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Canciller de UC Irvine: necesitan comprender en profundidad la libertad de expresión

El canciller de UC Irvine, Howard Gillman, tiene mucha experiencia en cuestiones de libertad de expresión. Su campus fue sacudido por las polémicas apariciones del provocador derechista Milo Yiannopoulos, un enfrentamiento con los College Republicans y las escaramuzas anuales entre los partidarios de los derechos de Israel y palestinos. Gillman ha enseñado leyes constitucionales de Estados Unidos durante tres décadas y lanzó un curso sobre libertad de expresión hace tres años. Ahora escribió un nuevo libro, “Free Speech on Campus” (Libertad de expresión en el campus), junto con Erwin Chemerinsky, decano de la facultad de derecho de UC Berkeley.

¿Se está erosionando el apoyo de los estudiantes a la libertad de expresión?

Ha habido un cambio. He enseñado leyes constitucionales durante 30 años, pero los últimos cinco se han sentido como un entorno muy diferente. Cuando era niño estaban el movimiento antiguerra y el movimiento por los derechos civiles, y Lenny Bruce y George Carlin, y vimos el beneficio social de proteger incluso el discurso polémico u ofensivo. Esta generación no ha vivido esa experiencia de por qué las amplias protecciones de la libertad de expresión son útiles para el progreso social. Lo han visto principalmente en términos de internet y la terrible dinámica de las redes sociales, así que creo que tienen más cuidado por el daño psicológico de personas que dicen cosas ofensivas, y menos apreciación del valor histórico de la libertad de expresión para una sociedad libre.

Algunos críticos dicen que hoy en día muchos alumnos son frágiles “copos de nieve”.

Es una evaluación muy injusta. Pasé los últimos años enseñando a universitarios un curso sobre la libertad de expresión en el campus. Estos estudiantes fueron fantásticos. Han superado muchas cosas. Son increíblemente resistentes. El discurso de odio es muy dañino. No creo que vayamos a hacer ningún progreso para profundizar la conversación descartando esas inquietudes o criticando a estos alumnos. Sus preocupaciones legítimas deben ser reconocidas, y luego veremos si podemos llegar a una comprensión más profunda de cómo lidiar con los problemas de la inclusión y la diversidad, y con la libre expresión de ideas.

Usted dice que el discurso de odio es dañino. ¿Debería prohibirse?

El discurso de odio es el verdadero foco de tensión en estos debates contemporáneos. Los argumentos sobre cómo el discurso de odio es traumatizante para las personas son absolutamente legítimos. Pero en los años 80 y 90, 350 colegios y universidades aprobaron códigos de discursos de odio, y cada uno de ellos que fue examinado por un tribunal federal fue anulado por inconstitucional. Las principales preocupaciones tienen que ver con la elaboración de una definición de discurso de odio que no sea tan amplia y vaga como para permitir la mera censura debido a un desacuerdo con las ideas. Nadie ha sido capaz de idear esa definición.

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¿Qué deberían saber los campus sobre la libertad de expresión?

No se puede castigar o censurar a alguien simplemente por expresar una idea. Pero puedes censurar o castigar si el discurso se convierte en acoso, en una verdadera amenaza o incitación. Debes permitir que los estudiantes tengan derecho a expresar sus opiniones, incluso a través de protestas. Pero los campus pueden aprobar restricciones de tiempo, lugar y forma que eviten que ese tipo de protestas ocurra de una forma que interrumpa las actividades del campus. Creemos que los recintos pueden tomar posiciones más fuertes para regular el tipo de discurso que se produce en los dormitorios y otros lugares de reposo, siempre que esas normas sean neutrales. Creemos que los campus deben permitir que los estudiantes tengan lugares donde se sientan especialmente cómodos, pero no de manera que transformen todo el campus en una zona que los proteja de la expresión de ideas.

Algunos campus restringen el discurso a “zonas de libre expresión”. ¿Qué piensa de ello?

Las zonas de libre expresión son un concepto preocupante cuando están diseñadas para limitar a los oradores a partes relativamente pequeñas y aisladas del campus. Las personas tienen derecho a expresarse de manera que puedan encontrar una audiencia.

¿Qué opina de las advertencias?

Las advertencias (o trigger warnings) son legítimas un miembro del profesorado las elige para ayudar a los estudiantes a prepararse para lo que podría ser un conjunto desafiante de temas en una clase... Lo que es inapropiado es que las universidades soliciten a los profesores que etiqueten determinado contenido, incluso en contra de su mejor juicio, como ofensivo u odioso.

¿Y los espacios seguros?

El uso del concepto que resulta problemático es tratar el campus como un lugar donde las personas deben estar a salvo para que no se expongan a las ideas que les resultan angustiosas. Como dijo un gran presidente de la UC, Clark Kerr, no estamos aquí para hacer que las ideas sean seguras para los estudiantes, sino para que los estudiantes estén a salvo con las ideas.

¿Cuál es el principal mensaje de su libro?

Las preocupaciones expresadas por los estudiantes son legítimas y las universidades deben comprometerse a crear entornos de aprendizaje seguros e inclusivos. Pero parte del entorno de aprendizaje que se crea en la educación superior es aquel en el que cualquier idea se puede expresar, evaluar, cuestionar e involucrar. Si las universidades no son espacios fundamentalmente seguros para el intercambio de ideas, se convertirán en instituciones de adoctrinamiento en lugar de una verdadera educación.

Traducción: Diana Cervantes

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