Nuevo edificio en Tijuana será el más alto en la ciudad
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Los cambios en el horizonte de Tijuana suceden en un parpadeo.
La ciudad fronteriza continúa transformándose debido a la tendencia frenética por la construcción de nuevos condominios, dando pie a la aparición de nuevos rascacielos, entre ellos el edificio más alto de su historia que se terminará para finales de año.
Hay aproximadamente 400 nuevos condominios que se abrirán en 2019, y la mayoría quedará apretadamente en terrenos abandonados alrededor del exclusivo campo de golf de la ciudad. Al igual que en San Diego, las restricciones de terrenos están obligando a los planificadores a esforzarse por lograr una mayor densidad, pero con ello aumentan la presión en áreas ya de por sí congestionadas.
Desde 2016, al menos mil condominios, departamentos nuevos y más de 30 edificios residenciales se han edificado en Tijuana. Diecisiete de los 20 edificios más altos de la ciudad fueron construidos en la última década y no parece haber ninguna desaceleración a la vista.
El crecimiento de la urbe se ha visto opacado por las noticias que han llevado a la ciudad a la escena internacional. Las imágenes de los migrantes centroamericanos que abruman la ciudad y una tasa desconcertante de asesinatos, un récord de 2518 homicidios en 2018, han dominado la mayoría de las noticias.
Sin embargo, económicamente las cosas están mejorando. El nuevo presidente Andrés Manuel López Obrador ha introducido una zona libre económica a lo largo de la frontera que aumenta el salario mínimo y reduce el impuestos sobre la renta. Para los mexicanos ricos que ya están en la ciudad hay más opciones de alojamiento que nunca.
La joya de la corona del crecimiento de la ciudad este año es el Sayan Campestre de 32 pisos, junto al campo de golf Club Campestre de Tijuana. Cuando se termine en diciembre la torre de 395 pies se convertirá en el edificio más alto de la ciudad, superando por apenas 60 pies a los condominios de la Torre Diamante de NewCity Residencial construidos en 2008.
Sayan Campestre será posiblemente el lugar más lujoso para vivir en la ciudad, con acceso al campo de golf, servicio de valet, lavado de autos, jardines al aire libre, gimnasio, spa, guardería infantil, bar deportivo y dos o tres estacionamientos para cada condominio, un espacio al aire libre estilo parque con vista al campo de golf con muebles Armani y mucha seguridad.
Los costos para las unidades varían de 450 mil dólares a 1.35 millones de dólares, lo que lo convierte en el más caro de todos los desarrollos de Tijuana. Las vistas desde las unidades son al campo de golf, considerado uno de los mejores lugares de la ciudad debido a su exclusivo acceso.
Gran parte del desarrollo residencial de los últimos años ha rodeado el campo de golf y está empezando a parecerse un poco a Central Park de Nueva York, donde el desarrollo de edificios de gran altura rodea un espacio abierto. A diferencia de la ciudad de Nueva York, el público en general no tiene acceso gratuito al área verde, destacando la brecha entre los ricos y pobres de la ciudad.
Sayan, con sede en Puerto Vallarta, está gastando alrededor de 35 millones de dólares en Sayan Campestre, indicó Rodolfo Aguilar, arquitecto y socio en el proyecto. La estrategia para evitar el fracaso en un proyecto tan costoso, fue vender el 35 por ciento de los condominios en ocho meses. Vendieron 40 por ciento en el primer mes.
“Nos dimos cuenta de que esto era muy necesario”, comentó Aguilar recientemente, mientras caminaba por la polvorienta estructura de concreto que pronto será una torre residencial lujosa.
Alrededor de 420 trabajadores dan forma diariamente a la estructura de concreto, utilizando maquinaria pesada para excavar el estacionamiento, transportando interminables filas de tuberías y transformando completamente el sitio que antes fuera un restaurante de mariscos que se incendió. Su ritmo furioso se detiene alrededor del mediodía cuando los obreros traen comida de camiones y restaurantes de la calle, y el olor a carne asada impregna el sitio.
