Buscan convertir el Edificio de Correos de Tijuana en Patrimonio Cultural del Estado
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La asociación civil Feria del Libro de Tijuana, constituida en febrero del 2018, presentará ante el Consejo Estatal de Preservación del Patrimonio Cultural de Baja California la declaratoria para que considere al edificio de Correos de Tijuana como patrimonio cultural del Estado.
Esta declaratoria protegería, en su primera fase, al edificio de una posible demolición o venta por parte del Gobierno Federal y se tiene confianza de que se logre la declaratoria de patrimonio cultural.
El 20 de noviembre de 1957 fue inaugurado el edificio de tipo modernista-funcionalista de 1575 metros cuadrados, ubicado en la esquina de las calles Negrete y 11 del centro de Tijuana, propiedad del Servicio Postal Mexicano.
“Urge protegerlo, porque es el edificio que más representa la cultura escrita de Tijuana y desde hace más de dos años se encuentra en la mira de desarrolladores inmobiliarios”, comentó Vianett Medina, presidenta de la asociación. En las instalaciones siguen operando los servicios mensajería, paquetería, correos y telégrafos, aunque en promedio solo se envían 6 telegramas por semana, todos relacionados con juicios legales.
La propuestas de la asociación para el Servicio Postal Mexicano dentro de su petición de convertirlo en patrimonio cultural del estado, es compartir con ellos los amplios espacios subutilizados y desarrollar acciones conjuntas con el fin de contribuir al desarrollo de correos.
Tijuana ya ha perdido varios de los edificios que la vinculaban con el siglo XX, entre ellos el Toreo de Tijuana, la Puerta México y la cárcel pública conocida como La Ocho.
El jurídico de la asociación, Ricardo Zurita, informó que el expediente para la declaratoria sigue integrándose y lo ingresarán en marzo al Instituto de Cultura de Baja California, por lo que se espera un avance jurídico en no más de 6 meses.
De tener una respuesta positiva corresponderá al gobernador firmar la declaratoria y publicarla en el Diario Oficial de la Federación. Luego, la asociación estará en posibilidad de convocar a la sociedad a que presente proyectos relacionados con la cultura escrita, desde la instalación de una biblioteca, ferias del libro hasta un museo del telegrafista; todo con el apoyo de la asociación de libreros.
Perder este edificio, insistió Medina, sería como quitar un archivo de la memoria de esta ciudad que ha sido un baluarte del nacionalismo, un edificio donde se establecía el vínculo comercial con el resto del país, desde donde se enviaban las postales que hicieron famosa a Tijuana o en el que se intercambiaba el dólar por la moneda nacional.
“Al margen del valor arquitectónico del edificio, lo que pasó ahí es muy trascendente para nuestra sociedad: de algún modo presenta nuestra pertenencia a México, cómo esa sociedad vivía esa tensión de tener una vida fronteriza lejana al centro del país y realizaba su estrecha vida comercial con Estados Unidos y el resto del mundo”, puntualizó la presidenta de la asociación.
Finalmente, Medina hizo un llamado a la comunidad a involucrarse en el conocimiento de la historia de Tijuana, de la ciudad que con recursos precarios, en sus inicios, ha salido siempre adelante: “No es la añoranza lo que nos interesa, sino descubrir nuestra identidad a partir de cómo lo que sucedía en este edificio configuraba la comunicación y las transacciones de esa entonces joven sociedad”.
Cortés es periodista independiente.
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