Las medidas de Trump crean miedo y destruyen el trabajo de jornaleros
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Phoenix / EFE — Los jornaleros esperan ahora más horas que nunca en esquinas y grandes tiendas de construcción en busca de un trabajo temporal debido al miedo que se vive por las políticas migratorias de la nueva administración de Donald Trump, lo cual ha mermado su actividad significativamente.
Lo que antes era su fuente de trabajo fundamental ahora apenas les da para alimentar a sus familias, ya que el trabajo ha disminuido cerca de un 60 %, coinciden varios inmigrantes apostados junto a una tienda de construcción en Phoenix (Arizona).
Juan Castillo, oriundo de Ciudad Obregón, en el estado mexicano de Sonora, aseguró que desde enero, cuando Trump llegó a la Casa Blanca, solo ha logrado que lo contraten 10 veces, a pesar de estar parado desde las 5 de la mañana hasta bien entrada la tarde todos los días de la semana.
“Viera qué feo está. Este cambio tan drástico se ha notado con la nueva administración de Trump, los inversionistas ya no quieren apostar, cada quien cuida su dinero. Se acabaron los proyectos, nadie quiere invertir por el miedo”, comenta.
Esto ha llevado a que muchos hablen ya de una crisis económica para estos indocumentados que esperan a que contratistas acudan a los comercios de construcción en busca de trabajadores por horas, casi su única vía de superviviencia, pues sus opciones laborales son muy limitadas por carecer de estatus migratorio.
Carmen Cornejo, directora del grupo Lacey Larkin Frontera Fund, señala que la economía de ciertos sectores como la construcción y la agricultura se ha visto mermada por las nuevas políticas antiinmigrantes.
“Desgraciadamente se paraliza la economía, mucha gente no se presenta en los trabajos, sobre todo de construcción, porque tiene miedo de las redadas, he estado informándome sobre el efecto Trump en el área de la construcción y es muy preocupante”, dice.
Recuerda que en Arizona se vivió recesión similar, en la que la economía cayó de “manera significativa”, después de que entrase en vigor en 2010 la ley SB1070, que autoriza a la policía cuestionar el estatus migratorio de los detenidos, y el exalguacil del condado de Maricopa Joe Arpaio realizase redadas en lugares de trabajo.
“Pero la gente no aprende las lecciones, esta situación antiinmigrante se volvió nacional con Trump, piensan que con llevarse a los inmigrantes no habrá una repercusión en la economía nacional, pero ya se está viendo sobre todo en la construcción, el campo y las ciudades fronterizas”, señala.
Esta escasez de trabajo ha llevado a que cuando esporádicamente se acerca un carro para contratar a los jornaleros, estos corren para poder ser los primeros y lograr ganarse unos dólares.
“Yo tengo que manejar todas las mañanas y hasta en el tráfico se siente la tensión de la gente, ya no es como antes, se ha puesto muy feo, y pues nosotros tenemos familia y los ‘bills’ (facturas) que no esperan”, dice Castillo, que reside en Phoenix desde hace 15 años.
Junto a otros trabajadores, Castillo lamenta que se les trate como “criminales” cuando lo único que buscan es trabajar.
“Nos critican por buscar trabajo, pero no andamos pidiendo limosna en las gasolineras como los ‘güeros’ (rubios, en referencia a los estadounidenses)”.
“Deberían de ponerse en los cruceros para que se den cuenta quiénes realmente están desfalcando al país, ¿alguna vez han visto algún hispano pidiendo limosna?”, apunta.
Salvador Reza, líder jornalero representante del Comité de Defensa del Barrio Tonatierra, con base en Phoenix, ha sido uno de los defensores de estos trabajadores, a quienes repetidas veces se les ha instado a desalojar los estacionamientos de los grandes consorcios, argumentando que dan mal aspecto.
“Los ‘güeros’ tienen que reaccionar y darse cuenta que sin nosotros no sobreviven, activamos la economía, tienen que ser una conciencia masiva”, señala el activista, que cree que si lograron superar el miedo y la crisis económica que generó Arpaio la SB1070 “igual podemos hacerlo con Trump”.
Considera que el temor ha detenido a mucha gente a comprar casas o hacer arreglos, ya que prefieren ahorrar su dinero por la incertidumbre de las nuevas medidas migratorias.
“Estas acciones también afectan a los norteamericanos, porque tienen incertidumbre de lo que va a pasar y no construyen tanto, pero definitivamente los indocumentados son los que más se resienten, porque se detiene la económica”, indica.
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