Para diciembre, habrá en su lugar un elegante edificio plateado con balcones donde los nuevos residentes podrán ver toda la ciudad.
Para comprender lo que está sucediendo en Tijuana en este momento, se debe regresar a la Gran Recesión, que fue tan mala para la frontera del condado de San Diego como para México. La construcción residencial se desaceleró considerablemente, lo que los trabajadores de bienes raíces dicen que más tarde generó mucha demanda acumulada.
“En 2007, Tijuana estaba en coma”, dijo Sergio Arturo González, desarrollador de negocios para la agencia inmobiliaria Probien Bienes Exclusivos. “Nadie construyó nada”.
Casi todos los compradores nuevos son mexicanos adinerados que ahorraron cuando no había muchas casas para comprar o que tenían empleos bien pagados en Estados Unidos. En otros casos, los mexicano-estadounidenses están comprando para pasar su retiro en Tijuana, explican algunos agentes de bienes raíces. Además, las personas que desean un hogar lejos de casa porque están con frecuencia en la ciudad también se están convirtiendo en propietarios.
El desarrollo adicional alrededor del campo de golf incluye el proyecto Liv La Recta de 38 unidades y el Levant Campestre de 120 unidades, que se inaugurarán desde principios hasta mediados de 2020.
Levant Campestre tiene condominios de una a tres habitaciones que van desde 869 pies cuadrados hasta 1776 pies cuadrados. Los costos comienzan alrededor de 167 mil dólares y llegan hasta 314 mil dólares. El edificio de 18 pisos de Insar, con sede en Monterrey, México, también se centra en servicios como piscina, área de juegos para niños, casa club, portero, sala de juegos, espacio al aire libre con vista al campo de golf y una cancha compartida para basquetbol y futbol soccer.
Adriana Gaxiola líder del proyecto Levant dijo que el 70 por ciento de las 120 unidades se han vendido y que la mayoría de los compradores han sido mexicanos, aunque también ha habido unos pocos estadounidenses de origen mexicano.
Liv La Recta tiene condominios desde 1603 pies cuadrados hasta 2895 pies cuadrados, con costos desde 350 mil dólares hasta 500 mil dólares. Aunque el edificio también es de 18 pisos, solo tiene 38 unidades, lo que significa menos propietarios en el edificio.
Nallely García, gerente comercial del desarrollador Urban Living, indicó que hasta ahora se habían vendido 17 condominios a mexicanos y muchos de ellos jubilados. Dijo que los compradores de mayor edad le comentaron que querían pasarle sus casas actuales a sus hijos, por lo que ellos optan por reducirse a un condominio de lujo.
Liv también también cuenta con muchas comodidades para atraer a los compradores, como un gimnasio, una piscina, una terraza-jardín en la azotea, portero, cámaras de circuito cerrado y una sala de eventos.
El proyecto es de Urban Living con sede en Tijuana, que es uno de los desarrolladores más grandes de la ciudad. Sus proyectos, todos en diferentes etapas de desarrollo, incluyen ocho edificios de oficinas, cinco hoteles, cuatro torres residenciales y dos desarrollos de uso mixto.
Uso mixto
Al igual que en San Diego hay una gran necesidad de edificios que combinen múltiples usos debido a la limitación de terrenos. Mientras que en una escala mucho más pequeña, Tijuana también ha visto más propuestas para edificios de uso mixto y la adopción de ideas del concepto de trabajo conjunto.
Teniendo eso en cuenta, el Grupo Cosmopolitan inauguró recientemente un edificio híbrido de departamentos y de trabajo conjunto llamado Eazy Río, tomando parte de su marca Eazy Living, en el distrito financiero de la ciudad, la Zona Río. Es algo como una oficina de WeWork donde la gente renta un pequeño espacio de oficina, excepto que puede tomar una siesta en su propio departamento durante la hora del almuerzo.
