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Guatemala: Pérez Molina a prisión, Maldonado asume su cargo

El ex presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina (centro), es escoltado por agentes de la policía antes de ingresar en prisión, (Foto AP/Luis Soto)

El ex presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina (centro), es escoltado por agentes de la policía antes de ingresar en prisión, (Foto AP/Luis Soto)

(Luis Soto / AP)

Otto Perez Molina pasó su primera noche como ex presidente de Guatemala bajo custodia militar luego de la histórica jornada del jueves en la que renunció y el congreso del país invistió al hasta ahora vicepresidente, Alejandro Maldonado, para lo que resta del mandato.

El juez que lleva la investigación contra Pérez Molina por supuesto fraude y corrupción ordenó su detención hasta el viernes por la mañana, cuando está previsto que se reanude la vista del caso. El ex mandatario salió del tribunal escoltado por policías y más tarde se le vio entrar en un cuartel militar en la capital.

Poco después de asumir el cargo el jueves por la tarde, Maldonado pidió a los altos funcionarios del gobierno que presentaran su renuncia y prometió una administración honesta e inclusiva.

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Dirigiéndose a los jóvenes que desde abril se han manifestado en las calles contra la corrupción arraigada en el país, prometió que construirá “un legado de honestidad” y recuperará la fe en la democracia guatemalteca en los pocos meses que estará a cargo de la presidencia.

“No pueden dar por finalizada su tarea”, dijo Maldonado a los descontentos. “En lo que queda de año debe haber una respuesta positiva, abrir espacios para jóvenes, activistas y profesionales”.

Esta crisis política sin precedentes en la historia reciente de Guatemala fue el punto álgido de una agitada semana en la que Pérez Molina fue despojado de su inmunidad, abandonado por los principales miembros de su gabinete, y en la que fue testigo de cómo su ex vicepresidenta, Roxana Baldetti, fue encarcelada para también ser juzgada. Y todo a solo unos días de las elecciones del domingo en las que se votará a su sucesor.

Mientras Maldonado asumía el cargo, Pérez Molina, de 64 años, estaba en un tribunal haciendo frente a acusaciones por recibir sobornos, y por su presunta implicación en una trama de corrupción en la que un grupo de empresarios pagaban dinero para evitar el pago de aranceles de importación y agilizar trámites, según la fiscalía y la Comisión Internacional Contra la Impunidad de Guatemala (CICIG). Es el primer presidente guatemalteco que presenta su dimisión.

El juez Miguel Ángel Gálvez dictó prisión provisional alegando la necesidad de continuar con la vista el viernes y garantizar la seguridad personal del ex mandatario.

Cuando salió del tribunal escoltado por policías, Pérez Molina reiteró su voluntad de enfrentar las audiencias y las investigaciones penales y civiles.

“Yo siempre dije que voy a respetar el debido proceso”, afirmó. “No tengo la mínima intención de salir del país”.

Antes el jueves, en una entrevista con la Associated Press durante un receso en la audiencia judicial, dijo que comparecer en el tribunal lo hacía sentirse “mal, esto es muy duro”.

“Yo tuve herramientas, pude haber sacado a la CICIG, pude haber cambiado a la fiscal, me pude haber atrincherado y no lo hice”, dijo en referencia al hecho de que pudo haber interrumpido la investigación y no lo hizo.

Descubierto por la fiscalía y la comisión de Naciones Unidas que investiga redes delictivas en el país, el escándalo de corrupción incluye una estructura conocida como “La Línea” por la que empresarios supuestamente pagaban sobornos resolver trabas en importaciones y reducir el pago de impuestos. Se cree que la trama defraudó millones de dólares al estado.

Un creciente movimiento de protesta hizo coincidir a ciudadanos de todos los ámbitos sociales, desde líderes empresariales a responsables de la iglesia católica, en la exigencia de la renuncia de Pérez Molina y la ampliación de la investigación a más funcionarios.

Los investigadores consideran que Juan Carlos Monzón, ex secretario personal de la anterior vicepresidenta del país, Roxana Baldetti, y que actualmente está prófugo, sería el líder de la trama. Baldetti, que dimitió el pasado 8 de mayo y está en prisión preventiva a la espera de juicio, mantiene también su inocencia.

Analistas dijeron que los acontecimientos de los últimos días supusieron un importante golpe a la corrupción en el país e impulsaron el Estado de Derecho.

“El principal factor es la presencia de la CICIG trabajando con la fiscalía de Guatemala para hacer (de la fiscalía) una institución fuerte y capacitada”, dijo Cynthia Arnson, directora del Programa para América Latina del Wilson Center en Washington.

“Las protestas populares fueron el producto de las revelaciones de los últimos meses, pero sin un cuerpo independiente con la capacidad real para investigar y dar con las evidencias, no se habría desarrollado el mismo tipo de escenario”, agregó.

La fuerte lluvia deslució grandes celebraciones populares como las registradas en fechas anteriores, cuando el Congreso retiró la inmunidad a Pérez Molina. Algunos vehículos hacían sonar sus bocinas, y grupos aislados de jóvenes hacían explotar petardos. Muchos guatemaltecos en bares y tiendas miraban las imágenes que mostraban el vehículo de Pérez Molina mientras entraba al cuartel de Matamoros que pasaban los noticieros en televisión y las comentaban en un ambiente de total normalidad.

Agustín Monterroso, un vendedor de dulces de 19 años que se refugiaba de la lluvia en la puerta de un restaurante, dijo a la AP que lo que tenían que hacer con el presidente “es mandarlo a un penal común, donde me mandarían a mí si yo robara una caja de leche. Y que devuelvan el dinero. Demasiado privilegio le dan”.

Maldonado, de 79 años, es exmagistrado de la Corte Suprema, de extracción conservadora, y ha servido ministro de Relaciones Exteriores y como embajador.

Presidió la Corte Suprema de Justicia, donde encabezó decisiones muy polémicas, como no extraditar a España al exdictador Efraín Ríos Montt por cargos de genocidio, tortura y terrorismo.

El nuevo presidente propuso a tres candidatos para sustituirlo en su anterior puesto: Raquel Zelaya, presidenta de un think tank conservador y firmante de los acuerdos de paz que puedieron fin a la guerra civil del país en la década de 1990; Juan Alberto Fuentes Soria, ex rector universitario; y Gabriel Medrano, también académico y ex presidente de la Corte Suprema.

La lista de aspirantes pasará al Congreso el lunes, donde los legisladores votarán al nuevo presidente.

Maldonado se mantendrá en el cargo hasta que el vencedor de las elecciones del domingo asuma el cargo el 14 de enero de 2016.

En la primera ronda de las elecciones se enfrentan un acaudalado empresario y político, Manuel Baldizón, y otros 13 candidatos, entre ellos un comediante sin experiencia política, una ex primera dama y la hija del dictador Efraín Ríos Montt, acusado de genocidio. Si ninguno de los aspirantes alcanza el 50% de los votos, habrá una segunda ronda el próximo 25 de octubre.

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