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Los elevados costos de la vivienda las hacen inaccesibles a las familias trabajadoras

El constante aumento del costo de las viviendas para comprar o alquilar en las principales ciudades de Estados Unidos, unido al casi nulo aumento salarial, resulta paradójicamente en una de las principales causas de desamparo, incluso entre familias que trabajan a tiempo completo o con ingresos permanentes, indicó una experta en el tema.

En el caso específico de Denver, desde 2012 el costo de las viviendas aumentó en promedio un 10 por ciento al año, mientras que en el mismo período los salarios sólo subieron un 1 por ciento.

Por eso, una de cada cuatro familias trabajadoras debe ahora destinar más de la mitad de sus ingresos a pagar la renta y una de cada tres familias con hijos ya no puede pagar el alquiler, según Christie McElhinney, directora de Third Sector Communications Strategies (TSCS).

McElhinney dirigió las investigaciones, coordinadas por The Denver Foundation, que llevaron a finales de 2015 a establecer en Colorado el programa “Cerca de casa”, que tiene como meta terminar con el desamparo en este estado.

Según la información provista por McElhinney, el aumento del costo de la vivienda en Denver en los últimos cuatro años duplicó al del resto del país y sólo fue superado por Portland, Oregón, y San Francisco.

“Esa situación tiene consecuencias sociales”, enfatizó McElhinney.

De hecho, según la investigación que realizó la especialista, basada en datos compilados por el Centro de Leyes y Políticas Públicas de Colorado, hasta 600.000 personas en este estado corren el riesgo de perder sus viviendas.

Además, la situación se agravará, dijo, porque el 70 por ciento de los trabajos en Colorado sólo ofrecen salarios mínimos y así sólo del 2 al 5 por ciento de las viviendas en este estado están disponibles para alquiler o compra, y porque cada mes llegan miles de nuevos residentes a Colorado (unas 8300 personas cada mes, según el Buró del Censo).

“Eso significa que las familias con ingresos bajos o medios quedan fuera del mercado de las viviendas, por lo que deben desplazarse a los suburbios. Pero ese desplazamiento desconecta a las familias de los servicios y trabajos a los que antes tenían acceso”, llevándolas incluso al desamparo, comentó McElhinney.

Según un informe de diciembre de 2015 publicado por la Iniciativa de Metro Denver contra el Desamparo (MDHI), poco más de uno de cada cuatro (26 por ciento) de los 6100 desamparados de Denver trabaja a tiempo completo, poco menos de la mitad (44 por ciento) perdió su vivienda al perder su trabajo, y casi uno de cada tres (32 por ciento) está en la calle porque el costo de la vivienda es demasiado alto, sea para alquilar o comprar.

También, según otro informe difundido este miércoles por la firma MPF Research, menos de la mitad (48 por ciento) de las personas que alquilan viviendas en la capital de Colorado renovarán este año sus contratos de alquiler y lo mismo sucede en las 50 principales ciudades del país.

La misma fuente indicó que en cinco ciudades - San Antonio (Texas), Phoenix (Arizona), Salt Lake City (Utah) y Tampa y Jacksonville (Florida)-, el índice de renovación de contratos de alquiler de viviendas es aún inferior al de Denver. El promedio nacional de renovación de esos contratos es del 55 por ciento.

Una de las personas afectadas por esa situación es Ivana Aguilar, una inmigrante mexicana que trabaja en Denver como jefa de turno de un restaurante.

Para no pagar el alquiler, la inmigrante decidió comprar su vivienda propia, pero los altos precios en Denver se lo impidieron.

“La misma casa que en Denver cuesta 300.000 dólares en Colorado Springs cuesta 230.000 dólares. Allí compré y ahora tengo que manejar 100 kilómetros en cada dirección todos los días para ir a trabajar, pero es lo más cercano que pude conseguir con el dinero que yo tenía”, aseveró Aguilar.

“Era eso (viajar 200 kilómetros diarios) o correr el serio riesgo de quedarme con mis hijos en la calle. En Denver, la vivienda se ha convertido en un lujo para quien la puede pagar”, indicó.

Estadísticas locales indican que el precio promedio de las casas en Denver es de poco más de 363.000 dólares, mientras que el promedio nacional es de unos 189.000 dólares.

“Si al alto precio de la vivienda se le suma la falta de casas en el mercado, los únicos que ahora pueden comprar o alquilar son los que tienen ingresos altos”, afirmó McElhinney.

En números concretos, una familia de Denver debería ganar unos 75.000 dólares anuales para poder usar casi la tercera parte de esos ingresos para el pago de la hipoteca de una casa con el precio mencionado. Pero los ingresos promedios en Denver son de sólo 58.000 dólares anuales, por lo que las familias tienen que destinar más del 40 por ciento de sus ingresos al pago de la casa.

Para las familias con ingresos por debajo del promedio, la solución aparentemente no llegará pronto.

Según la empresa Clear Capital, los precios de las viviendas en Denver subirán otro 7,7 por ciento este año, con aumentos similares, aunque menores, en Dallas y en Jacksonville.

En Denver actualmente viven unos 2400 hispanos sin techo, según MDHI.

A nivel nacional habría unos 610.000 desamparados, el 41 por ciento de ello latinos, revelan estadísticas de la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental (SAMHSA).

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