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Vecinos de San Ysidro identifican los asuntos críticos y las emergencias reales en la frontera

El gobernador Gavin Newsom llegó al restaurante El Rincón en San Ysidro, donde se reunió con un pequeño grupo de miembros de la comunidad el jueves 7 de marzo.

El gobernador Gavin Newsom llegó al restaurante El Rincón en San Ysidro, donde se reunió con un pequeño grupo de miembros de la comunidad el jueves 7 de marzo.

(John Gibbins / San Diego Union-Tribune)

La contaminación del aire.

Las aguas negras que llegan hasta las costas de San Diego desde México.

Incluso, la falta de vivienda a bajo costo.

Éstas con las únicas emergencias que los vecinos de San Ysidro ven en la frontera.

En su mayoría, difieren con la retórica que sale de la Casa Blanca luego de que el presidente Donald Trump declarara una “emergencia nacional” en su intento por obtener los fondos necesarios para construir el prometido muro fronterizo entre México y Estados Unidos.

Pero en esta comunidad tan cercana a la línea divisoria, no ven la necesidad de reforzar aún más la frontera. Si la hubiera, ellos serían los primeros en pedirlo, aseguran.

Héctor Castro es estudiante de San Diego City College. Por las noches, llega a casa a pie desde la estación del trolley y asegura, nunca se ha visto en peligro.

Pero dijo se sintió vulnerable al verse rodeado de los soldados que estuvieron en la frontera hasta el pasado mes como parte de un operativo de resguardo en los puertos de entrada derivado del arribo de caravanas migrantes.

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Durante este tiempo, los residentes de San Ysidro tuvieron que acostumbrarse al ruido de los helicópteros y a la presencia de vehículos militares.

“(San Ysidro) No es un sitio de guerra. Es mi casa. Es mi hogar”, comentó el joven de 19 años, quien pudo expresar dicha preocupación al gobernador de California, Gavin Newsom quien visitó la región para escuchar las voces de quienes viven en estas comunidades.

“No hay ninguna crisis en la frontera”, sostuvo Castro, quien organiza eventos musicales.

En los poco más de dos años de gestión, el presidente no ha logrado convencer al Congreso de que financie el muro fronterizo.

Incluso, los líderes del partido demócrata no descartan un nuevo cierre de gobierno si el mandatario insiste en incluir una partida de 8600 millones de dólares dentro de su próxima propuesta presupuestaria.

En su comparecencia ante el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, la secretaria de Seguridad Interna, Kirstjen Nielsen avivó el debate e insistió en la existencia de una crisis que se está convirtiendo en “un canal para delincuentes, drogas y tráfico de personas”.

La funcionaria citó cifras de la Patrulla Fronteriza que indican que en febrero pasado se registraron 76 103 cruces irregulares en la frontera, lo que representa más del doble en comparación al año anterior cuando se reportaron 36 751.

La decisión sobre la declaratoria de emergencia recae ahora en el Senado, pero en vísperas de ello, los residentes de las zonas aludidas quieren hacerse escuchar.

“Cuando uno tiene el poder como (lo tiene) el presidente, desafortunadamente la gente lo cree y cuando no han visto la frontera empiezan a creer cosas que no son”, consideró Lisa Cuestas, presidenta de la organización Casa Familiar.

El mayor temor recae en la incertidumbre que se ha generado, pues el gobierno federal recurrió el año pasado a suspender temporalmente los cruces fronterizos entre California y México en seis ocasiones.

Algunas de ellas para llevar a cabo simulacros, otras, debido a manifestaciones que salieron de control.

Los afectados fueron los comercios. Según datos de la Cámara de Comercio de San Ysidro, el cierre de cinco horas del pasado 25 de noviembre ocasionó pérdidas por encima de los cinco millones de dólares.

Pese a que la situación se ha calmado, al grado de que el gobernador Newsom ordenó la retirada de los elementos de la Guardia Nacional, en San Ysidro todavía temen con el día que la administración federal vuelva a cerrar temporalmente la frontera.

Y es que no son solo los negocios, muchos residentes dependen de esa dinámica fronteriza, ya sea por cuestiones familiares, estudiantiles, laborales o por servicios de salud.

“(El cierre de la frontera) tocaría cada parte de nuestras vidas”, subrayó Cuestas.

Por ello es que en esta comunidad piden que se preste atención a los problemas que “realmente les afectan”.

La contaminación del aire en San Ysidro que se agudiza por la cercanía con el cruce vehicular más transitado del mundo.

Los derrames de aguas negras que llegan desde territorio mexicano y obligan al cierre de playas en el sur del condado.

La falta de vivienda a bajo costo que amenaza con dejar a miles de personas sin hogar, y que ha llevado a muchos ciudadanos estadounidenses a mudarse a México, aunque esto signifique tener que cruzar la frontera todos los días.

Entre otras problemáticas que los colonos insisten, requieren mayor atención que la construcción de un muro.

El gobernador de California coincide en que hay otras prioridades y recalcó que su visita a San Ysidro fue para poner las preocupaciones de quienes viven en la frontera “en el centro y frente del debate”, ya que a su parecer, éstas no han sido tomadas en cuenta en Washington.

“La solución recae en la mente y corazón de quienes residen aquí”, puntualizó Newsom.

Mendoza es periodista independiente.

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