Andrea Echeverri defiende a su género

Su voz es reconocida dentro del mundo del rock, incluso, ha ganado dos veces el Grammy, pero para Andrea Echeverri aún le hace falta consolidar su misión: cambiar la imagen del género femenino.

“Quiero construir un lugar de respeto con estética y fuerza, algo diferente al estereotipo sexual que tiene la mujer. “Mi papel es buscar un sitio más auténtico para todas las mujeres porque pienso que se abusa de su imagen, no puede ser que nuestra dimensión sea la sexual, tenemos que romper con eso y cambiar el chip porque somos mucho más que eso”, dijo la colombiana.

A propósito de su compromiso con las mujeres, la líder del grupo Aterciopelados alista el video del remix de “Ay Ombe”, tema que habla sobre el maltrato intrafamiliar y forma parte de su más reciente producción Claroscura. Asimismo, la cantante prefiere mantener su música en la sintonía del rock y no renovar con los géneros actuales como el urbano. “La cultura está tan sexualizada que perpetúa esta cosa de la mujer objeto que es de lo mucho por lo que las chicas alegan.

“Hay reguetoneros buenos, pero a mí no me gusta su música porque entran en esta dinámica donde el machismo sigue y lo peor es que hay mujeres que entran en ese juego”, dijo Echeverri. Entre otras de las cosas que la cantante necesitaba saldar es retribuirle su apoyo a Gustavo Cerati, quien le diera la oportunidad de interpretar junto a él su tema “En la Ciudad de la Furia” (1996).

A 23 años de uno de los momentos más significativos para la artista, y para conmemorar el quinto aniversario luctuoso del cantante, ella y su banda lanzaron ayer una nueva versión y video del tema. “Concretamos esa admiración, esa cosa tan linda que fue, porque el que una banda tan consagrada de alguna manera nos valorara y nos dejara estar con ellos y ser sus teloneros, fue una locura, fue icónico”, contó. Un trabajo que le refrescó a la cantante los días que pasaba escuchando por horas a Cerati. “En esa época era fan y lo escuchaba, y ahora hice lo mismo, lo escuché todos los días, me ponía los audífonos y cantaba encima de su voz; fue delicioso pasar esos días”, contó Echeverri.

Brenda Martínez
Agencia Reforma