Esta versión de ‘El beso de la mujer araña’ traza puentes con la realidad actual

Los Ángeles — No es la primera vez que el experimentado director de origen puertorriqueño Pedro J. Ortiz Pedraza se encarga de poner en escena “El beso de la mujer araña”, una obra original del escritor argentino Manuel Puig que cuenta la historia de un revolucionario y de un gay que son colocados en la misma celda durante el régimen de una dictadura latinoamericana.

De hecho, ya hubo dos temporadas de este montaje en el mismo lugar donde se muestra hasta el 19 de marzo, es decir, el Teatro Frida Kahlo (2332 W. Fourth St., Los Ángeles, CA 90057); pero Ortiz considera que el trabajo cuenta ahora mismo con una mayor relevancia. “Estamos viendo que el 45 -porque yo no digo su nombre- ha traído un proceso de autocracia que puede afectar a todos, y del que yo mismo soy consciente pese a que mi origen me hizo automáticamente un ciudadano”, le dijo Ortiz a HOY Los Ángeles, en referencia evidente al actual presidente de los Estados Unidos.

Para el mexicano Rubén Amavizca Murúa, quien además de ser actor es un reconocido director que ha interpretado ya en dos temporadas distintas a Molina, el prisionero homosexual, la vigencia de la obra se debe también a la situación política que atravesamos. “Esta historia trata de dos personas que son encerradas por ser diferentes a lo que su gobierno espera de sus ciudadanos, y en momentos en los que hay tantos ataques contra las minorías, contra los inmigrantes y contra la gente que maneja una sexualidad alterna, nos parece más necesario que nunca defender a esta clase de individuos, que son nuestros hermanos y forman parte de nuestras familias”, afirmó.

Los promotores de la obra han advertido a los asistentes que la misma tiene algunas escenas de desnudez frontal, por lo que sus anuncios de promoción incluyen un rótulo de “Solo para adultos” que para Ortiz no es aparentemente obligatorio. “La obra exige eso como parte de la liberación que propone; pero se trata de desnudos artísticos”, retomó el director. “Sería interesante si hay padres que llevan a sus niños, para que estos aprendan a considerar la vida de otra manera”.

“[El connotado intelectual uruguayo] Eduardo Galeano dijo que estamos en una sociedad que nos hace vivir constantemente con miedo, y eso se vio también en la escuela en la que trabajo, porque cuando ganó el 45, los estudiantes entraron en pánico”, agregó. “Como educador y como artista, debo aprender a trabajar con métodos que me permitan combatir ese miedo”.

Más allá de que exista ahora mismo una posición de rechazo hacia la gente “diferente” desde las estructuras más altas de poder, la misma comunidad latina sigue marcada a veces por los prejuicios, lo que nos llevó a comentarle a Ortiz que nos parecía curioso que esta obra hubiera sido tan bien recibida (porque, de otro modo, no existiría una tercera temporada).

“Lo que pasa es que el personaje del homosexual es presentado muchas veces de manera estereotipada, pero nosotros fuimos muy cuidadosos en mostrar a un ser humano que como todos los seres humanos tiene defectos y virtudes”, comentó él. “Además, actualmente existe un entendimiento mayor sobre la importancia y la diversidad de lo que se denomina LBGT, aunque todavía existen muchos latinos que se enfrentan al rechazo de sus propias familias”.

Por su lado, Amavizca reconoce haber sido testigo de algunas reacciones adversas. “Hubo un muchacho que permaneció durante toda la función, pero que se paró disgustado en medio de la conversación posterior y se fue”, recordó. “El arte sirve para que te enfrentes con una realidad que puede no gustarte, pero que esta ahí; lo que se busca es establecer una discusión que permita que nos entendamos mejor”.

“Acabo de ver ‘El Club’, una película chilena que muestra una visión muy particular de lo que fueron los abusos sexuales cometidos por los curas católicos, y que es completamente válida”, añadió. “El público que acude a ver nuestras obras ya sabe que lo que hacemos promueve siempre la conciencia social; eso es algo que hemos hecho por más de 20 años, y no pedimos disculpas por ello”.