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El distrito ofrece opciones para los estudiantes en el programa DACA

The process, called academic forgiveness, is used to help students with extenuating circumstances, and students can petition the district to get rid of “W’s,” which students describe as “stains” on their permanent records.

San Diego Union-Tribune

Los soñadores en el Distrito de Universidades Comunitarias de San Diego, pueden eliminar las ausencias de sus expedientes si abandonan las clases después del final del programa que los protegió de la deportación y les permitió trabajar.

El proceso, llamado perdón académico, se utiliza para ayudar a los estudiantes con circunstancias atenuantes, y ellos pueden solicitar al distrito que se deshaga de las ausencias que de otra forma dañarían sus registros.

Algunos estudiantes participantes del programa de acción diferida para los que llegaron en la infancia, creado por la administración de Obama y que terminó en septiembre bajo el presidente Donald Trump, se ausentaron de clases para trabajar antes de que expiren sus permisos.

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Para muchos, la posibilidad de pagar su educación superior dependía de la capacidad de trabajar legalmente en Estados Unidos a través del programa. Sin los permisos de trabajo que vienen con el programa, los soñadores no trabajarán, o trabajarán en las sombras, por salarios generalmente más bajos.

“Es doloroso, muy doloroso”, comentó Francisco Peralta, un estudiante de City College que se retiró recientemente y formó parte de un grupo que solicitó ayuda a la escuela. “En un momento tus metas académicas son sólidas y estables, y al siguiente segundo comienzan a evaporarse frente a tus ojos”.

Los permisos DACA tenían que renovarse cada dos años. El fiscal general anunció el final del programa a principios de septiembre, por lo que aquellos cuyos permisos expiraron antes de marzo pudieron renovarlos una vez más.

El permiso de Peralta termina en unos nueve meses, por lo que no pudo renovarlo. Trabaja en dos restaurantes mientras toma clases, y se prepara para transferirse a una universidad de cuatro años para completar una licenciatura en ciencias ambientales.

Después del anuncio de que DACA terminaría, hizo un profundo examen de consciencia, dijo. Sintió que sus objetivos académicos se alejaban.

“Después del final del programa DACA, mi motivación se fue al piso”, expresó Peralta. “No fui a clases por un par de días”.

Peralta, de 30 años, llegó a San Diego de Ciudad de México cuando tenía 12 años. Dijo que tomó malas decisiones en la preparatoria al darle prioridad a trabajar en lugar de estudiar, y dejó la escuela para trabajar en un restaurante de comida rápida.

Cuando DACA comenzó en 2012, lo inspiró a volver a la escuela para poder cumplir con los requisitos educativos para solicitar el programa. Obtuvo su diploma GED y continuó con la universidad comunitaria. Mientras estuvo allí, sirvió en el gobierno estudiantil, fue mentor de nuevos estudiantes e interino en un laboratorio de investigación en UC San Diego.

“Fue una experiencia increíble. No podía creer que hace dos años estaba trabajando en un Burger King y básicamente atrapado en un trabajo sin futuro”, dijo Peralta. “Cuando tienes la oportunidad de volver ves la educación desde otra perspectiva”.

Ahora que se retiró, planea trabajar de tiempo completo para reunir lo que llamó un fondo de emergencia. “Espero lo mejor, pero me estoy preparando para lo peor”, expresó Peralta.

El perdón académico no significa un reembolso del semestre, pero para Peralta, ser capaz de mantener limpio su expediente para cuando continúe su educación, es extremadamente importante.

Lynn Neault, vicerrectora de servicios estudiantiles, cree que ayudar a los estudiantes de DACA es parte del compromiso del distrito de apoyar a todos sus estudiantes. El distrito no creó un nuevo permiso para los estudiantes de DACA, señaló, pero sí les informó proactivamente que el permiso estaba allí si lo necesitaban.

Morrissey escribe para el U-T.

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