Los abarrotados hospitales de Gaza se acercan al colapso bajo amenaza de invasión terrestre israelí
El Ministerio de Salud de Gaza informó de 2.670 palestinos muertos y 9.600 heridos desde que comenzaron los combates
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KHAN YOUNIS, Franja de Gaza — Los palestinos en la asediada Gaza abarrotaban el lunes escuelas y hospitales para buscar cobijo mientras se acababan el agua y la comida. Más de un millón de personas han huido de sus casas antes de una invasión israelí prevista para destruir a Hamas tras su mortal ataque al sur de Israel.
Buena parte de la infraestructura militar de Hamas está oculta en zonas urbanas, donde unos combates calle a calle probablemente causarían crecientes bajas en ambos bandos. Israel no ha dado una fecha cerrada para iniciar su incursión terrestre.
Todos los ojos estaban puestos en el cruce de Rafah entre Gaza y Egipto, donde Estados Unidos y mediadores internacionales parecían cerca de acordar un cese el fuego humanitario que permitiera la entrada de ayuda y la salida de los extranjeros de Gaza. El paso se cerró hace casi una semana debido a los ataques aéreos israelíes.
La oficina del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo el lunes que no había un alto el fuego, mientras cientos de personas se congregaban en el lado palestino del cruce.
Las reservas de comida, agua y medicamentos se están acabando en el enclave. Los hospitales dicen estar al borde del colapso y afirman que no pueden cumplir las exigencias israelíes de evacuar a los pacientes. Los ataques aéreos israelíes de la última semana han destruido vecindarios enteros, pero no han detenido el fuego de cohetes milicianos hacia Israel.
El Ministerio de Salud de Gaza informó de 2.670 palestinos muertos y 9.600 heridos desde que comenzaron los combates, más que en la guerra de Gaza de 2014, que duró unas seis semanas. Eso la convierte en la más mortal de las cinco guerras de Gaza para los dos bandos.
Más de 1.400 israelíes han muerto, la gran mayoría civiles asesinados en el ataque de Hamas del 7 de octubre. El ejército israelí dijo el lunes que había 199 personas capturadas por Hamas y retenidas en Gaza, una cifra superior a las estimaciones anteriores. El ejército no especificó las nacionalidades de los cautivos.
Israel ha ordenado a más de un millón de palestinos —casi la mitad del territorio— que se muevan al sur de Gaza. El ejército dice que intenta alejar a los civiles antes de una gran campaña contra Hamas en el norte, donde dice que los milicianos tienen extensas redes de túneles y lanzacohetes.
Rara vez los rabinos pasan el Shabat o día del descanso judío contando cadáveres.
Hamas ha instado a la gente a quedarse en sus casas y el ejército israelí publicó fotos el domingo que según dijo mostraban un bloqueo de carretera de Hamas que impedía circular hacia el sur.
Por tercer día, el ejército israelí anunció un corredor seguro para que la gente se trasladara de norte a sur entre las 08:00 y el mediodía. Dijo que más de 600.000 personas habían evacuado ya la zona de Ciudad de Gaza.
Se estimaba que los hospitales en Gaza se quedarían sin combustible para los generadores en las próximas 24 horas, lo que ponía en peligro las vidas de miles de pacientes, según Naciones Unidas. La única central eléctrica de Gaza se apagó por falta de combustible después de que Israel bloqueara por completo el territorio de 40 kilómetros (25 millas) de largo tras el ataque de Hamas.
La Organización Mundial de la Salud dijo que los hospitales están “desbordados” mientras la gente busca un lugar seguro. “Nos preocupan los brotes de enfermedades debido al desplazamiento masivo y la escasez de agua y saneamiento”, indicó. Cuatro hospitales en el norte de Gaza ya no funcionan y 21 han recibido órdenes israelíes de evacuar. Los médicos se han negado, afirmando que supondría la muerte de enfermos críticos y recién nacidos conectados a respiradores.
La decisión israelí de cortar el suministro de agua, junto con la falta de combustible para bombas y estaciones de desalinización, ha causado desabastecimiento y puesto en riesgo a 3.500 pacientes en 35 hospitales de todo el enclave.
“Hace falta agua para garantizar las condiciones higiénicas en las alas de pacientes ingresados, en salas de operaciones y unidades de urgencias. Es esencial para la prevención de infecciones asociadas a hospitales y para la prevención de brotes en los hospitales”, afirmó la OMS.
La agencia de salud de Naciones Unidas dijo que había material de ayuda vital para 300.000 pacientes esperando a recibir luz verde para cruzar por Rafah.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos, conocida como UNRWA, dijo que en torno a un millón de personas —aproximadamente la mitad de la población de Gaza— se había visto desplazada en poco más de una semana. La mitad se cobijaba en escuelas gestionadas por la ONU y otras instalaciones, mientras que otros estaban con familiares o vecinos.
UNRWA dijo que se había visto obligada a racionar el agua y daba a la gente apenas un litro (un cuarto) de agua al día para cubrir sus necesidades.
Israel ha dicho que no se levantará el asedio hasta que Hamas libere a todos los cautivos, aunque el Ministerio de Agua del país dijo que se había restablecido el agua corriente en “un punto específico” de Gaza, en un lugar a las afueras de la población sureña de Khan Younis. Cooperantes en Gaza dijeron no haber visto pruebas aún de que volviera a llegar agua.
Mientras tanto, el ejército israelí ordenó a la población que evacuara 28 poblaciones cerca de la frontera libanesa tras un creciente fuego transfronterizo entre Israel y el grupo armado libanés Hezbollah. La orden militar afectaba a las localidades en un espacio de 2 kilómetros desde la frontera.
Milicianos de Hezbollah lanzaron cohetes y un misil antitanque el domingo e Israel respondió con ataques aéreos y artillería. El ejército israelí también reportó disparos en uno de sus puestos fronterizos. Al menos una persona murió en el lado israelí y varias resultaron heridas en los dos bandos.
Un dron israelí lanzó dos misiles el domingo por la noche en una colina al oeste de la localidad de Kfar Kila, en el sur de Líbano, según la estatal Agencia Nacional de Noticias. No se reportaron bajas en los ataques, que golpearon un centro militar libanés.
Hezbollah dijo en un comunicado que había lanzado cohetes hacia una posición militar en la localidad fronteriza norteña de Shtula en represalia por los ataques israelíes que mataron el viernes al camarógrafo de Reuters Issam Abdallah y el sábado a dos civiles libaneses. La milicia dijo que el incremento del fuego era una “advertencia” y no significaba que Hezbollah hubiera decidido entrar en la guerra.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, regresaría a Israel el lunes, según el Departamento de Estado, tras completar una frenética gira por seis países que le llevó por naciones árabes para impedir que los combates desencadenen un conflicto regional más amplio.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, también valoraba viajar a Israel, aunque no se habían concretado planes al respecto. En una entrevista televisada el domingo por la noche, Biden, que ha reiterado su apoyo a Israel, dijo sin embargo que sería un “gran error” que el país volviera a ocupar Gaza.
Los embajadores de Israel ante Estados Unidos y Naciones Unidas dijeron el mismo día que el país no busca una ocupación. Pero Israel hará “lo que haga falta para destruir las capacidades (de Hamas)”, dijo el embajador ante la ONU, Gilad Erdan, a la CNN.
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