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Columna: Delta Air Lines cobra $200 a sus trabajadores no vacunados para pagar la cobertura de salud

The inside of a Delta Air Lines airplane.
Delta Air Lines impone un recargo mensual de $200 por el seguro médico a los empleados no vacunados; una jugada riesgosa.
(Associated Press)

A primera vista, la decisión de Delta Air Lines del miércoles, de cobrar a los trabajadores no vacunados $200 adicionales al mes por la cobertura de salud parece tener sentido.

La aerolínea estima que le cuesta $50.000 en reclamos de seguros cada vez que un empleado es hospitalizado por COVID-19. “Este recargo será necesario para abordar el riesgo financiero que la decisión de no vacunarse crea para nuestra empresa”, señaló el director ejecutivo de Delta, Ed Bastian, en un memorando.

Hay una lógica fría en eso: los individuos que tienen más probabilidades de enfermarse deberían pagar más por el seguro médico. Pero, ¿a dónde nos lleva semejante maniobra resbaladiza? ¿Deberían las personas con cáncer o con una predisposición genética a esa enfermedad pagar más por su cobertura?

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¿Qué hay de las personas con diabetes o enfermedades cardíacas? Estas pueden ser dolencias muy costosas.

¿Deberían los bebedores pagar más por un seguro médico que los abstemios? ¿Y qué pasa con los obesos y la gente con sobrepeso?

En teoría, cualquier empleador que ofrezca cobertura grupal podría imponer recargos a los trabajadores que considera tienen un comportamiento poco saludable o que aumentan los costos de atención médica de la organización.

“La aerolínea no va a decirlo, pero este es un impuesto sobre el mal comportamiento”, comentó Dana Goldman, decana de la Escuela de Políticas Públicas Sol Price, de la USC. “Los no vacunados generan costos reales para una empresa debido al aumento de las pruebas de detección y las hospitalizaciones, y su inconsciencia los hace estar desprotegidos”.

Aunque parece que Delta intenta fomentar un comportamiento saludable en lugar de castigar la imprudencia de los empleados, dijo, “es justo preguntarse dónde termina el impuesto sobre el mal comportamiento”.

Otros expertos en salud coincidieron. Barak Richman, profesor de derecho en la Universidad de Duke, expuso: “Delta está tratando de superar los obstáculos y transmitir algo importante a sus empleados: es necesario vacunarse”.

Al mismo tiempo, señaló, “debemos tener mucho cuidado al imponer mayores costos de riesgo a unos que a otros”.

Como persona con diabetes tipo 1, estoy familiarizado con el argumento de Delta; lo he escuchado antes. Mi desgracia genética representa miles de dólares en costos médicos anuales por insulina, un monitor de azúcar en sangre, una bomba de insulina y exámenes regulares.

A la luz de todo eso, ¿no debería pagar más por la cobertura que alguien sin todos estos costos fijos?

La respuesta, por supuesto, es no, por una razón muy simple: todo el mundo puede enfermarse.

Las aseguradoras de salud manejan este riesgo al tener un gran grupo de asegurados, sanos y enfermos, que contribuyen regularmente a una gran cantidad de dinero, con la cual la compañía paga los gastos médicos de sus afiliados.

Si usted nunca se enferma, bueno, tiene mucha suerte, incluso si termina sintiéndose estafado después de años de pagos de primas. Si se enferma, y es probable que así sea en algún momento, sus años de primas darán sus frutos. Para eso uno contrata un seguro.

Delta intenta presionar a los no vacunados para que se comporten de manera más responsable durante una crisis mundial de salud pública. La “libertad de elección” es una razón egoísta e insensata para negarse a vacunarse.

No hace falta decir que si las generaciones anteriores de estadounidenses se hubieran comportado de esta manera, todavía estaríamos enfrentando miles de muertes anuales por viruela, poliomielitis y otros males que se han erradicado en gran medida gracias a los programas de vacunación generalizados.

