Explosiones en Bruselas: “La gente salía corriendo de la estación cubierta de sangre”
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BRUSELAS/BBC MUNDO — Momentos después de producirse tres explosiones en Bruselas, los testimonios de testigos de lo ocurrido en el aeropuerto de Zaventem y en la estación de metro de Maalbeek muestran las consecuencias devastadoras de las detonaciones que han puesto a Bélgica en alerta máxima.
“Es un día negro para Bélgica”, dijo el primer ministro de ese país, Charles Michel.
Explosiones, al menos una de ellas causada por un suicida, sacudieron el aeropuerto de Bruselas y el metro de la capital belga el martes, provocando el cierre de la ciudad y elevando la seguridad en toda Europa. Al menos 31 personas habrían fallecido.
El grupo extremista Estado Islámico se responsabilizó de los atentados en atentados en tanto, el alcalde de Bruselas Yvan Majeur dijo que son 31 los muertos y 106 los heridos en el ataque contra la estación de trenes Maelbeek, cercana a la sede de la Unión Europea.
Nils Liedtke, quien se encontraba en el aeropuerto cuando se produjeron las explosiones, le contó a la BBC su experiencia.
“Básicamente fue como un big bang. Fue como si tus vecinos del piso de arriba lanzaran algo grande al suelo. Todo empezó a temblar y salió un poco de humo”, indicó.
“Me tomó un segundo o dos darme cuenta de lo que estaba pasando.
Todo el mundo estaba gritando y corriendo hacia el área donde esperan los taxis. Eso fue lo que yo también hice. Todavía estoy temblando”.
“Bastantes personas en el suelo”
Jef Versele, de 40 años y oriundo de la ciudad belga de Gante, le dijo a la agencia de noticias PA: “Me dirigía a hacer el check-in cuando escuché dos explosiones”.
“No pude ver nada. Todo se estaba cayendo, los cristales. Era un caos. Era increíble. Era lo peor. La gente corría. Había bastantes personas en el suelo. Muchas personas están heridas”.
Las explosiones provocaron que parte de la infraestructura del aeropuerto quedara destruida.
“Mi pareja vive en Bruselas y me encontraba visitándola. Fui al mercado esta mañana y pasé por la estación de Maalbeek cuando ocurrió (la explosión). La gente salía corriendo de la estación cubierta de sangre y herida”.
“Era un caos”
“Me dijeron que me quedara en un espacio cerrado. Hubo un momento en que escuché a muchas personas gritar a viva voz y entonces vi a otras que agarraron a los heridos y se alejaron de la estación, corrieron hacia abajo de la calle”, continuó Hayes.
“Ahora me encuentro en el apartamento. La zona ha sido acordonada”.
Odeta Islam, de la ciudad belga de Antwerp, estaba en el aeropuerto de Zaventem en la mañana del martes porque había acompañado a su madre, quien planeaba viajar.
Un fiscal federal de Bélgica, Fredere Van Leeuw, confirmó que tanto las explosiones del aeropuerto como la del metro fueron “ataques terroristas”.
“Estábamos sentadas comiendo el desayuno y escuchamos una explosión inmensa al lado derecho. Todo el mundo empezó a correr. Después escuchamos una segunda detonación al lado izquierdo”.
“Había destrucción en todas partes, olor a quemado y humo. Había bastante polvo y tuvimos dificultad para respirar. Caminamos hacia la salida”, dijo Islam.
“Vimos bastantes personas heridas”, añadió.
“Vi a una madre con sus hijos. Estaban heridos. Le ofrecí ayuda pero me dijo que tratara de salir pues alguien ya la estaba auxiliando. Yo tengo el certificado de primeros auxilios y tan pronto como salimos, mi hermano y yo, ofrecimos ayudar, pero ya habían llegado ambulancias”.
“Todo estaba oscuro y había mucho humo y polvo”
La española Beatriz Peón tiene 25 años y lleva tres años y medio viviendo en Bruselas.
“Hubo dos casualidades enormes para mí esta mañana: perdí el metro accidentado y al subirme en el siguiente, lo hice en el último vagón. A mitad de recorrido entre Arts-Loi y Maalbeek, el metro se paró en el túnel. Anunciaron por megafonía en holandés, francés e inglés que había habido un incidente en la línea y trabajaban por solucionarlo lo antes posible”, le dijo Peón a BBC Brasil.
Estación de metro
“Estuvimos parados casi diez minutos”.
“La conductora del tren atravesó los vagones hasta llegar al último, dónde empezó a manipular la última puerta. Los pasajeros se dieron cuenta y empezaron a avanzar hacia el último vagón, dónde estaba yo”.
“Todo estaba oscuro y había mucho humo y polvo”.
“Escuché ruidos muy fuertes encima de mi cabeza. Me asusté mucho pensando que pudiera haber explosiones en Arts-Loi. Había trabajadores del metro caminando hacia nosotros por las vías con linternas y megáfonos, pidiendo que camináramos por el centro de las vías”.
“Un par de minutos más tarde, un soldado bajó corriendo las escaleras del lado opuesto de la estación gritando que todo el mundo tenía que salir. Todos los que estábamos en el lobby salimos corriendo por las escaleras por las que el soldado había bajado”.
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