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Salvadoreños recuerdan el martirio de monseñor Romero

Los salvadoreños recordaron el viernes el trigésimo sexto aniversario del asesinato de monseñor Oscar Arnulfo Romero, proclamado beato en 2015.

Los salvadoreños recordaron el viernes el trigésimo sexto aniversario del asesinato de monseñor Oscar Arnulfo Romero, proclamado beato en 2015.

(© STRINGER El SALVADOR / Reuter / REUTERS)

Los salvadoreños recordaron el viernes el trigésimo sexto aniversario del asesinato de monseñor Oscar Arnulfo Romero, proclamado beato en 2015, con una misa concelebrada, peregrinaciones y actos culturales.

La misa fue presidida por el arzobispo de Guatemala, Oscar Vian Morales, que conoció a Romero cuando vivió en el país y era un joven sacerdote.

Destacó el trabajo pastoral del beato que afirmó “se identificó con la misión de Jesús y corrió su misma suerte. Nosotros debemos de estar alegres porque su vida fue el fiel reflejo de la vida de Cristo que pasó haciendo el bien”.

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Por razones litúrgicas, la Iglesia católica salvadoreño, decidió adelantar la conmemoración con una misa concelebrada con la participación del nuncio apostólico en El Salvador, León Kalenga, y el arzobispo capitalino, José Luis Escobar Alas.

El beato Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980 cuando oficiaba misa en la capilla de un hospital capitalino, pero Escobar Alas que la fecha coincide con las celebraciones del Jueves Santo.

Cientos de fieles participaron de la misa, entre ellos el presidente Salvador Sánchez Cerén y miembros de su gabinete.

Romero recibió el disparo mortal un día después de pedir a los militares en una homilía: “En nombre de Dios y de este sufrido pueblo les ruego, les suplico, les ordeno, en nombre de Dios, cese la represión”.

Al cierre de la misa, el arzobispo Escobar Alas anunció decidieron nombren a una parroquia con el nombre de Romero, justo en la capilla donde un francotirador lo mató cuando oficiaba misa. “La parroquia que hasta este momento le llamábamos La Resurrección, hoy será la parroquia beato Oscar Romero, obispo y mártir”.

Después de un proceso que fue saboteado hasta por obispos de la misma Iglesia, el 23 de mayo 2015, Romero fue beatificado en un multitudinario acto realizado en la plaza El Salvador del Mundo y ya trabajan para que sea declarado santo.

“Para nosotros monseñor Romero ya es un santo, siempre fue un santo, ahora solo esperamos que muy pronto el papa Francisco lo declaré santo y que sea aquí, en su tierra”, dijo a la AP, María Castillo, una mujer de más de 60 años que llegó hasta la cripta de catedral.

Decenas de hombres, mujeres y algunos jóvenes, formaron filas para tocar la tumba de Romero y rendirle homenaje al arzobispo que se atrevió enfrentar a los poderos en defensas de los más débiles, lo más pobres de este país.

Por su parte el procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, David Morales que llegó a presentar una ofrenda floral, dijo que “monseñor Romero jugó un rol de llamado a la paz, fue quizás la voz más importante que trató de contener el estallido de la guerra civil”.

Un informe de la Comisión de la Verdad de Naciones Unidas, creada poco después de los acuerdos de paz, determinó que el autor intelectual del crimen fue el ya fallecido mayor Roberto d*Abuisson, fundador del partido derechista Alianza republicana Nacionalista (Arena) que gobernó el país durante 20 años (1989-2004).

Sin embargo, los responsables materiales del crimen no serán castigados debido a una amnistía promulgada por el gobierno de Arena antes de ser divulgado el informe de la Comisión en 1993.

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