Pese a estar muy afectados por la pandemia, los inmigrantes envían aún más dinero a México
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Silvana Alaníz, propietaria del pequeño restaurante El Rincón, en San Ysidro, trabaja desde que el sol sale hasta que se pone junto a toda su familia inmediata. Incluso su hija de 10 años ayuda a atender a la clientela, que a menudo espera en filas alrededor de la cuadra para comprar el famoso menudo del lugar.
“Tenemos cinco hijos y todos cocinan”, se rió ella. “Todos ayudan aquí. Pasan sus veranos en este restaurante. Creo que esa es una de las razones por las que hemos sobrevivido”.
Pero el restaurante no solo apoya a su familia en San Ysidro. Todos los meses, Alaníz, de 43 años, también envía dinero a su padre en México.
La pandemia de COVID-19 castigó a una gran cantidad de inmigrantes que servían mesas, recogían cosechas y trabajaban hombro con hombro en las fábricas. Pero muchos siguieron adelante en lo que se consideran trabajos esenciales, aunque riesgosos. Y durante el verano, inmigrantes mexicanos -como Alaníz- que viven en Estados Unidos enviaron a su país de origen sumas récord de dinero para sus familias, desafiando las predicciones de que las remesas se desplomarían.
México recibió $3.530 millones en transferencias en julio -la mayor parte de ellas desde Estados Unidos- un aumento del 7% con respecto al mismo mes de 2019, mostraron los datos del banco central de México.
Incluso cuando la tasa de desempleo en EE.UU se disparó al 14.7% en abril y el Banco Mundial predijo que las remesas globales se reducirían en aproximadamente un 20%, los latinos que trabajan en Estados Unidos desconcertaron a los economistas al enviar más dinero a México y Centroamérica que nunca antes.
En marzo, las transferencias alcanzaron su nivel más alto desde que comenzaron a llevarse registros de ello, en 1995, y aumentaron un 36%, a $4 mil millones. Julio fue el tercer nivel más alto registrado, conforme datos del banco central.
Los fondos son una gran ayuda para la economía mexicana y personas de bajos ingresos en todo el país; se estima que apoyan a aproximadamente 1.5 millones de familias, según el gobierno federal mexicano.
“Creo que, inicialmente, fue una sorpresa”, consideró Ismael Plascencia, director de negocios de la facultad de la Universidad Autónoma de Baja California, sobre el incremento de las remesas. “Pero tiene sentido. La gente en Estados Unidos está muy preocupada por sus familiares en México, especialmente por su salud, por eso envían más dinero”. “Los trabajadores de EE.UU hicieron un gran esfuerzo porque saben que sus familias en su país de origen no tienen acceso a buenos sistemas de salud”, agregó.
Alaníz, la dueña de El Rincón, afirmó que en la cultura mexicana, las familias no abandonan a sus seres queridos en tiempos de dificultad. “Esa no es una opción. Así es la cultura; no hacemos eso. Para los mexicanos, para los latinos en general; padres, familia, abuelos e incluso tíos a veces, toda la familia permanece unida”, remarcó. “Nos mantenemos juntos. Usamos la adversidad no para separarnos, sino para acercarnos”.
Los latinos tienen más probabilidades de desempeñar tareas de primera línea, así como de utilizar el transporte público, padecer enfermedades subyacentes y vivir en hogares multigeneracionales, todos considerados factores de riesgo para el coronavirus.
En el condado de San Diego conforman el 34% de la población, pero representan el 63% del total de infecciones por coronavirus y el 45% de las muertes por COVID-19, la enfermedad causada por el patógeno, según muestran los datos del gobierno del condado. En California, aproximadamente el 39% de la población es latina, pero representa el 60% de los casos y el 48% de los decesos, según el Departamento de Salud Pública del estado.
Los expertos sostienen que, en medio de la pandemia, es más probable que los inmigrantes sean considerados “trabajadores esenciales”, que a menudo realizan tareas mal pagadas que otros no harían en los sectores de la construcción, el mantenimiento y los servicios.
“Otras personas tienen una opción”, señaló Plascencia. “Ellos no. Son los más vulnerables porque muchas de las cosas que hacen se consideran esenciales, como cocinar y trabajar en la agricultura. Están dispuestos a realizar las tareas que otros no quieren hacer; eso ya ocurría antes de la pandemia, pero ahora es aún más cierto”.
Para enviar dinero a casa, los trabajadores en Estados Unidos a menudo acuden a una empresa que realiza transferencias o servicios de pago internacionales, como MoneyGram o Western Union. Estas suelen cobrar una comisión y el tipo de cambio de dólares estadounidenses a pesos suele ser un poco menor que el ofrecido en los bancos.
La gran mayoría de las remesas se realizan mediante transferencia electrónica. De los $3.530 millones recibidos por México en julio de 2020, $3.490 millones fueron de forma electrónica, $24.900 millones en efectivo y en especie y $12 millones en giros postales, según muestran los datos.
La remesa promedio en el período de enero a julio fue de $337, un 4.3% más que en el mismo período de 2019.
En el exterior de Western Union en San Ysidro Boulevard, la gente se mostraba reacia a hablar sobre el proceso. “Tienen miedo [de hablar]”, explicó Alaníz, cuyos padres solían tener un negocio de transferencia de dinero. “Temen poner su dirección real y que ICE vaya a buscarlos o, aunque es legal enviar dinero a casa, les preocupa que tal vez alguien piense que están haciendo algo malo”.
En el sitio de transferencias Elektra, en Plaza Carrousel de Tijuana, Lisa García, de 44 años, comentó que sus dos hijos en el condado de Orange toman todos y cada uno de los empleos disponibles para poder enviar fondos para su atención médica y renta. “Gracias a Dios por la familia”, afirmó. “En este momento, mi hijo está haciendo un poco de todo. Algo en construcción, conduce para Lyft. Cualquier trabajo que pueda encontrar”.
Aunque no tiene coronavirus, García ha estado enferma y con síntomas de gripa. Así que la maquiladora donde trabajaba no quiso correr el riesgo de que propagara ninguna enfermedad, relató. La mujer se encuentra entre los 12 millones de personas en México que perdieron su empleo durante la pandemia, según el gobierno federal.
Los trabajadores migrantes en Estados Unidos enviaron $330 millones a Baja California entre abril y junio de 2020, según las últimas cifras del Banco Central de México. Aunque no se dispone de un desglose por municipio, Tijuana es a menudo la ciudad que recibe más remesas. En 2019, sus residentes recibieron $476 millones de dólares de parte de mexicanos que viven en el exterior, según un informe de BBVA Research.
La recesión económica obligó a muchos de los que viven en EE.UU a esforzarse más para completar su contribución en casa. La actividad en el colorido restaurante El Rincón ha caído alrededor del 60%, estimó Alaníz, pero eso no le ha impedido enviar dinero a su padre en Tijuana, o retribuir a su comunidad. Alaníz sabe lo que es no tener comida en la mesa. Entonces, cada semana, junto con su equipo preparan 60 comidas que se distribuyen principalmente a personas mayores, como parte de un programa de la organización comunitaria Casa Familiar.
Ella cree que, cuando uno da, recibe. De hecho, la entidad hizo arreglos para que una artista local, Michelle Guererro, pintara un mural gigante en el costado de su restaurante. En la pintura se ve a una serpiente, entregando una flor a la luna.
Fry y Mendoza escriben para el San Diego Union-Tribune.
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