El qué y porque desde Washington: ¡Sí! al mensaje de Trump… ¡No! al mensajero
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WASHINGTON.- — A quien usted le pregunte en Texas sobre el talento político de su actual gobernador, le responderá que Greg Abbott tiene buen olfato que le sirve de guía y también de intuición y que ambos los usa con mucha cautela. En Austin la capital tejana, aun sin preguntar, todos le dirán que Abbott quiere que el país interprete sus talentos políticos como cualidades y con eso lo elija presidente en 2024.
El olfato político de Abbott le sirvió para navegar hábilmente las aguas por cuatro años y ser el único gobernador republicano, que en medio de las tormentas, ni se alejó, ni se acercó demasiado a Donald Trump.
Por esto que le cuento a muchos no les sorprende que hoy Abbott esté usando la influencia que le da la silla ejecutiva de Texas, para copiar la política pública más controversial de Donald Trump -el muro- si, el muro otra vez.
Donald Trump en 2015, usó el concepto de una enorme valla separando a Estados Unidos de México y principalmente de los mexicanos, porque los análisis de mercado que hizo varios años le indicaron que eso lo haría el líder que la derecha ansiaba tener.
A la llamada “Mayoría Silenciosa” le pareció una gran idea finalmente tener a un macho presidente capaz de controlar la frontera sur. Aunque hoy sabemos la verdad. Que ese muro fue más la cortina de humo con la que Trump ocultó todo lo que en Estados Unidos él no pudo componer en 4 años.
La pregunta es… ¿por qué si el muro ni de adorno sirve… va a ser utilizado por un político astuto como Abbott para ganar la presidencia?
La respuesta: porque aún con todo lo ocurrido, 4 años después, el concepto vende.
Aquí hay que introducir la segunda parte de esta historia, en la que todos los políticos con aspiraciones presidenciales quieren convertirse en herederos políticos de las ideas y los principios de Trump. Pero quieren también ser ellos los mensajeros, intuyendo que el liderazgo personal de Trump que tantos profesaron durante su presidencia, hoy se desmorona.
Lo ocurrido en Wellington Ohio el 26 de junio es un buen ejemplo. Ahí en el sur de Cleveland, donde vive gente educada políticamente, los fans que fueron a ver y oír al expresidente, se sorprendieron al verlo subir solo al estrado. Recuerde usted que este fue el primer gran mitin político desde que dejó la Casa Blanca y Trump subió solo, porque los principales republicanos del estado evitaron asistir para acompañarlo.
Mike DeWine, que tiene más horas de vuelo político que ningún otro gobernador actual, no se apareció. El senador Rob Portman, ex acólito incondicional del expresidente, tampoco llegó.
¿Qué saben DeWine y Portman que no sabe Greg Abbott?
Lo que saben es que el campeón parece haber perdido su momento y por eso los políticos que ya van de retiro no tienen ni más interés, ni más uso para el expresidente. Otros como Abbott, que contemplan la elección presidencial de 2024 están buscando formas de heredar la corona del campeón republicano.
En Ohio, Trump habló durante 90 minutos y muchos de los pasajes que provocaban estruendosos aplausos, ya se pierden en la indiferencia, y es que sonaba confundido. El campeón parece fuera de forma. El resultado, muchos de los que fueron a escucharlo nunca entraron en el trance hipnótico, y así, se fueron temprano, mientras Trump todavía hablaba.
Al principio le conté del olfato político, y eso es relevante, porque los mensajeros de la derecha parecen oler que Trump ya no será invencible. Vaya, ni siquiera será formidable en 2024.
Por eso a Iowa, el estado con el que los candidatos presidenciales coquetean primero, está viendo llegar a una nueva caravana de republicanos prominentes, que quieren medir fuerzas para pelear por la candidatura republicana de 2024.
Nikki Haley, ex gobernadora de Carolina del Sur y ex embajadora de Trump ante la ONU, a 3 años de la elección, ya asiste frecuentemente a eventos a favor de los políticos republicanos estatales. Así, Haley levantará legiones de soldados y activistas probados, que más tarde trabajarán a su favor.
Tom Cotton, senador por Arkansas, ex acólito de Trump está también coqueteando con el 2024, y como hay muchos conservadores en Iowa, ellos igualmente coquetean con él.
Como ya estamos en julio, pronto veremos al ex vicepresidente Mike Pence regresando a Iowa para hablar por él, ya no por Trump. Pence sabiamente se cobijó bajo la organización conservadora cristiana “Family Leader” que le organiza reuniones con la gente más conservadora de todo el estado.
A todos ellos se están uniendo otros potenciales candidatos de fama nacional, convencidos que tienen lo necesario para ser el presidente #47 de Estados Unidos. Cuente ahí a Mike Pompeo ex secretario de estado y a la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem.
Está claro que para muchos republicanos del país, el discurso radical de Trump sigue siendo una guía. Ahora solo falta ver qué rostro más fresco lo articula mejor.
Mientras el mismo Donald Trump reiniciará sus mítines políticos en julio, aunque no está claro, ni en dónde, ni cuándo. Así las cosas, lo único que falta es un valiente, de corazón frío que sea capaz de informarle al expresidente que sus ideas y sus causas siguen vivas entre millones de estadounidenses, con la única variable de que para 2024 esos millones de republicanos preferirían que esas ideas salgan de la boca y la voz… de otro mensajero.
* Por casi tres décadas el periodista Armando Guzmán se ha ganado el reconocimiento en México y Estados Unidos por su cobertura en Washington. Puede seguirlo en los diferentes medios y plataformas, como radio, televisión, prensa escrita e internet.
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