En su segundo año, Christian González se consolida en la NFL, sin olvidar sus raíces colombianas
En su segunda temporada en la NFL, el esquinero se ha consolidado en la liga, además de lograr objetivos que no esperaba, como el ser el primer jugador de raíces colombianas en anotar un touchdown
- Share via
En 2023, Christian González sacudió las redes sociales cuando fue elegido en la primera ronda del draft de la NFL por los Patriots de Nueva Inglaterra y aprovechó el momento para enseñar la bandera de Colombia diseñada en la parte interior de su saco.
En su segunda temporada en la NFL, el esquinero se ha consolidado en la liga, además de lograr objetivos que no esperaba, como el ser el primer jugador de raíces colombianas en anotar un touchdown, durante un duelo ante los Dolphins de Miami en noviembre pasado. González ya había sido el primer jugador de raíces colombianas en ser elegido en la primera ronda del Draft de la NFL.
A sus 22 años, el número 0 de los Patriots continúa con un legado que dejaron jugadores colombianos en la liga más importante de fútbol americano. En 1981, Jairo Peñaranda, un running back de Barranquilla, jugó con los Rams, mientras que Fuad Reveiz, un pateador de Bogotá, militó en 1995 con los Vikings de Minnesota, mientras que Fernando Velasco, un liniero de raíces colombianas, lo hizo en 2015 con los Panthers de Carolina.
González es hijo de un exbasquetbolista semiprofesional colombiano y dos de sus hermanas, Samantha y Melissa, han representado a Colombia en competencias internacionales. El nacido en Carrollton, Texas, dijo que durante su infancia vivió en un hogar competitivo, pues su padre y sus hermanas representaban un alto nivel de exigencia deportiva en la familia.
González creció jugando muchos deportes, en los que destacó en todos. De pequeño practicó el balompié, el deporte principal en Colombia, cuando estaba en quinto o sexto grado. Una de las fotos que circula en las redes es con una camiseta de America de Cali, el equipo de los amores de su papá.
“Le encanta ese equipo. Es el equipo de la familia. Recuerdo haber ido a Colombia. Tuvo que ser cuando tenía 10 años. Fue la última vez que estuve allí. Mi padre me llevó a uno de esos partidos. Ese ambiente era una locura. No hay nada igual, fue increíble”, recordó González. “Todavía, cuando voy a casa, eso es lo que hace. Pone el fútbol. Se levanta a las 8 a.m., gritándole a la TV mientras ve fútbol”.
Como sus hermanas, en la preparatoria también practicó el atletismo al correr los 100 metros en 10.72 segundos y los 200 metros en 21.65, además de competir en salto triple y salto de longitud.
“Cualquier deporte que jugaba, jugaba bien. Era lo importante para mí”, indicó el padre de Christian, Héctor, un exbasquetbolista de la Universidad de Texas en El Paso antes de jugar en Colombia.
González decidió jugar fútbol americano colegial para los Buffaloes de Colorado en 2020, y fue titular en todos los juegos en su primera temporada universitaria, al contar con 25 tacleadas. En el segundo año logró 53 tacleadas, hasta que se transfirió a la Universidad de Oregon, donde destacó aún más con los Ducks, al tener 45 tacleadas. Después de eso, decidió incursionar al profesionalismo.
González explicó que su decisión de llevar una bandera colombiana durante el anuncio como la décima séptima selección del draft fue inspirada por su agente y fue una forma de honrar su herencia, especialmente para inspirar a otros niños latinos a seguir el fútbol americano.
“Lo hice, pero no sabía de qué magnitud iba a ser”, expresó González. “Quería que los niños, especialmente los latinos, supieran que el fútbol americano es un deporte que se puede practicar. Puedes hacerlo si te lo propones. No muchos juegan al fútbol americano, sobre todo en Colombia. El poder demostrarles que estoy orgulloso de ser colombiano fue increíble”.
