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Roberto Salamanca mantiene la vena rockera, pese a que sus compatriotas locales prefieren lo tropical

Hace cinco años, Roberto Salamanca decidió trasladarse desde El Salvador hasta Los Ángeles luego de que su padre, que es ciudadano estadounidense, tramitara los documentos necesarios para que él obtuviera la residencia permanente en este país.

Salamanca se mudó acompañado por sus hijos, ya que el motivo principal de su decisión fue brindarle a estos la posibilidad de seguir estudios universitarios en los Estados Unidos. Los primeros meses fueron difíciles para él, pero en la actualidad, trabaja en el área de mercadeo de una compañía de abogados, haciendo videos y encargándose de las promociones por Internet.

Sin embargo, los conocedores saben que este inmigrante reciente es uno de los iconos principales de la escena del pop rock en su patria, gracias a una productiva carrera que se inició a principios de los ‘80 y que se ha traducido hasta el momento en varios álbumes, la mayoría de ellos como solista.

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Para despedirse de su terruño, Salamanca ofreció un concierto que lo encontró en un conocido estadio como acto de apertura del astro Ricardo Arjona, aunque ya en esos momentos, había visitado la Unión Americana en diversas ocasiones, sobre todo para presentarse en Houston y en Washington.

Pero su suerte musical en el Sur de California ha sido muy distinta. “Los salvadoreños que viven aquí se inclinan más hacia los ritmos de baile, hacia la cumbia, porque llegaron en su mayoría durante los ‘80, o sea que no les tocó vivir la fiebre del Rock en Español que empezó justamente durante esa época en Latinoamérica”, nos contó el vocalista y guitarrista. “Y esa es una barrera que me ha resultado difícil de traspasar”.

Pese que el mismo género no tuvo en El Salvador representantes que trascendieran realmente en el plano internacional, Salamanca asegura que él mismo era muy bien considerado en su nación de origen, y que llegó también a hacerse popular en Guatemala y en Honduras, ayudado por el hecho de que su repertorio incluía además varias baladas de su autoría.

Ante las circunstancias, ha puesto en pausa su carrera, aunque ahora mismo se encuentra armando una banda para participar en el Festival de la Independencia Salvadoreña que se realizará el 10 de septiembre en el Marin Center de San Rafael, California.

“Voy a producir un par de videos para documentar esa presentación y trataré de moverlos por aquí”, adelantó. “No podría decir que me voy a aventurar a tratar de vivir de la música, pero tampoco creo que vaya a regresar a radicarme en El Salvador, aunque me interesa grabar una nueva producción para presentarme por ahí”.

Pese a su status legal, Salamanca no se siente cómodo con la presidencia de Donald Trump, aunque las letras de sus canciones nunca han sido demasiado políticas, sino que se han inclinado normalmente hacia el romanticismo.

“También he hecho canciones sobre la protección del medio ambiente y, en un caso específico, compuse una bajo pedido de las autoridades para incentivar a la gente a inscribirse al TPS, porque los salvadoreños somos muy descuidados con los trámites”, concluyó.

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