortífera conflagración del lunes. “Los líderes nacionales y mundiales deben pronunciarse sobre lo que está pasando en México”.

Aunque López Obrador dijo inicialmente que los detenidos habían provocado los incendios, el ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Mario Búcaro, culpó a los contrabandistas de personas, los llamados “coyotes”, de la cadena de acontecimientos que culminó con las muertes de esta semana.

En opinión de Rosa Posada, asesora de la Unión de Guatemaltecos Emigrantes, en Los Ángeles, las muertes de los migrantes podrían haberse evitado si mejoraran las condiciones económicas y sociales de los países que los expulsan. La mayoría de los centroamericanos y sudamericanos que cruzan el territorio mexicano dejan atrás a sus seres queridos con la esperanza de encontrar trabajo en México, Estados Unidos y Canadá.

“La gente viene a buscar algo para alimentar a sus hijos y a su familia”, dijo la oriunda de Escuintla, una ciudad industrial de Guatemala centrada en la agroindustria azucarera. “Es realmente triste que los gobiernos al ver esto no se preocupan, no prestan atención a esta situación. La verdad es que es triste para los niños que se quedan, las esposas, los padres y la familia”.

Dado que Estados Unidos y México han tomado medidas enérgicas contra la inmigración en los últimos años, Posada cree que los costos y los peligros de abandonar el país han aumentado drásticamente. Afirmó que el gobierno mexicano debe respetar el derecho de las personas a emigrar y asumir una mayor responsabilidad para evitar situaciones que desemboquen en tragedias como la de Ciudad Juárez.

“Protestamos enérgicamente porque son muchas las arbitrariedades que ocurren contra los migrantes [en suelo mexicano], sin importar de dónde sean”, dijo Leoncio Velásquez, presidente de Hondureños Unidos de Los Ángeles.

Oriundo de Tegucigalpa, la capital hondureña, Velásquez dijo que el viernes a las 4 p.m. se llevará a cabo una protesta frente al Consulado de México en Los Ángeles, seguida de una procesión hasta las calles 7 y Alvarado, en la zona de MacArthur Park. Allí, los participantes encenderán velas y celebrarán una vigilia en memoria de las víctimas del incendio de Ciudad Juárez.

“Vamos a protestar frente al consulado para exigir a las autoridades mexicanas que respeten los derechos de los migrantes”, dijo Velásquez. “México tiene que respetar a todos los que están en la ruta migratoria”.

Mientras tanto, funcionarios de los distintos consulados centroamericanos en Los Ángeles han dicho que brindarán asistencia e información a cualquiera de sus compatriotas en relación con la tragedia de Ciudad Juárez.

“En caso de que haya alguna necesidad o aparezca algún familiar, a través del área de protección consular los pondremos en contacto con las autoridades de Guatemala”, dijo José Arturo Rodríguez, cónsul general de Guatemala en Los Ángeles.

Los migrantes guatemaltecos pueden llamar al (213) 900-1098 y marcar la opción nº 2 para acceder a un número de emergencia. Los hondureños que viven en Estados Unidos pueden llamar al centro de llamadas de su consulado al (470) 751-9077.