Gracias a que se ha enorgullecido de sus raíces, también los patrocinadores han notado eso. González se ha unido a una campaña de Toyota de nombre “We Roll Deep” para resaltar su herencia latina, junto a la jugadora mexicana de fútbol americano bandera, Diana Flores. Previo al partido del 1 de diciembre ante los Bills de Buffalo, González utilizó una sudadera para entrenar con los apellidos González-Viveros Lasso, para honrar a su familia y sus raíces en otra campaña llamada “Last Names Roll Deep”.
González habló de su segundo año como deportista profesional, donde ha logrado 57 tacleadas hasta ahora. El laureado equipo de Nueva Inglaterra vive actualmente su era post Bill Belichick, quien dejó al equipo tras la temporada 2023-24 después de 24 camapañas y seis títulos de Super Bowl. De hecho, para muchos, González es uno de los pocos puntos positivos de una campaña para el olvido de los Patriots, en los que defensivamente han permitido 23.6 puntos por partido.
“Es nuestro mejor jugador a la defensiva”, dijo el entrenador en jefe de los Patriots, Jerod Mayo, tras el partido del domingo.
El entrenador destacó desde la temporada pasada que el atletismo y corpulencia de González, así como su versatilidad en el campo son sus mejores atributos.
“Ves a muchos hombres largos, tienen problemas al cambiar de dirección. Este muchacho es muy fluido”, indicó Mayo al analizar a González.
Como miembro de los Patriots, González se siente bendecido por jugar para un equipo tan histórico. En su primera temporada, obtuvo el premio del Jugador Novato Defensivo del Mes en septiembre, pero poco después se lesionó en un juego ante los Cowboys y ahí terminó su temporada.
“El poder venir el año pasado y tener un entrenador como Bill (Belichick) fue increíble. Pude aprender muchas cosas de él”, expresó González. “Este año he tenido la oportunidad de salir y demostrar lo que puedo hacer y lo que puedo aportar al equipo. Salir, jugar al fútbol americano en equipo y divertirme. No hay nada como eso. No hay nada como salir un domingo y poder jugar con los Patriots”.
Al inicio del año, González publicó en sus redes sociales que había cumplido un sueño muy grande: la compra de una casa para su familia.
“Ese ha sido mi sueño desde que era pequeño y desde que empecé a ver la NFL. Siempre bromeaba con ellos porque les decía que iba a comprarles una casa, tenía como unos cinco o seis años. Probablemente, mis padres se rieron. Pero poder hacerlo fue increíble, ver la sonrisa en sus caras y saber que tienen una casa y que no hay nada de lo que deban preocuparse. Esa es probablemente la mejor sensación que he tenido hasta la fecha. Se lo merecen y se merecen más”, declaró González.
Por último, González habló de su compromiso con la concienciación sobre la salud mental, pues durante el verano perdió a un amigo, Keith Miller III, un exjugador de futbol americano colegial que sufría de problemas mentales al momento de su muerte. La pérdida de su compañero le ha impulsado a ser parte de organizaciones que abogan por la salud mental, como Kyle Cares Foundation.
“Se trata de poder hablar de salud mental y de que está bien, no estar bien. Siento que ahora es mi vocación hablar de ello y sacarlo a la luz. Creo que se está avanzando en la dirección correcta, pero todavía se puede hacer mucho más y se puede arrojar mucha más luz sobre el tema”, dijo González. “Nunca sabes por lo que está pasando alguien. El mero hecho de poder hablar con ellos y preguntarles cómo están y escucharles y preocuparse por lo que dicen puede cambiar el día de alguien, puede cambiar el mes de alguien, puede cambiar el año de alguien. Siento que es mi vocación hacer eso ahora, especialmente en memoria de Keith y seguir manteniendo vivo su nombre y cuidar de la próxima generación”.
Suscríbase al Kiosco Digital
Encuentre noticias sobre su comunidad, entretenimiento, eventos locales y todo lo que desea saber del mundo del deporte y de sus equipos preferidos.
Ocasionalmente, puede recibir contenido promocional del Los Angeles Times en Español.