En un lado del edificio se rentan 96 departamentos por alrededor de mil dólares al mes y van de los 516 pies cuadrados a 645 pies cuadrados. Al otro lado del edificio, separado por una puerta que solo se puede abrir con llave, tiene 17 760 pies cuadrados de espacio de oficinas destinado a emprendimientos y empresas nuevas en Tijuana.
“Nadie más ofrece algo donde puedas trabajar y vivir en el mismo lugar”, señaló Michael Goldstein, quien encabeza la división de Eazy Living. “Podrías ir a tu oficina en pijamas”.
Cuesta 99 dólares por mes usar un área abierta del espacio de trabajo conjunto donde alguien podría simplemente sentarse y encender una laptop. El alquiler de un escritorio cuesta 149 dólares por mes y un espacio de oficina cerrado, donde la persona no tiene que llevarse los materiales a casa al final del día, cuesta 450 dólares por mes. Eso es aproximadamente un cuarto o menos de los precios de ofertas similares en WeWork en el centro de San Diego.
Goldstein dijo que ya han visto interés por parte de varias empresas estadounidenses, muchas de las cuales dijeron que anteriormente se habían sentido sobre cobrados en otros edificios de oficinas en Tijuana.
El Grupo Cosmopolitan es uno de los desarrolladores más grandes de Tijuana y ha estado en el centro de las crecientes tensiones por las nuevas construcciones, hace poco el motivo fue un camino hacia una nueva torre residencial. La oposición a su torre de condominios Life, frente al Club Campestre de Tijuana, ha llevado a la cobertura de medios de comunicación en publicaciones locales como Frontera y ha generado protestas coordinadas.
Los padres y otras personas están preocupados por la seguridad de los estudiantes en el camino que conduce a su edificio de 45 unidades. Este trayecto había sido utilizado durante años por los estudiantes de las escuelas cercanas. La compañía dice que trabajará con los funcionarios para hacer que el camino de los estudiantes sea más seguro, pero no abandonará el uso del mismo.
Alameda Otay
Un condominio en el desarrollo de Alameda Otay se encuentra a poca distancia de un Macchiato de caramelo en un nuevo Starbucks, la última película de terror en Cinemex y alitas Buffalo en el pub deportivo Porter.
El plan maestro comunitario Alameda Otay de 40 acres es similar al plan maestro Otay Ranch de Chula Vista en el condado de San Diego, aunque en una escala mucho más pequeña, ya que se ve muy similar y tiene una mezcla de uso residencial y comercial, algunas oficinas, un hotel y futuros planes para más usos. Está al este del centro, lejos del bullicio y a pocas cuadras del aeropuerto de la ciudad.
También está cerca del motor económico que son las maquiladoras, las fábricas que producen muchos productos comprados en Estados Unidos y cuentan con una mezcla heterogénea de inversionistas extranjeros. Muchos ejecutivos estadounidenses y asiáticos que dirigen las maquiladoras han comprado condominios en la oferta de viviendas de Alameda Otay llamada Magnitud, comentó Raymundo Arnaiz, director de Frasa, promotora de viviendas.
“Hay una necesidad de viviendas por aquí”, dijo Arnaiz en una reciente gira.
Los condominios Magnitud varían de 154 mil dólares a 220 mil dólares, y van de 914 pies cuadrados a 1280 pies cuadrados. La primera fase de 12 millones de dólares de 120 condominios se concluirá en febrero de 2020, para finalmente expandirse a un total de 240 unidades.
Hay una única sala de exposición del condominio Magnitud, ya que en este momento el desarrollo es solo una cáscara de concreto. Pero con eso Frasa ha dado suficiente impresión, ya que dijo que la mitad de las unidades están vendidas.
En la sala de estar del condominio hay un sofá gris envolvente frente a un televisor de pantalla plana ambientado con lo que parecen acentos de Estados Unidos en la década de los cincuenta. Una especie de pintura inspirada en Jackson Pollock con franjas doradas, azules y negras cuelga de la pared. La vista desde la ventana de momento da hacia la estructura de concreto con trabajadores entrando y saliendo de lo que será Magnitud.
Molnar escribe para el U-T.
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