Músico busca inspiración en lugares imprevisibles
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Si piensas que la voz de tu cantante favorito es quien remueve las fibras más profundas de tu ser al escucharlo, estás en un error y si no, presta atención al talento de Henry Gutiérrez.
Gutiérrez es músico. Con su guitarra seduce desde el instante en que comienza a tocar las cuerdas; sus composiciones y arreglos han cautivado diferentes géneros musicales, sectores de la sociedad y cantantes.
Incluyendo al cantante latinoamericano considerado el más popular de todos los tiempos: Luis Miguel.
“Para mí ha sido un honor trabajar para él, no tengo palabras más que agradecimiento por incluirme en el último álbum”, nos contó Gutiérrez quien participó como compositor en tres canciones del disco Labios de Miel.
Este logro es el fruto de su pasión por la música.
La guitarra ha sido el mejor instrumento que Gutiérrez ha encontrado para transmitir sus sentimientos y despertar emociones en otras personas, ya sea de amor o desamor.
Rosella León es un buen ejemplo. Tiene 43 años y desde los 11 sigue la carrera de Luis Miguel. León tiene todos sus discos y el año pasado lo vio en tres conciertos. “Me encanta su voz, todo él es perfección y sentimiento puro”, comentó.
Sin embargo León reconoce algo. Dice que sin la música, su cantante favorito sería distinto; la clave del éxito de sus conciertos los atribuye a la música: “El embrujo de la música”, apunta la fiel fan de El Sol.
Al mencionarle las canciones en las que Gutiérrez participó con Luis Miguel, Labios de miel, Es por ti y Mujer de fuego, León contestó que le fascinaban las tres, incluyendo la letra y la música.
Esta fascinación, León se la debe en parte al sentimiento que Gutiérrez arrancan a las cuerdas de su guitarra. “Cuando toco la guitarra siento algo muy especial, me relaja, es mi terapia; logra sacarme de mis preocupaciones y despierta sentimientos en mí”, dijo el guitarrista tijuanense de 40 años.
Gutiérrez no está solo. La guitarra es considerada por muchos, como una de las musas más ricas que ha inspirado a grandes cantantes y poetas; entre ellos Federico García Lorca, Pablo Neruda y el gran Carlos Gardel.
La diferencia es que el sentimiento de cada persona es único. “El mercado de la música es difícil, predomina el sentimiento pero debe gustar, hacer que alguien remueva una parte de su ser con un arreglo o composición musical”, indicó Gutiérrez mientras tocaba la guitarra.
Gutiérrez sabe lo que dice. Es un músico, arreglista-compositor de tiempo completo; se inclina por el pop; últimamente le han solicitado su talento para música cristiana; también es guitarrista del cantante Yahir en sus giras.
Pero el roce de Gutiérrez con gente de música inició en su propia familia. Sus tíos abuelos fueron violinistas de conservatorio y su padre, Héctor Gutiérrez, es un ingeniero en electrónica que toca la guitarra: Un hermano de Henry, Danny E., es un cantante de balada pop y música de banda.
La historia musical de Henry inició a los 10 años. “Uno de mis hermanos recibió en Navidad, un órgano de juguete al que debías soplar pero era yo quien lo usaba”, recordó el guitarrista con una sonrisa.
Por esto su padre lo llevó a clases de piano. Pero le atraía el rock y eso significaba tocar una guitarra. “Por eso, cuando mi papá salía a trabajar yo le agarraba su guitarra y de oído sacaba melodías, así aprendí”, contó.
Sus primeras canciones fueron de trío. Eran las que su padre tocaba cuando llegaba a casa del trabajo; “cuando toco la guitarra, viajo a esos tiempos de niño”, indicó Gutiérrez quien desde hace 10 años reside en Chula Vista.
Su prueba de fuego le llegó cuando estudiaba el sexto semestre de ingeniería electrónica en la UABC de Tijuana en la forma de una tentadora oferta como guitarrista del Hard Rock Café que le hizo abandonar la carrera.
Dice que no pudo resistirse. “De esa empresa me habían visto tocar y cuando necesitaron un guitarrista, me llamaron. Aun cuando eso significara abandonar mi carrera, acepté gustoso”, explicó Henry.
El talento de Gutiérrez es único. Toca su guitarra una y otra vez. Todo lo almacena en su memoria. No hace apuntes. Si se encuentra en un estacionamiento esperando a sus hijas a que acaben sus actividades o escuela, es común verlo adentro del carro tocando su guitarra.
“Puedo pasarme todo el día tocando la guitarra y no sale nada o en cuestión de minutos lograr algo satisfactorio”, dijo Henry, precisamente dentro de su auto tocando la guitarra mientras esperaba que una de sus hijas terminara una clase de tenis.
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