Bastian, de Delta, afirmó que alrededor de las tres cuartas partes de los aproximadamente 75.000 empleados de la empresa ya están vacunados. Así que está apuntando a los 19.000 restantes que han elegido, por la razón que sea, no hacerlo.

La “agresividad” de la variante Delta, dijo, “significa que necesitamos vacunar a mucha más gente, lo más cerca posible del 100%”.

Tiene toda la razón. Y debido a que algunas figuras públicas tremendamente imprudentes optaron por politizar las vacunas durante una pandemia, ahora corresponde a los empleadores tomar la iniciativa para proteger a la población.

Un número creciente de empresas están haciendo de la vacunación una condición de empleo, o al menos un requisito previo para ingresar. Goldman Sachs se convirtió esta semana en una de las últimas compañías en adoptar este enfoque razonable.

Por otro lado, apretar los tornillos fiscales a los enfermos o potencialmente enfermos, aunque quizá sea una forma eficaz de influir en el comportamiento de las personas, es simplemente una mala política pública.

Llevado al extremo lógico, significa que cualquier persona que, por cualquier motivo, represente un mayor riesgo financiero para el sistema de salud de Estados Unidos, que asciende a cuatro billones de dólares, debería pagar más.

No todo el mundo lo ve así. Frank Lichtenberg, profesor de gestión sanitaria en Columbia Business School, dijo que Delta simplemente está respondiendo a las elecciones personales de algunos empleados. “La mayoría de la gente no elige tener cáncer, diabetes, enfermedades cardíacas y otras, aunque su estilo de vida puede aumentar el riesgo de padecerlo”, observó.

Lichtenberg también señaló que la mayor probabilidad de que los trabajadores no vacunados enfermen a otros empleados de Delta representa lo que los economistas llaman una “externalidad negativa”, una acción que podría causar daño a otros.

“La mayoría de los economistas creen que imponer sanciones financieras, como impuestos, es una forma adecuada de abordar las externalidades negativas”, agregó.

Pregunté si los fumadores deberían pagar de manera similar, más por la cobertura, a la luz de su elección personal potencialmente dañina. “Las primas de los seguros de vida son más altas para los fumadores”, respondió Lichtenberg. “No veo por qué no sería razonable que las primas del seguro médico también lo fueran”.

De hecho, la Ley de Cuidados de Salud Asequibles permitía a las aseguradoras cobrar a los fumadores hasta un 50% más que a quienes no lo son. “Casi nadie lo hizo, posiblemente debido a las dificultades para verificar el estado del tabaquismo”, remarcó Joseph P. Newhouse, profesor de política y gestión de la salud en la Facultad de Medicina de Harvard. “Eso parece ir un poco en contra del argumento de la maniobra resbaladiza”.

También refleja un reconocimiento entre las aseguradoras de que serían odiados por millones de fumadores por imponer recargos a un comportamiento que existe desde la fundación del país.

California es uno de los pocos estados que prohíbe imponer tasas de seguro más altas a los fumadores. Los legisladores quisieron dejar en claro que nadie debe ser discriminado en lo que respecta al seguro médico, incluso cuando la insalubridad sea una elección personal.

Aprecio la intención de Delta. Las personas no vacunadas son un peligro para ellas mismas y para los demás, y representan un mayor riesgo financiero para las empresas.

Pero la cuestión de la maniobra resbaladiza es muy real. El caso de Delta a favor de un aumento de tarifas de $200 se basa casi por completo en el razonamiento económico: los trabajadores no vacunados tienen más probabilidades de ser hospitalizados, y eso es costoso.

Si usted o alguien conocido tiene una enfermedad crónica, esto debe tomarse muy en serio. Las personas enfermas pueden ser costosas de tratar, y eso es una responsabilidad para las aseguradoras y los empleadores.

Una solución es seguir el ejemplo de casi todos los demás países desarrollados y cubrir de manera asequible a toda la población con un sistema de seguro de pagador único.

Otra es sancionar a los enfermos, o potencialmente enfermos, con mayores costos de cobertura. Considerémoslo como una rudeza del sistema de salud. O llamémoslo tal como es: inhumano.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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