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Más de un mes después, hay pocas respuestas sobre tiroteo fatal en National City

On June 24, two men died and two were wounded when gunfire erupted at a National City apartment, prompting an eight-hour SWAT standoff.

San Diego Union-Tribune

Norma Velásquez ha visto una y otra vez el video donde su hijo de 22 años muere en una calle de National City.

Ella quedó perpleja de ver como unos oficiales, con un destacamento de SWAT desplegándose alrededor de ellos, arrastran el cuerpo de su hijo. Y luego como los paramédicos comprueban sus signos vitales y le realizan en vano RCP.

“Deseas que sea una película”, dijo Velásquez. “Duele hasta el fondo de tu corazón, hasta el alma. Yo le di a luz. Y verlo muerto así es lo peor”.

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La grabación, capturada por camarógrafos independientes, muestra las consecuencias caóticas del tiroteo del 24 de junio que cobró la vida de su hijo, Jacob Velázquez y de Nickolas Durrett, de 23 años.

Las familias involucradas están desesperadas por respuestas, pero varios obstáculos han frenado la investigación, señaló la policía.

“En última instancia, queremos respuestas para las cuatro familias”, dijo el sargento Chris Cameon. “De eso se trata todo esto. Nos gustaría que (la investigación) fuera caminando de manera diferente”.

Los oficiales que fueron enviados a investigar el tiroteo en un departamento de la calle 8th Este encontraron a Velázquez muriendo en la calle, y a otro hombre, Alejandro Robles de 24 años, con una herida de escopeta en el hombro.

Durante ocho horas, la policía trató de convencer a un tercer hombre, Michael Sandoval de 22 años, de que saliera. Finalmente salió de la casa dando traspiés alrededor de las 5:30 p.m. Los oficiales encontraron el cuerpo de Durrett dentro del departamento.

Las largas horas de estancamiento complicaron las cosas, dijo Cameon.

“Habría sido mucho mejor entrar a la escena del crimen tan pronto como sucedieron las cosas, pero la paralización, y el retraso que causó, hizo una escena del crimen de por sí difícil, mucho más difícil”, señaló Cameon.

Los investigadores todavía se las arreglaron para acarrear centenares de piezas de evidencia, pero clasificar a través de todo eso ha sido un trabajo que ha consumido tiempo. Cameon comentó que los detectives están trabajando para analizar “las piezas más importantes” primero.

Y mientras están llenos de evidencia, son escasos los testigos. Robles, el hombre encontrado herido en la calle, fue entrevistado por detectives después del incidente. Al día siguiente del tiroteo, fue arrestado bajo sospecha de haber asesinado a Durrett, pero fue liberado días después cuando no se presentaron cargos.

Cameon expresó que partes de la historia de Robles aún necesitan ser corroboradas por pruebas. Un portavoz de la Fiscalía del Condado de San Diego dijo que la investigación está en curso.

Los investigadores tenían la esperanza de que Sandoval, quien salió del departamento con una grave herida en la cabeza, pudiera contar a los detectives lo que pasó una vez que se recuperara. Pero “no está en condiciones de hablar”, dijo Cameon.

El sargento dijo que el departamento ha tratado de mantenerse en contacto regular con la familia mientras continúa la investigación.

Algunos miembros de la familia dijeron que los esfuerzos del departamento no han sido suficientes.

Norma Velázquez, la madre de Jacob Velázquez, dijo que todavía está molesta porque no se le notificó la muerte de su hijo a tiempo.

Después de enterarse del tiroteo, pasó horas detrás de la cinta policial, esperando ansiosamente la noticia de si su hijo había muerto. Más tarde esa noche, algunos de sus hijos encontraron el video escalofriante de las secuelas del tiroteo en YouTube.

Así supo entonces que Jacob estaba muerto, pero no fue hasta la medianoche que un investigador de la Oficina del Médico Forense la llamó con la noticia.

“Quiero que entiendan que no quiero que (nada) de esto le suceda a otra familia. Quiero que sean notificados (...) y no que lo vean a través de YouTube”, indicó.

Paula Gant, la madre de Durrett, dijo que también fue el video lo que finalmente le dio a conocer la muerte de su hijo.

La noche del tiroteo, Durrett no regresó a casa y no contestó llamadas a su teléfono celular. Preocupada por él, Gant llamó a la policía para ver si había sido arrestado y verificó su paradero en los hospitales.

A la mañana siguiente, la esposa de Durrett vio el video de YouTube y notó que su auto, que Durrett había usado, estaba estacionado afuera del departamento donde ocurrieron los disparos.

En ese momento, Gant ya sabía que dos personas habían muerto. Después de unas pocas llamadas infructuosas al Departamento de Policía, llegó a la Oficina del Médico Forense. Un investigador le confirmó la muerte de su hijo.

“Mi corazón se fue al suelo”, dijo con lágrimas. “No sabía qué pensar, pero fue un alivio saber que era mi hijo. Supongo que es mejor saber que no saber”.

Justo cuando se cumplió un mes del tiroteo, las familias de Velázquez y Durrett se reunieron cerca de la esquina de las calles East 8th y J, donde decenas de velas y ramos de flores sirven como recordatorio de las vidas arrancadas.

“Todavía estamos de luto y todavía no tenemos respuestas”, dijo Norma Velázquez. “Queremos respuestas. Al menos eso nos daría tranquilidad, porque no murieron en un accidente. Murieron a manos de otra persona”.

Gant agregó: “No creo que yo pueda cerrar esto hasta que averigüemos qué pasó y quién mató a mi hijo”.

Hernandez y Winkley escriben para el U-T.

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