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OPINIÓN: El qué y porque desde Washington: Los seis traviesos de la Corte Suprema

Floridalma Ortega abraza a dos de sus hijos Sherley Ortiz Ortega, al frente, y Bebany Ortiz Ortega
Floridalma Ortega abraza a dos de sus hijos Sherley Ortiz Ortega, al frente, y Bebany Ortiz Ortega, a la derecha, mientras su esposo vende Mazapán en una transitada intersección en Mexicali, México. Son de Guatemala y esperan recibir asilo en Estados Unidos.
(Dania Maxwell/Los Angeles Times)

Si la Corte Suprema, y sus 6 magistrados conservadores, estuvieran empeñados en estorbarle a Joe Biden usted podría imaginar que estos jueces siguen ignorando a propósito, que su papel no es el de hacer política usando su investidura, sino el de interpretar a la Constitución y su relación con las leyes del país.

También podría usted pensar que, bueno o malo, los jueces son humanos, y por tanto, son políticos por naturaleza.

Ahora, que me respondería usted si le digo que en lugar de estorbarle al presidente de un partido opositor, los 6 jueces conservadores están dispuestos también a ridiculizarlo.

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Eso elimina cualquier justificación.

¿Seguimos de acuerdo? Si no estamos en la misma página no vaya a dejar de leer, porque esta plática apenas se empieza a poner buena.

Esto que le cuento es pertinente por la sorpresiva acción de la Corte que esta semana se negó a invalidar el fallo de una corte menor en Texas, que invalido a su vez, la orden del presidente Joe Biden para terminar con el impedimento a que peticionantes de asilo de Centroamérica y el mundo entero, tengan que esperar el resultado de su solicitud de asilo en territorio mexicano. Esta política es conocida como “Remain In Mexico” o “Permanencia de Espera en México.”

Hay mucha gente que se puede estar preguntando, ¿qué de malo tiene que la gente que intenta obtener asilo en EE.UU espere en México?

Permítame responder. La multitud que vino desde Centroamérica hasta la frontera de Estados Unidos con México ¡lo hizo caminando! Recuerde también, que por poco que hayan tenido, lo dejaron todo atrás creyendo que en este país brilla un faro de libertad para los pobres y los desamparados.

Además, cuando esa gente se lanzó en busca de asilo, muchos llevando de la mano a sus hijos pequeños, avanzaron bajo el frío y el calor, por caminos de tierra, así como por carreteras pavimentadas, lo hicieron porque sabían que el nuevo gobierno había dispuesto ya desde enero del 2021, nuevas y distintas reglas a las del gobierno anterior para el trato de solicitantes de asilo. ¿Qué va a hacer Biden ahora, decirles qué era broma?

En segundo lugar, hacer que los solicitantes de asilo esperen en México para acceder a la protección del asilo, es profundamente preocupante, desde la perspectiva del debido proceso y el acceso a la justicia. Esta gente ya demostró tener un temor creíble de persecución; y aun así esta política ideada por los asesores del ex presidente Donald Trump los hará esperar en México sin acceso a apoyo familiar, legal o social.

En tercer lugar, y a pesar de lo que los cínicos opinen, ¿México, porque va a pagar los platos rotos teniendo que albergar a decenas de miles de pobres y hambrientos, cuando ya en México viven decenas de miles de habitantes pobres y hambrientos?

Asilos

Es tradición que la Corte Suprema le recomiende a los jueces de las cortes menores no meterse en asuntos de relaciones exteriores. Y, ahora nuestros 6 amigos conservadores forzarán a Estados Unidos, a con el sombrero en la mano, irle a pedir a México que le permita dejar a miles de extranjeros en su territorio. Sabiendo que esa gente sin tener empleos o alternativas, terminan creando cinturones de miseria en las ciudades fronterizas, que antes tenían posibilidades de prosperar con el nuevo acuerdo comercial de Norteamérica.

México ya se adelantó a advertir que sus políticas internacionales y migratorias son tomadas en forma soberana.

Aquí, seguro hay quien pregunte… ¿Se puede forzar a México a bailar este danzón?

La respuesta depende de si Joe Biden quiere compararse a Donald Trump, amenazando a México con imponerle un arancel de 5% adicional en cada artículo que venda en Estados Unidos. Mi instinto me dice que Biden es diferente. También me indica que solo pensar en forzar a un país vecino que ha ayudado en muchas cosas ya, sin necesidad de amenazas, es simplemente indecente.

Mis amigos abogados me comentan que a la acción de la Corte Suprema le falta sentido legal. Si usted recuerda el fallo de la Corte Suprema fue en respuesta a dos demandas interpuestas, una por Missouri, otra por Texas. En esta última Biden vs Texas la demanda alega que el Departamento de Seguridad Nacional cometió una violación legal que terminó con los protocolos que resultaron en “Remain in Mexico”. Pero no identifica el tipo de infracción de la que acusa a DHS, obligando al gobierno de EE.UU a negociar asuntos de gran sensibilidad legal, con un país extranjero, sin especificar que se necesita para asegurar esas negociaciones.

¿Cómo puede el máximo tribunal de Estados Unidos justificar una acción tan mediocre? Los 3 jueces liberales: Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Stephen Beyer, dijeron eso en su negativa a concordar con la generalidad. Pero la mayoría gana y punto.

Matthew Kacsmaryk, juez conservador de Texas, nominado por el ex presidente Trump, en la orden original que obligaba al gobierno del presidente Biden a restablecer la política de hacer esperar a los peticionantes de asilo en México, le dio a la administración exactamente una semana para hacerlo.

La resolución de la Corte Suprema exige efectivamente que la administración cumpla con la orden de Kacsmaryk, al menos por ahora, pero graciosamente lo hace con una modificación que no solo es vaga, sino también confusa.

Porque técnicamente, este caso aún está en apelación.

Lo más absurdo es que la administración Biden solicitó una suspensión de la orden de Kacsmaryk mientras su apelación está pendiente. Pero el gobierno ahora tiene la obligación inmediata de cumplir con esa orden.

Y la decisión de la Corte Suprema, de denegar la suspensión viniendo del máximo tribunal del país es un muy mal augurio para el resultado final de esa apelación.

Ahora lo peor.

Si esta Corte Suprema está empeñada en ayudar a derrotar a Joe Biden en el 2022 y 2024, lo vamos a saber muy pronto. Falta la revisión de la moratoria de desahucio que los jueces tienen ya ante sí, también se ecuentra pendiente el análisis de la acción afirmativa el año próximo, y la mayor de todas; la consideración a los derechos reproductivos de las mujeres. El derecho a que las propias mujeres decidan sobre el aborto.

Los 6 jueces conservadores no pueden ser el arma que los estados rojos del país usen para ejecutar al gobierno del presidente Biden. La democracia, que nos cobija a todos, no fue diseñada para eso.

* Por casi tres décadas el periodista Armando Guzmán se ha ganado el reconocimiento en México y Estados Unidos por su cobertura en Washington. Puede seguirlo en los diferentes medios y plataformas, como radio, televisión, prensa escrita e internet.

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